Me he cortado el flequillo por exigencias del guión. La secuencia era sencilla, tenía que parecer que me lo había cortado yo (el resultado efectivamente ha quedado bastante casero, me temo).
Desde entonces se me ha acentuado mi parte surrealista (ya sabéis, en el fondo, soy Dalí, ;) en otra piel (leáse el post Maldito Karma): hablo de África y como tigres, hablo de mi web y descubro un nuevo lector (primo, llámame y nos hacemos un cine), hablo de pelotas e hincho media docena, hablo de cremas y la alta cosmética visita mi casa, hablo de ideas rocambolescas y me las patrocinan...y hablo, hablo, hablo, hablo, hablo, hablo... para sorpresa de propios y extraños.
