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domingo, 11 de marzo de 2012

DIARIO DE UNA MARIPOSA




Si, es muy tarde, pero no puedo dejarlo pasar. ¡Hoy he conocido a mi Sara!,  la de la siguiente historia que hace tiempo escribí. El otro día hablaba de Física Cuántica, hoy hablo de sincronía elevada a la máxima potencia, después de los últimos acontecimientos... Os dejo, con mi Sara y su diario.




A continuación enumero cosas que tengo buenas en mi vida, tal y como me dice la psicóloga del colectivo; para que las tenga presente y recuerde que todavía estoy en el camino, que no he alcanzado la meta.
Empezaré por mi aspecto físico: me gusta mi cuerpo, es proporcionado y a pesar de la discordancia que en breve quiero solucionar (estoy en trámites), las hormonas siguen haciendo su trabajo, voy consiguiendo gustarme cuando me miro en el espejo y el pelo crece. Estoy feliz, me he empadronado en casa de Luis, que además me ha hecho un contrato para que pueda acogerme a la Seguridad Social (tengo que informarme de cuanta antigüedad necesito).
También me gusta mi trabajo ¡por fin!, después de estar dando tumbos por garitos y viviendo de noche, he conseguido unas prácticas en un colegio donde dar algunas clases de apoyo, y también gracias a Luis.
Luis también es algo bueno en mi vida, desde que le conocí mientras trabajaba de camarera, mi vida se ha hecho más fácil, un día le dedicaré toda una sesión. Hoy no.
Sigo enumerando cosas que me gustan: mis pechos, son pequeños y los prefiero así, no quiero parecerme a los otros, inflándome de hormonas para terminar de clon de la de los vigilantes de la playa.
Y ahora la familia: Mi madre es un sol, un encanto, un amor, la persona que más quiero en este mundo, (que sentimental me pongo). No puedo decir que me apoyase desde el principio, pero siempre ha sabido ver que era algo más que su Ignacio, que tenía otro fondo. La quiero mucho, a mis hermanas también pero de otra manera. Con ellas es diferente, a pesar de no llevarnos muchos años, a ellas les tocó vivir la etapa dura, cuando murió mi padre y se pusieron a trabajar para ayudar en casa y pagarme la carrera. Desde los 17 y 19 años, Carmen y Ana, están el Corte Inglés, ventajas de ser hijas de un empleado. Procuran entenderme, lo sé, pero para ellas seguiré siendo Nacho, no Sara.

lunes, 15 de noviembre de 2010

HOY

  

 Hoy soy un cúmulo de ideas y frases no dichas que revolotean como mariposas, por mis neuronas. Hoy es lunes,  soy un caracol (con la casa a cuestas todo el día), hoy he recuperado unos lápices sin dueño, hoy me he acordado de una historia triste, que os dejo.

BODEGON

   Todavía me estoy recuperando. Los pechos desbordados sin sentido, incómodos, acotados por la copa; la sensación de vacío me invade como un virus, tiñendo de dolor mi quehacer diario. Hace solo dos días que estoy en casa, lo objetos me hablan de cosas pasadas, los espejos me devuelven un yo interrogante, mis dudas resbalan por las paredes buscando la salida y mis miedos se hacen fuertes en mi corazón. ¿Cómo ha ocurrido?- me preguntan. Ni siquiera lo se.
   En tan solo una semana todo cambió, lo que hasta entonces era una existencia normal, pasó a desesperación, caos, soledad, miedo y angustia.
   No puedo encontrar las palabras, el nudo de mis entrañas no deja pronunciarlas. El psicólogo me pide que exteriorice mis sentimientos, en voz alta, para oír mi dolor, que me ayudara a superarlo. ¡Pamplinas!.  Jamás perderé la ausencia que me invade. ¿Qué palabras decir?...sencillas y rotundas: Mi hijo…hace dos días, en la última toma… murió.

© Historias de Eva, S.L.
Maira Gall