¡No salgo de mi asombro!. Suena el timbre, abro la puerta y el cartero sin esperar a que le de los buenos días siquiera me dice:
- ¡Esto no lo voy a consentir!
- ¿Perdón?, ¿algún problema?- digo con sorpresa.
- Pero ¿usted ha visto su buzón?
- Si, claro. Lo pinté de rosa, pero vamos no creo que sea para ponerse así, sólo es una nota de color.- contesto jocosamente.
- Y ¿el cartel lo ha puesto usted?-
- ¿Eh?¿Cartel?¿Qué cartel?-Y salgo disparada hacía la calle.
Me quedé muda. Mi buzón había ejercido su derecho de admisión.
!Eso mismo voy a poner en mi buzón, que no deje cartas de bancos!!
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