jueves, 21 de diciembre de 2017

PERDER EL NORTE



   Y para acabar este año que ha sido tan intenso y tan nefasto a la vez. Un poco de humor...que siempre ayuda.


MEMORIAS DE UN MAGO 

¡Fuimos los Reyes! Durante siglos no tuvimos competencia, año tras año nos consideraron únicos ¡los mejores magos! Y no exagero un ápice.
Hasta que esa compañía lo cambió todo, empezó tímidamente en Boston, luego llegó a San Francisco y Chicago... la carne de reno fue la responsable, la comercializaron hasta la saciedad. ¿Cuándo cambió todo? En Diciembre de 1926 un golpe de efecto truncó nuestro destino  ¡Como iba a olvidar a esos  renos de nariz roja!
La empresa se unió a los almacenes más famosos de Estados Unidos y la campaña de marketing navideña fue feroz. Perdimos el Norte, se lo tuvimos que dejar al gordinflón de Santa Claus y a sus estúpidos bichos, a nosotros nos quedaría en exclusiva la Estrella de Oriente.





jueves, 14 de diciembre de 2017

STAR WARS


STAR WARS

Cajas y más cajas ocupaban la entrada del apartamento. Algunas perfectamente etiquetadas se agrupaban en la esquina derecha. Cada vez que Begoña entraba daba un traspié en alguna, acordándose de toda la familia de Amador.
Llevaban casi dos meses empaquetando sus vidas. Un piso grande era el culpable. A las cosas que se llevaron cuando se fueron a vivir juntos, sumaban las de los últimos siete años.
-Sí, claro hemos quedado como amigos. ¡Cómo vamos a olvidarnos de todo este tiempo! ¿sabes? Lo peor es decidir quién se queda las cosas… aunque Amador lo está haciendo muy fácil. Venga, luego nos vemos y te cuento.
Había pasado un mes desde la conversación y entre ellos se había instalado una viscosa sensación de agobio. Estaban condenados a compartir todavía el espacio. No habían encontrado un comprador tan rápido cómo pensaban. Los detalles que hasta ahora no tenían importancia ni molestaban, como dejar la cortina de la ducha sin estirar, se transformaban en ráfagas de ironía.
Begoña se ocupaba de gestionar los anuncios de los portales inmobiliarios. Cansada de no tener respuestas y viendo todos los días las cajas de Amador abiertas, tuvo una idea arriesgada. No lo consultó con él, cansada de sus comentarios sarcásticos.
Celebraron con recelo la venta de la casa y fijaron con el comprador la fecha de la escritura y la notaría. Begoña tendría que hacer entrega de lo prometido.
Acudieron juntos y puntuales a la cita. Cuando habían firmado todos los documentos, el comprador preguntó cuándo podría disfrutar de la colección de Star Wars. Se produjo un silencio denso, incómodo. Amador miraba a Begoña con un interrogante, ella trataba de calmarlo bajando la mirada, cuando eran pareja era un truco que jamás le fallaba. El comprador sólo esperaba a que le dieran su ansiado tesoro y desaparecer.
Amador se despidió del nuevo propietario de muy mala ostia, Begoña detrás suplicándole perdón en la escalera, en el ascensor, hasta en el coche y prometiéndole pagar la colección de la que le había obligado a desprenderse.

Ya en casa, Amador cansado de la cantinela de Begoña, rompe su silencio:
-Cállate, me aburres con tu mierda
-Nunca escuchas lo que te digo
-¿Eres sorda? ¡Qué te calles coño!
-¿Qué nos ha pasado? Éramos felices
-Me voy a dar una vuelta. No dices más que gilipolleces
-¡No te vayas por favor!
-Haberlo pensado antes de hacer lo que hiciste…

Amador coge sus llaves y su abrigo y sale del apartamento cerrando suavemente la puerta, las cajas de la entrada le impiden dan un portazo.

jueves, 23 de noviembre de 2017

RUMBERO





“La idea no es vivir para siempre, la idea es crear algo que si lo haga” – ANDY WARHOL

El sonido del móvil acabó con sus sueños. De su mesilla hacía tiempo que había desaparecido el despertador. Se levantó como un autómata: comprobó sus mensajes, sus emails, sus redes sociales antes de poner un píe en el suelo, estaba cansado de hacerlo día tras día, no le gustaba pero continuaba con la rutina.

Esa mañana en el trabajo alguien comentó en la pausa del café: “no somos más que muertos vivientes en internet”. Ramón se quedó pensando el resto del día en la frase.

 Fue de madrugada cuando se despertó sobresaltado con una idea: convertirse en el muerto viviente más rumbero, y ¿donde acudió? Pues a internet. Tecleó “cómo ser rumbero” y apareció la canción de Rubén Blades, leyó con interés la letra: “para ser rumbero, tú tienes que haber llorado, tú tienes que haber vivido, tú tienes que haber soñado, y haber reído, tienes que sentir por dentro, emociones dulces que agiten tu sentimiento, tienes que amar a la gente, y tener el alma tan clara cual sol de oriente, tú tienes que ser sincero…” Sonrió satisfecho, cumplía todos los requisitos menos el último.

Decidió que empezaría de un modo gradual: primero rehízo su curriculum en Linkedin rectificando su nivel de inglés y quitando que hablaba alemán. Luego revisó su perfil de Badoo, sustituyendo lo de “soy sensible y me gustan las películas  románticas” por “Amo a Jason Statham y sus películas”. Desechó la foto de cuando pesaba veinte kilos menos en su perfil de whastapp y la actualizó.

Después de ese ataque de sinceridad, tuvo otros, cómo cuando se encontró a la vecina del quinto y le dijo que su hija era fea como pie o en sus conversaciones de whastapp siendo honesto y abusando de emojis malsonantes lo que provocó airados comentarios entre los integrantes de los grupos a los que pertenecía..pero esa es otra historia.

Y por último en el Spotify, donde reclamó un lugar destacado para Rubén Blades por enseñarle a usar el camino de la verdad. 


El sonido del móvil acabó con sus sueños.

jueves, 16 de noviembre de 2017

RUMBA





   Todos los días muero un poco y no es merito mío, sólo se trata de una condición indispensable para cumplir la definición de "ser vivo". Y eso me iguala al resto.

   Lo que me diferencia y cada vez menos, es que me he convertido en un zombi. Ha ocurrido cómo suele verse en las películas de género, poco a poco, sin avisar, hasta convertirnos en legión. Empieza con una petición de firma en la calle contra los recortes y ¡Claro! lo haces. Luego sigue con una suscripción a una revista de tu interés, más tarde, con una radiografía de tu vida laboral en una red social para conseguir trabajo y poco después le das al placer de comprobar cuánto eres de atractiv@ en otra red... Y lo más novedoso, las apps del móvil, una puerta por la que mostrar tus más íntimos dígitos.

   Y cuando quieres darte cuenta ¡ZAS! tus datos personales se han convertido en tu zombi, que sin voluntad propia habita redes sociales, alimenta estadísticas de empresas que cotizan en bolsa, foros de opinión en países lejanos y mediante el rito de la robotización informática, me convierten en un muerto viviente.

   Y yo sólo sueño con ser rumbera y que me canten: no estaba muerta, no,no, no esta muerta, no,no, estaba de parranda...

jueves, 26 de octubre de 2017

LA TETERA DEL GENIO

LA TETERA DEL GENIO

Amanecí tarde. El baile de máscaras de Liceu y la compañía de Pere y Joan habían sido de una intensidad desacostumbrada. Padre llamó a la puerta y la Roser entró con el desayuno.
Soplé la taza y me emocioné al recordar las veces que pasé mis dedos por cada una de las filigranas de su inusual azul, mientras madre tostaba el pan que hundíamos en el chocolate de los domingos. Me incorporé y la bandeja con la porcelana acabó hecha añicos en un mar de azúcar. No pude apartar la vista de ellos. Tampoco dejé hacer nada a la Roser. Recogí los pedazos, los limpié de  té y mantequilla y los guardé con amor ¡Eran suyos! Pasé el resto del día sin comer y encerrado en mí estudio, mirando distraído el plano que debía presentar al día siguiente.
 -Qué mala cara traes, Antonio-me dijo Joan.
- ¡Tengo un disgusto! Ya te contaré luego, pero ahora vamos a convencer al cliente
Era nuestra primera colaboración de muchas que vendrían, se trataba del proyecto de reforma y construcción de una portería y unas caballerizas de una finca en Pedralbes. Y como buen herrero que era había diseñado un gran dragón, cuyas garras se podían articular, para la puerta principal. En alusión al poema que le habían dedicado al suegro de nuestro cliente. Un guiño más que evidente para congraciarnos con él y que nos adjudicase la ejecución de las obras.
-¡Cuánto ingenio han desplegado las alas de tu dragón!, amigo Joan, enhorabuena!. Ya lo has oído, en Abril empezamos.
Las obras avanzaban a buen ritmo y las partidas parecían ajustarse como guantes,  no entendía como mis colegas se quejaban tanto. Surcaba un mar de placidez y tranquilidad, hasta que Joan trajo la tempestad.
-¡cinco metros de puerta! Pensé que serían tres pero con el retranqueo de la  portería, se han convertido en ¡cinco metros! ¡No vamos a tener dinero para los remates!
        -No quiero sacrificarlos  Joan, eso es lo que le da personalidad al conjunto. Pensaré una solución…


La primera vez que lo usé causó horror en mi cuadrilla de albañiles y mucho sarcasmo entre mis colegas. Fue un gran reto para mí, buscar una alternativa vistosa y económica. 

Hay colores que se pegan a nuestra vida y nos persiguen. El azul de la porcelana de mi madre, fue el mío que elevé al cielo en cada uno de mis proyectos. ¡Sólo tenéis que mirar los tejados de mis obras en Barcelona!



miércoles, 18 de octubre de 2017

EL COMBATE


… 1.- ¡Qué asco! ¡Otra vez el regusto en la boca! 
...2.- ¡Levántate!
…3.- ¡Joder, no puedo ni moverme!
…4.- ¡Inténtalo, campeón!
...5.- Ostia tío, levanta ya
...6.- Serás gilipollas
...7.- Me estoy poniendo muy, muy nervioso
...8.- Joder, no veo
…9.- ¡Levántate, negro!
...10.- ¡Nooo, Réferi, cabrón! ¡No toques la campana!

En los dos últimos combates estabas bien, campeón. Tu juego de piernas rápido y tu izquierda un cañón, si no que se lo pregunten al último que chupó la lona. ¿En qué cojones estabas pensando tío? ¡Levántate ya! ¡Me has jodido campeón!  Lo aposté todo por ti, negro, hasta la indemnización del seguro de Pam.

 Y ¿qué coño es esa luz? ¡No, putos fotógrafos!. Ahora empiezan mis problemas, sabrán que mentí.

martes, 9 de mayo de 2017

FRANKENSTEIN

FRANKENSTEIN

    Una semana he tardado en armar la mesa, como si se tratase un mueble  del ikea, de impronunciable al que acompañan unas sencillas instrucciones, en teoría.
    Victor Grippo propone la suya. 

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   Y la mía, es un frankenstein de madera que cobra vida con los impulsos eléctricos de mis neuronas al recordar cada una de sus partes:
    -las peanas cuadradas y robustas de roble, donde jugaba a inventar un mundo diferente para las muñecas que bajo ellas escondía, en el piso de barrio; 
    -un tablero rectangular grande, de formica, que acogió el cuerpo de mi abuelo paterno en su velatorio, en la planta baja de la casa del pueblo; 
    -un tablero, esta vez circular, bajo cuyas faldas calentábamos pies y piernas la tardes de visita a mi abuela materna;
    - el mármol frío de la mesa de la terraza en la casa de veraneo, que invitaba a tomar helados y dejar las mejillas pegadas en las siestas calurosas mientras los demás dormían; 
    - el banco de cocina grande y espacioso, en el chalet, donde mi madre me enseñaba los efectos de la levadura sobre la harina; 
    - las sencillas borriquetas que sustentaban el cristal templado y se convertían en pieza de diseño cuando abandoné el nido familiar para crear el mio. 

    Y por último, la mesa sobre la que escribo, leo y como a diario, herencia familiar de estilo castellano, con sus bases en forma de lira y sujetas por un par de hierros que me recuerdan a las espadas que ocultaban bajo sus capas, los caballeros castellanos.

   En otras mesas más me he apoyado y otras muchas vendrán. ¡Frankestein seguirá.!

jueves, 26 de enero de 2017

NOSOTROS SOMOS EL JARDÍN





NOSOTROS SOMOS EL JARDÍN

Llegó puntual y con la parsimonia de los martes y jueves, se quitó la ropa con cuidado, doblándola y amontonándola en la pequeña taquilla que siempre encontraba libre. Se puso el bañador, deseando alcanzar el agua cuanto antes para que las costuras no le oprimiesen. A pesar de su cojera, tenía movimientos rápidos, con el gorro ya colocado y las gafas en la mano, se dirigía a la ducha más cercana y se zambullía. Entonces dejaba que el agua le cubriese por completo durante unos segundos, dando tiempo a sus oídos a descansar de su jornada al teléfono.

El primer largo siempre a crol, los pies sin parar de moverse, las piernas acompasadas con los brazos y el azul oscuro del azulejo en el suelo como guía. El segundo, a braza, intentando alcanzar con las manos las anillas de corcho que separan cada calle. Y con el tercero daba comienzo el verdadero viaje, de espaldas, con las gafas sobre el gorro, aleteando sin parar los pies, los brazos relajados, los oídos sumergidos escuchando el motor de la depuradora y los ojos disfrutando de esas pequeñas manchas de húmedas que largo tras largo se convertían en figuras conocidas primero y reconocidas después, en las que iba marcando el mapa de su vida.

Hasta el cuarto día no vio en la primera mancha una nube, como las de su país en los días de sol: grande y esponjosa. La montaña tardó más en aparecer, necesitó un par de semanas para verla, con tanta claridad, que casi se asustó.

La luz de los jueves era más tenue y bajo ella, las manchas le recordaban a la playa donde se crió. El color del techo, a la tierra de su prefectura, tras el accidente de la central.
© Historias de Eva, S.L.
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