Es mi frase.
Ya no sé si la inventé o ya lo estaba y la hice mía, da igual, el resultado es el mismo: es una verdad como un templo. Y si no,¿ por qué no he podido ir a mi primera clase de teatro? ¿por qué alguien ha decidido morir en las vías de un tren, hoy? ¿Por qué he puesto una nota en un deportivo con asientos de piel? ¿por qué invité a un desconocido a tomar café a casa? ¿Por qué un africano enseña a bailar salsa a una sudamericana? ¿Por qué actúan los Lori Meyers por cuatro euros? Caprichos, casualidades, señales... llamadlo cómo queráis, pero están ahí delante de vosotros.
Ahí va la lista: De los visibles: el juego de café que jamás me hubieran regalado de no haber venido a Valencia; la cafetera con la receta secreta de la italiana E. la única ausente; las cucharas que después de dos años descubrí que hacían juego con los estores de la cocina; las tazas azules del cumple en el que todos decidieron regalarme bolsos, en un garito en Oporto; los posa vasos de Rodilla que automáticamente relaciono con las bizcoletas de Viena Capellanes (probadlas!); el universo "Hacendado" en forma de sacarina (pido royalties desde aquí), los pies de S. (soriana de un corazón enorme) a la que conocí cuando S. decidió volver; la tónica de A. y el móvil de G. (hermanas que me han enseñado lo que significa que te acaricien el alma), a las que conocí por S.; los pies de B. ( el hombre por descubrir) al que conocí por E; los pies de A. (un diamante en bruto) la que conocí por E; los pies de E. (mi tocaya, hablamos el mismo idioma) a la que conocí por V., los pies de S.(mi Amigo) al que conocí por AB, la taza de N. (la dulzura personificada) a la que conocí por E., el vaso con las hierbas ibicencas de cuando tenía otro estado civil, y en el anonimato la taza de A.(el que será mi profe de teatro, si otra muerte no lo impide), el palet de obra de barrio pijo convertido en mesa.
De los invisibles: el éxito del fuego a pesar de las piezas que sobraron al montar la barbacoa y la hierbabuena seca, el chill-out camaleón, el postre de Ampa, la sesión de trivial, primero el petardo (regalado por petardas también) y después el serio (regalo de los Reyes y de mis hermanas), el universo porno, la picaresca española hecha verbo, las clases de salsa sin mujeres, la coña del mechero-ligón, el poder de Africa...
Y después de todo esto, ¿quien se atreve a decir que la vida no es caprichosa? ¿qué los que compartimos horas, comida, risas, bebidas, juegos, conversaciones, proyectos, ideas, muchas ideas.... no somos más que caprichos?