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jueves, 19 de septiembre de 2013

DALI



   Y nada mejor que mucho surrealismo para celebrar la vuelta de vacaciones, todo ello patrocinado por una amiga que ya la quisiera Almodovar. Tiene guasa la cosa que la exposición de Dalí (la GRAN exposición), abierta desde el día 27 de Abril, (cumpleaños de mi amiga) hasta el 2 de Septiembre... haya sido el último día, casi in extremis, cuando hemos conseguido, con perfomance incluida las entradas.

   La secuencia es la siguiente: 
   Cola gigantesca para adquirir entrada.
   Empleada de museo que corta la cola y dice:- Hasta aquí os podéis quedar. 
  Monólogo con voz entrecortada y ojos llorosos de mi amiga:- ¡No, por favor! ¡Déjame! No puedo no ver la exposición! He salido del trabajo, corriendo, he tenido que dejar el coche en el... y además...estamos con el tema de la sanidad.....¡es mi sueño verla!
   Empleada de Museo que duda, y al final accede, no sin antes decir: Pégate a los de adelante como si los conocieras.
   Amiga soltando el rollo a los de delante, mientras ve acercarse la taquilla.
   
   Foto de las entradas y el cuadro de la "Persistencia de la memoria" marcan el final de la historia y el comienzo de la Exposición.

    Al día siguiente, mirando con desdén a los que hacían cola, entramos las tres marías a ver el universo de Dalí, un cachondo integral entre otras muchas cosas.
  

   
   







domingo, 13 de mayo de 2012

MANIQUÍ

   
Ella buscaba una sartén y él un hogar. 
El flechazo fue inmediato. 
Salió cubierta de polvo de la nave con él, bajo el brazo. 
Desde entonces, vela sus sueños.

viernes, 12 de noviembre de 2010

DIEGO ARMANDO MARADONA





- ¿Y tú último deseo?
- Ser Peluuuuuuuuuuuuuuusa.
   Es lo último que recuerdo cuando se deshicieron de mí. Nunca imaginé que mis  congéneres pudieran llegar a tanto.
   Desde chiquito fui travieso, me gustaba jugar demasiado, destacaba sobre el resto de mis compañeros, irguiéndome en el pelo más visible de la melena que formaba mi mundo.
   ¡Si!, soy un pelo, y por definición: “filamento cilíndrico de naturaleza córnea, que nace en la epidermis de la mayor parte de los mamíferos”, pero no un pelo cualquier, tengo visión de futuro, aunque el resto de individuos de mi género no me comprendan.
   Mi mayor deseo desde la infancia, fue ser independiente; destacando siempre en la cabellera recién peinada, poniéndome de punta, para resaltar mi belleza azabache sobre el resto. Soy demasiado hermoso para mezclarme con el populacho y no exhibir mi beldad. Esta soberbia me ha traído muchos quebraderos de cabeza, si se me permite la expresión.
   Tardé en alcanzar la edad madura, el crecimiento de un pelo no es cosa fácil: un centímetro cada veinte días. Una larga vida, que con cuidados estéticos puede verse ampliada.
   Mis amigos de la niñez, los pelos más cercanos; al hablar de nuestro futuro muchos de ellos pensaban en formar parte de largas melenas artificiales en las que serían insertados, como ellos decían “el sumum de la perfección”, otros en cambio, eran tímidos, y hubieran preferido nacer en otra parte del cuerpo, no les gustaba sentir el aire libre en sus cutículas y yo....nuevamente, diferente, soñando con una existencia aventurera en la que conocer otras culturas, otras gentes, visitar otras cabezas.....y la única forma de conseguirlo, ya lo sabía entonces, era ser Pelusa.
   La idea no la tomé a la ligera, pensé en sus pros y contras, encontrando más de los primeros, de este modo transcurrió mi infancia y adolescencia, deseando alcanzar mi madurez peluda para formar parte de un nuevo organismo: la pelusa.
   Mis puntas estaban sanas, mis cutículas se podían flexionar sin quebrarse, era un pelo brillante. Poco a poco iba alcanzando mi madurez, y con ella la cita ineludible de mi destino. Así se lo hacía saber a mis amigos y vecinos, éstos siempre me daban la espalda retorciendo sus raíces, no queriendo saber nada de mí. Los oía cuchichear sin llegar a entender lo que decían. 
   Estaban compinchados, tramando a mis espaldas del modo más burdo, animándome a destacar, sabían que la soberbia era mi talón de Aquiles, urdieron una emboscada, haciendo sentir a la melena que me contenía incomodidad en el poro que me alimentaba...
   Ocurrió tan rápido, que no me dio tiempo a reaccionar. De repente vi una mano acercarse, tanteándome, dejando resbalar sus dedos por mis cutículas, girando de tal modo que me vi atrapado, oía las risas de mis compañeros alrededor, diciendo: -Has picado, has picado...
   El dedo siguió girando sobre si mismo, hasta que fui arrancado sin piedad, precipitándome al vacío, retumbando en mis oídos mis últimas palabras: “ser peluuuuuuuuuuuuuuuusa”.

   La nueva ubicación me desconcertó. Allí, sólo, en el territorio de mis sueños sin saber que hacer…
   - Rápido, ven. La Muerte Súbita está rondando
   - ¿Cómo? ¿Qué?
   -  No pienses, actúa- me dijo la voz.
   Girando sobre mí mismo alcancé el objetivo, me uní a otros pelos. ¡Por fin, lo conseguí! Era una pelusa, o más bien formaba parte.
   Como integrante tuve que renunciar a mi individualidad, asimilando una nueva forma de vida, procurando esconderme del terrible fantasma que podía acabar con mi nueva existencia.
   Enseguida tuve noticias de lo que se conocía como la muerte súbita; se trataba de un largo palo compuesto en su parte más baja, por miles de pelos, sintéticos, de extraordinaria habilidad para introducirse en los rincones, sacarnos a la luz y transportarnos en un recipiente plástico hasta nuestro destino final, la basura.
   La muerte súbita solía salir de patrulla casi a diario y a plena luz, así pues nos movíamos con rapidez durante la noche, buscando el rincón más inaccesible. Nuestro guía era una pelo rubio que  llevaba tiempo burlándola, conocía todas las estrategias necesarias para nuestra movilización y ubicación, tales como la importancia de las corrientes de aire de bajo nivel, producidas como nos explicó por la apertura de puertas, el no llamar la atención, dispersándonos durante el día y reagrupándonos al anochecer, buscándonos unos a otros, de tal modo que al unir nuestro cuerpos junto a las partículas en suspensión consiguiéramos un organismo compacto y de fácil transporte....
   ¡Qué dicha la mía! ¡Que apasionante existencia me había procurado!. ¡Qué plenitud!, ¡Qué felicidad!.... aunque ésta duró poco con “la cosa”. La muerte súbita, era inofensiva a su lado. Ella te llamaba con un ronroneo suave, acompañada de una vibración constante que te indicaba el camino, te envolvía en el aroma floral que despedía y la brisa, esa brisa, que te atraía sin remisión.... los míos y yo, caímos, nos dejamos engatusar por sus encantos, engulléndonos y succionándonos con rapidez. El aspirador acabó con mi vida.


jueves, 7 de octubre de 2010

BUSCO A NACHO




   Os presento a Nacho. Nacho, lleva conmigo desde el 2005,  lo parí en Madrid,  mas bien Getafe, cuando iba al Centro de Poesía José Hierro las tardes de los miércoles. Ya os dije, que la Caja de Pandora se había abierto.... y ahí está, el primero que quiere salir, que lleva ya mucho tiempo en el armario.

   Nacho, me gusta mucho. Tanto, que creo que el origen de Regala Historias (https://www.regalahistorias.com/) está en él, en su carta.  Hechas las presentaciones oficiales, ahí dejo su historia y mi deseo: encontrar otros Nachos.

NACHO

 "Mi amor, hoy es la primera vez que utilizo este viejo sistema de comunicación, la primera y última. Acierto pensando que conoces mis motivos, pues en ti encuentran su origen, adivino tu cara en estos momentos con tan solo leer las primeras líneas, por favor, regálame un poco de tu tiempo y tu paciencia, amiga, al menos tu paciencia....No es fácil ¿sabes? Sentirse atrapada en el cuerpo de una mujer cuando ansías ser hombre. Quizás no lo comprendas, pero has sido tú, María, sin duda el origen de  la gota que ha colmado mi vaso para darme cuenta, para sentir realmente lo que soy: un hombre. Y desde esa nueva perspectiva te escribo, te nombro, te sueño, te deseo y te olvido.
   Todo te lo debo a ti...Y adivino en tu cara un gesto de desdén,, por favor no seas sarcástica,  y sigue leyendo.. No te voy a recordar ahora cuando tiempo hace que formas parte de mi mundo, aunque si te diré como tu  amistad acabó dando paso al deseo y posterior amor. Hasta para eso soy hombre, primero apareció la impaciencia de sentir tu cuerpo contra el mío, buscándote en despistes ocasionales, palpándote en probadores minúsculos...luego mucho más tarde el corazón, desbocándose sin control cuando te veía a lo lejos, anticipándote, celebrándote con ansía....
   Hasta el final de mi camino, hoy, a pocas horas de mi ingreso en el Hospital, en cuyo  veré la luz ququirófanoe me rescate del túnel en el que he vivido durante estos años. Un poquito, apenas un foco, ni siquiera pido un cañón como esos de los espectáculos. Un poquito para vivir con un cuerpo nuevo que la naturaleza me negó, para consentir ser uno en cuerpo y mente, para llegar a tu puerta y poder decir bis a bis y si tú me lo permites lo que te quiero y deseo.
   Hasta pronto,
               Hombre"

María dejó caer la carta entre sus piernas, los mocos y lágrimas apenas le dejaban respirar, no estaba segura de lo que había leído. Tenía que serenarse. Necesito una copa-pensó, y cuando se me pase el sofoco volverla a leer.  Fueron cesando los hipos y nublándosele la vista por el alcohol hasta perder el control. Nunca volvió a leer la carta.

Llegó a la hora convenida, de su mochila salieron con prisa: pedazos de acero, plástico y papel, convirtiéndose en una práctica mesa con silla incorporada y su identificación sobre ella. Le gustaba que su lugar de trabajo estuviese en orden y a punto. Allí estaba, en uno de los paseos más concurridos de El Retiro, al pie del cañón,  a pesar de ser uno de los inviernos más fríos que se recordaban; dispuesta a encontrar un cliente o que éste la encontrase, como siempre sucedía.

 Clara, se limitó a ver los cambios en su “oficina”, el frío había dejado su huella, helando todo a su paso. A lo lejos se acercaba un grupo de jóvenes, sabía que pronto tendría guasa. Se limitó a pasar inadvertida. Alguien se acercó, tomando asiento.
-         Buenas tardes
-         Buenas, ¿qué desea?
-         Umm.... una carta ¿no?

    Advirtió la sutil ironía, tomando la decisión de ser hiriente en sus preguntas a modo de venganza. Comenzó la batería de preguntas necesarias para hacerse una idea del tipo de cliente y carta que debía redactar. Bastaron un par de ellas para que su intención inicial desapareciera. Utilizó la técnica de la empatía que tan buenos resultados le daba y comenzó a escribir de manera automática. Apenas levantaba la vista del papel para ver como unas pestañas interminables preguntaban con urgencia: ¿puedo leer ya?

    Tardó unos segundos más en levantar la vista, esta vez de manera definitiva. Nacho tomó entre sus dedos la carta y comenzó a leer: “Mi amor, hoy es la primera vez que utilizo.....”

© Historias de Eva, S.L.
Maira Gall