- Te regalaré un tatuaje, la próxima vez que vengas, así pase lo que pase te acordarás de mi- le dijo en el andén
- ¿Pero, elijo yo, no?- contestó al oído, mientras besaba su cuello
- Faltaría más- respondió cerca de su nuca.
De esa conversación han pasado dos años. Sara tiene un pequeño mapamundi, cerca de su cadera, con dos puntos. Uno por su ciudad de origen y otro, por la ciudad donde encontró al hombre que ahora trata de olvidar. Dos años de idas y venidas en trenes de alta velocidad y besos ardientes en ándenes.
es lo que pasa cuando se hace un tatuaje por otra persona....si se hace un tatuaje mejor que sea por algo personal que no involucre a otra persona...sobre todo si esa otra persona esta relacionado con temas de amor........
ResponderEliminarCON
Hay marcas de amor que duran mucho más que un tatuaje, Con.
ResponderEliminarNo es malo sentir y no te puedes arrepentir de haberlo hecho
ResponderEliminarCon, hablamos de delfines? Anónimo 1 y 2, estoy de acuerdo con vosotros, desde luego que no hay que arrepentirse de sentir, es más, hay que celebrarlo, eso significa que estamos vivos, aunque a veces duela y si, tienes razón, hay marcas menos visibles que un tatuaje que nos hacen recordar casi siempre lo que hemos amado y de qué modo.
ResponderEliminarNunca se pierde lo que se ha amado, no se borra ni con láser
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