No ha pasado ni un año desde la última vez que nos vimos. Después de muchos días acordándome de ti, hoy he decidido escribirte. Ha sido algo espontáneo: he subido a la montaña más alta que tengo cerca de casa y al ver el paisaje y notar mis músculos en tensión, te he tenido presente y he pensado en esta carta.
Los motivos seguramente te sorprenderán. Sabes lo mucho que me gusta escribir. Además, te recuerdo que durante el tiempo que estuvimos juntos, escribí mucho, alentada por tí, entre otras cosas...pero eso no es importante, o al menos no es lo que quería decirte.
Quiero darte las gracias por el tiempo que hemos pasado juntos, por lo mucho que he aprendido a tu lado, por enseñarme a descubrir lo que es más importante para mi.
Hemos pasado buenos momentos, eso es algo que siempre nos quedará...sobre todo los meses pares, en los que por convenio tenías la obligación de abonarme las pagas extras.
Sí, hoy me he acordado de ti, Notario, al descubrir que gracias a tu despido, me has permitido que deje de preocuparme por cosas tan banales como una nómina y aprecie otras muchas cosas, que son difícilmente cuantificables.
No me extiendo más, tampoco lo merece.
Atentamente,
Fdo.:Tu ex.
A mi no me lo enseñó tu notario, sino mis padres. Con qué poco se puede vivir si no te subes al carro. Yo siempre digo que tengo una playa preciosa solo para mí, y una montaña y un pico y una ermita... y una puesta de sol y una luna llena... todo eso es mío, y ¿ cuánto vale? el valor que nosotros le demos.
ResponderEliminarUna buena lección.
Un abrazo.
A mi tampoco me lo enseño el Notario, pero si que me lo hizo recordar... después de años acostumbrada a la comodidad de una buena nómina. A día de hoy, le doy las gracias, por haber prescindido de mis servicios, he descubierto el color!!
EliminarMuacks Martina.
buena carta,
ResponderEliminarCON
Gracias, Con. Más que una buena carta, una buena vida ;.)
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