-
¡No puede ser! ¿cómo es posible? ¡No lo encuentro! Voy a llamar.
-
Si… entiendo… claro… no se preocupe… en cuanto aparezca le avisamos-
contestaron al otro lado de la línea telefónica.
-
Gracias pero por favor no se olvide. ¡Es muy importante para mí!
Armando
no sabe qué hacer, no para de comprobar el paquete que le han entrega esa
misma mañana. Espera con paciencia la llamada de la mensajería que no se produce.
Sentado
en la cama, Armando no para de mirar sus pies, es tan descorazonador tener sólo
un calcetín.
No hay comentarios
Publicar un comentario