viernes, 26 de noviembre de 2010

RESUMEN

   Hoy me apropio de otras palabras, sorprendida de cuánto se puede decir con tan poco,  para hacerlas mías y saber que prefiero mil veces un "resumen" que el moderno "tq"



No existe libertad que no conozca,
Ni humillación o miedo
A los que no me haya doblegado
Por eso sé de amor,
Por eso no medito el cuerpo que te doy,
Por eso cuido tanto las cosas que te digo.


Autor. Luis García Montero.

jueves, 25 de noviembre de 2010

PALABRAS AL PIL-PIL





-!Hola amigos! Bienvenidos una semana más a nuestro programa - dijo el presentador- mirando sin pestañear al piloto rojo de la cámara
-¡Sí! amigos, hoy tenemos un plato muy, muy especial…enseguida lo vamos a ver, pero antes… unos minutos publicitarios-siguió diciendo con una sonrisa eterna.


-Pero, ¿qué mierda es está?- increpó a la regidora- ¿cómo voy a cocinar esto? ¿Estáis todos locos? ¿Quién cojones me ha gastado la bromita?- vomitaba mientras iba de un lado a otro del plató- ¿Y qué coño hago, Lucia?, sólo me quedan dos minutos de anuncios.

El set de grabación quedó en silencio. Todos conocían el mal genio de Eusebio, sólo Lucia, la regidora, podía suavizarlo.
-Tranquilo Eusebio, dame tiempo, yo también estoy sorprendida. De momento… si te parece, ahora cuando vuelvas, habla del nuevo horno que te hemos colocado y en la siguiente pausa lo solucionamos.
Rezongando se fue hasta la silla, que tenía su nombre impreso en el respaldo, y mirándose al espejo con el ceño fruncido se caló el alto e inmaculado gorro de cocinero-
- tres,dos,uno… conectamos.-dijo serenamente Lucia.
La sonrisa eterna del presentador volvió a tomar protagonismo.
-Queridos amigos, hoy tenemos algo grande, ya lo dije antes… y es tan grande que me resisto a compartirlo con ustedes, no piensen que soy egoísta, pero es que el plato de hoy merece eso y mucho más… y para darles más intriga, amigos, antes de cocinarlo, les mostraré el nuevo horno "X" con lectura pirolítica, con la que ya no tendrán que molestarse en sufrir los continuos humos y olores que desprenden los hornos convencionales.
La cámara enfoca el interior de un horno reluciente, sin rastro de grasa.
-Pero amigos, no duden de la última tecnología del mercado, ni de sus resultados-dice mientras lleva entre las manos, un plato precocinado de un fantástico pavo rellano, con sus muslos adornados con papel de colores, qué introduce en el horno-lo comprobarán ustedes mismos…
La cámara sigue enfocando. Ahora se acerca más, en su interior, el color blanquecido del pavo se torna dorado, unas pequeñas patatas chapotean en una salsa hasta ahora inexistente.
!RING! El dispositivo de alarma indica que la cocción ha terminado.
- !Miren, amigos- dice Eusebio, indicando al cámara que se acerque todavía más-miren que rapidez de cocción gracias a su difusor circular y ahora….lo mejor… simplemente dando a este botón, conseguimos eliminar todas esas pequeñas partículas de aceite que se han adherido en las paredes.
-Por favor, Juancho- enfoca nuevamente el interior, que comprueben nuestros telespectadores que no hay ni trampa ni cartón.
El cámara vuelve a mostrar el interior, otra vez reluciente.
-!Qué les decía! Increíble, ¿verdad?...¿Si?.. un momento, me piden paso otra vez para publicidad. Enseguida volvemos y no olviden que el plato que cocinaremos merece la pena, no nos abandonen- se arrepintió al minuto de decirlo. Confiaba en que Lucia hubiera solventado el problema, no podía entender quien le había hecho una cosa así. Cierto que los cocineros con pocos ingredientes, hacen buenos platos, pero… eso… pensaba mientras esperaba la señal que indicase que estaban fuera de antena.
-Dime que lo has solucionado, dime que ha sido una broma, !coño!, Lucia, dime algo,..
Lucía no sabía por donde empezar:- Eusebio, lo siento, de verdad, lo siento, pero tienes que hacerlo… caprichos del nuevo director… Yo también me tengo que comer el marrón, así que…
El equipo de grabación, al completo, estaba tan atento a Lucia y Eusebio, que ni siquiera escucharon el motín protagonizado por el público asistente, por un mísero bocadillo y un poco de agua.
-!No lo voy a hacer Lucia!; no me lo puedo permitir … sabes como va la audiencia, solo me faltaba eso.
-Pero no puedes negarte, así que, !venga!, no me hagas comerme solita el marrón, que bastante tengo con lo que tengo. Ponte las pilas que volvemos en cuarenta y cinco segundos.
- Estoy hasta los cojones, ¿me oís? Hasta lo cojones-dijo alzando la voz y la mirada a la oficina del Director. -!Cojones! Tu niño, dame la puta receta.
-Venga, Eusebio, no te calientes, que sabes que no te compensa… Y moviéndose como una culebrilla entre la multitud de cables siguió diciendo: -Moveos, moveos que en quince segundos entramos-increpando al personal que no salía de su asombro.
Eusebio volvió a colocarse el gorro del que empezaba ya a estar harto y en el último segundo, esperando la señal de Lucia para entrar en antena, se lo quitó en un ataque de rebeldía infantil, y detrás fue el delantal publicitario que por contrato estaba obligado a llevar.
Todavía mientras Lucia bajaba la mano, le dio tiempo a decirse así mismo: Hazlo bien, aunque nunca lo hayas cocinado. Hizo un par de respiraciones profundas y con la sonrisa ya en su cara, recibió a los telespectadores.
-!Bienvenidos otra vez amigos! Y ahora por fin el momento esperado, he de decirles querido telespectadores que ha sido un placer contar con su presencia durante todas estas semanas.
Quería excusarse ante su público, por lo que se veía obligado a hacer, pero sólo le salieron palabras de agradecimiento.
-Bueno amigos, no quiero ponerme pesado… sólo puedo añadir. Vamos a pasar a los ingredientes. Para cocinar el siguiente plato necesitaremos:
-Una pizca de idea
-1/4 de verbos
-1/2 de sustantivos
- artículos y preposiciones al gusto
- un puñadito de sentido común
- Y por último unos dientes de ajo, y una pizca de perejil, como bien dice mi gran amigo Arguiñano.
Un murmullo creció entre el público asistente. Eusebio se propuso no oír nada y continuó.
- Una vez elegidos cuidadosamente todos los ingredientes, los mezclaremos de dos o tres días. Con la maceración conseguiremos una textura y consistencia completamente armoniosa, digna del mejor paladar, sin que los ingredientes pierdan sus cualidades propias.
A una señal de Lucia, el responsable de sonido desconectó el audio del público, que había dejado de murmurar, constituyendo un alboroto creciente.
Eusebio siguió….: -Y con estos sencillos ingredientes, cualquiera de ustedes, se puede convertir en un auténtico cocinero de palabras, con las que agasajar a sus invitados con odas, cuentos, relatos, !incluso novelas!
Lucía le indicó por el pinganillo que el tiempo de emisión se acababa. Atropelladamente puso fin al programa. Se despidió sin utilizar la coletilla televisiva "hasta el próximo programa".
Eusebio huyó del plató. Se encerró en su casa y descolgó el teléfono. Apagó el móvil e incluso desconectó la ADSL, no quería saber absolutamente nada, pero no pudo evitar que la asistenta encendiera la tele. Ahí estaba, en primer plano, sin gorro ni delantal… explicando como cocinar palabras al pil pil.



SMS




miércoles, 24 de noviembre de 2010

EL CHU-CU-CHU DEL TREN

     

    El tránsito, el viaje, el movimiento hacia un destino, el paso lento de las hojas del periódico en la cafetería de la estación, el balanceo rítmico del píe, el vistazo cada dos segundos al panel de salidas.
     Cartel: PARIS AUSTERLITZ, anden 7.
    Ruedas ruidosas, respiración agitada, manos temblorosas al mostrar el billete, subida ágil al vagón, búsqueda torpe de la litera, toma de posesión, libro de lectura a punto, botella de agua cerca, antifaz localizado, -¿tapones? Mierda, me olvidé los tapones, sueños nocturnos intermitentes, y por fin el destino: la luz de Paris, clavada en mis pupilas
     Ahí sigue.

UNA DE HEROES

¿Quien ha pensado alguna vez en ser un superhéroe? ¿Quien se ha imaginado el uniforme? ¿Quien tendría un programa en la radio para hacerse eco de los héroes anónimos? Ahí os dejo una propuesta de traje y la historia de un héroe de gran utilidad.




DR. LIMPIO

(Extracto del programa de radio matutino “Héroes anónimos”. El locutor hace una breve presentación del héroe invitado. Como sintonía suena La Marcha Imperial)

-Es el vecino que todos quisieran tener; el hijo que todas las madres desearían; el padre con el que todos los niños sueñan; el jefe por el que los empleados no se conectarían a internet…. Ese es Dr. Limpio.
Le gusta ser discreto, a veces incluso lo dice, pero de manera inconsciente, a la vista está que un discreto jamás lo diría. Tiene tendencia a los que sus amigos denominan y dicen con cierta ironía “recoger trastos”. Se mantiene en el anonimato, prefiere observar a ser observado, le gustan los vinos afrutados, con tendencia a derramarse, se pirra por el Rey, del que defiende como buen seguidor que sigue vivo y odia ciertos alimentos que empiezan por “p”…
Hasta aquí estimados oyentes, apenas un boceto de su personalidad, ¿para qué más? cuando tenemos en nuestro estudio al héroe del día, a DR. LIMPIO.

(Desde la cabina de control, suben los decibelios de la Marcha Imperial)

- Bien queridos oyentes, como en días anteriores, como sabéis y para los que se acaban de incorporar ahora mismo, lo explicamos… a continuación realizaremos el cuestionario heroico, a nuestro invitado de hoy: DR. LIMPIO. -Buenos días y bienvenido
- Buenos días, muchas gracias.
- Sabemos que sus amigos han tenido que ser muy insistentes para que asistiera al programa ¿no es así?
- Cierto, como bien ha dicho, soy discreto.
- Amigo, le prometemos que no le pesará haber venido. Y ahora si me permite, como he adelantado a nuestros oyentes, conteste brevemente al siguiente cuestionario.
- Adelante. Esta es su radio.
- Ja,ja,ja…gracias Dr. Limpio, gracias. Ahí va la primera pregunta. Sus tres poderes preferidos y por qué?
- Umm, déjame pensar, difícil elección… como diría el tío de Peter Parker “un gran poder, conlleva una gran responsabilidad”, cualquiera podría serlo…
- Adelante, amigo, díganos…
- ¿No vale la contestación?
- Amigo, sirve, sirve, pero nuestros oyentes querrán saber más, adelante…
- En ese caso y en atención a sus oyentes, en mi hall of fame estarían: el de perderse, el de ver bien cuando no llevo el traje homologado y el KH7.
- Y ahora, Dr. Limpio, ¿explíquenos por qué? Pero antes de eso, dos segundos y volvemos.

(La cuña publicitaria utiliza una conocida escena del héroe azul de Barrio Sésamo)

-Bienvenidos nuevamente, estamos con el Dr. Limpio, que nos iba a explicar el porqué de su elección. Adelante, explique a nuestros oyentes por que prefiere eso poderes.
- Es muy sencillo. Veamos… el primero… bueno empezaré por el segundo, que es más fácil de explicar para lo no iniciados en los súperpoderes.
- Adelante, amigo.
- Me ocurre algo inaudito cuando llevo el traje de superhéroe, y es que mi poder de visión se ensombrece, algo que como puede usted imaginar perjudica mi imagen, además de hacerme más vulnerable. Parezco un vulgar miope y más con las calzas puestas.. Y ahora seguro que me preguntará ¿y por que lo he elegido?. No se moleste en preguntar ya se lo digo yo.
- Ja, ja, qué gracioso es usted.
- Mogollón, continúo explicando. Como le decía… cuando no llevo el traje, que es casi siempre y más desde que me trasladé al levante, ya sabe, un tema de temperatura, el traje da mucho calor. Bueno…continúo… que me desvío de la conversación. Se ha convertido en mi poder favorito, por una razón muy sencilla de entender, y es la siguiente, cómo cuando lo llevo, no veo, lógicamente cuando no lo llevo veo, hasta aquí todo comprendido, no?
- Si, Dr. Limpio, parece algo sencillo de entender ¿no es cierto, amigos oyentes? Pero continúe por favor.
- Aparte de la obviedad anterior, existe otro tema, mi visión es muy poderosa, se pondría comparar a la de Superman en sus mejores tiempos, pero la mía sin duda es superior. Así que ya imaginará usted, lo contento que estoy con este poder, que de hecho, puedo utilizar sin llevar el traje puesto, es como una bendición al hecho de ser héroe, me lo premian las fuerzas superiores pudiendo ver la ropa interior tan variada que llevan las chicas hoy en día… jaja… no hace falta que añada más, no?
- ¡Qué pillín, Dr. Limpio! Seguro que la mayoría de nuestros oyentes masculinos, coincidirán con usted, por no hablar, claro está, de nuestras oyentes femeninas; que hoy en día tenemos que tener mucho cuidado con las discriminaciones de género.- Desde luego usted no es un héroe al uso.
- Tiene toda la razón. Soy diferente. Continúo con el siguiente, el llamado KH7, ¿si le parece, claro?.
- Adelante, amigo, es usted terrible, no hace falta ni que le haga las preguntas.
-Y en relación al último, si me gustaría contar una anécdota que me ocurrió…quizás así, lo entiendan mejor …

-Atención, amigos, me indican desde el control de sonido que tenemos una llamada pidiéndonos paso.
-¿Si? ¿Cómo se llama amigo? ¿Quiere compartir algo con nosotros? ¿Conoce a nuestro héroe invitado?
-Buenas tardes. Me llamo Mohamed. Si, quiero contar algo. Si.
- Adelante, amigo Mohamed. Cuéntenos, cuéntenos..
- Yo conozco a Dr. Limpio.
- Bien, amigo, explíquenos cómo fue.
- Me acuerdo bien. Hace una semana y aunque todo fue muy deprisa, lo sé, era él. Estaba hablando con mi “javivi” por skype, cuando entró uno de esos oscuros, gritando.
- Disculpe, Sr. Mohamed, explique a nuestros oyentes, a quien se refiere con javivi, skype y con uno de esos oscuros. Me temo que este locutor no está al tanto de la tecnología.
- Javivi, es mi mujer, es amor en árabe. Y los oscuros, son los negros, como dicen aquí. Y el skype un programa para hablar por teléfono gratis.
- Vaya, esto último quizás se considera publicidad… pero siga, siga. Satisfecha mi curiosidad, continúe por favor.
- Entró armando jaleo, y con malos modos el oscuro quiso quitar a uno de los que había, decía que el ordenador era suyo y más cosas, que no entendíamos. Salió uno de los suyos a defenderlo. Enseguida, todos se pusieron a discutir….sacaron navajas, cuchillos… Y entonces ocurrió. Nadie se había dado cuenta de que estaba allí. Apareció de la nada… como en las películas de los amarillos, empezó a dar puñetazos por todas partes, patadas voladoras, sin estropear uno solo de los ordenadores, ¡fue increíble! Y no solo eso, lo más increíble, fue, que se fue cómo había llegado, sin darnos cuenta, pero con una gran diferencia.
- ¿Si? ¿Cual amigo?, hablemos de esa diferencia
- Cuando se fue… todo el cyber estaba limpio. Las paredes eran blancas, en lugar de grises, los teclados de los ordenadores no tenían huellas y en las pantallas te podías ver del brillo que tenían! Fue algo increíble!! Hasta el cuadro que siempre estaba torcido, estaba bien puesto.
- ¿Me está diciendo Sr. Mohamed que nuestro invitado, no sólo acabó con la pelea, sin destrozo del material, si no que además dejó el cyber como los chorros del oro? ¿Es correcto, Sr. Mohamed?
- Si, si, fue así y fue él. Yo lo ví. Bueno, yo estuve allí mientras lo hacía, porque fue todo tan rápido…pero era él!
- Gracias, Sr. Mohamed, por su testimonio, no cuelgue, mis compañeros cogerán sus datos, para mandarle un detalle, por su intervención en el programa.

(Conectan de nuevo el micrófono del invitado y el locutor no deja de darle las gracias por su silencio, mientras suena la sintonía del programa)

- Amigos, menudo programa que tenemos. Aquí estamos con Dr. Limpio, ¿algo que añadir, después de la intervención del Sr. Moha?
- No puedo añadir nada más. Mohamed dixit.
- Lástima amigo… con la cantidad de preguntas que nos quedan en el tintero, y más después de la intervención del oyente, pero se nos acaba el tiempo. Hasta aquí el programa de hoy, despedimos a nuestro particular invitado, dándole las gracias por …
(La voz del locutor, se pierde entre los compases de la Marcha Imperial).

martes, 23 de noviembre de 2010

HAPPY DAY

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lunes, 22 de noviembre de 2010

TIMIDEZ

   Me busca los colores, me mira con interés, con mucho interés diría yo, me clava sus pupilas y me observa tanto que me siento pequeño. 
   Sabe que me gusta cuando acerca su nariz a mi cuerpo, cuando con la punta de la lengua me prueba, cuando cierra los ojos y aproxima sus labios... en ese momento, sabe que me hará suyo, que mi líquido recorrerá su garganta y saciará su sed, que me aroma flotará en su paladar y que mi bouquet habrá alcanzado su destino.

Nota: Publicado en el I Certamen Internacional de Literatura Hiperbreve "El Rioja y los 5 sentidos"


   La foto no es de un rioja, sino de un vino valenciano, con una etiqueta y nombre chulos, pero algo ácido, en mi opinión, que tomé en viernes, en buena compañía. A parte de recibir un regalo inesperado (falta la dedicatoria), descubrí con cierta timidez, la primera impresión que causé en uno de los comensales, todavía me sonrojó al pensarlo.

domingo, 21 de noviembre de 2010

IN MEMORIAM


LA PROMESA

    Cuando ví el color de la nubes supe que no tardaría en morirme, no era adivina simplemente mi cuerpo se encontraba al límite de su resistencia y tan sólo había una razón para que se impusiera la vida en mi drogado organismo. La morfína corría por mis venas con demasiada frecuencia manteniendo mi dolor a raya. Los días para mi superaban las veinticuatro horas. el insomnio era mi compañero de cama y la habitación mi reino... y a pesar de todo quería vivir, una semana, tan sólo una semana. No necesitaba más tiempo.
    Las cosas no suelen ser agradables en estas circunstancias... y como dije al ver los destellos blancos que surgían de las nubes sabía que llegaba la hora de dejaba vencer.

    Quedaban menos de tres días para que mi hija, la pequeña, cumpliese la mayoría de edad !la niña de mis ojos!, cómo solía decir a todo el mundo y con mayor frecuencia desde que tuve noticia de mi enfermedad.
    La niña que quisé con toda mi alma que fuese un chico, idea que desapareció en cuanto me la entregaron, morenita, con mucho pelo y sonriendo, la niña de los ojos color avellana con los que desarmaba a cualquiera, mi niña, mi pequeña,  mi R, la más cariñosa, la más lista.

    !Cómo no asistir a tan importante evento! aunque estuviera sujeta a la tiranía del dolor, tan sólo apaciguado por el efecto de la morfina, no podía por menos que sacar fuerzas de flaqueza y morirme con la tranquilidad de haber sido testigo de esta fecha, liberándome además de la responsabilidad de no dejar ningún menor a cargo del que pronto sería mi viudo.

    No me gusta compadecerme de mi misma y siempre tuve presente lo que estaba viviendo, no fui engañada ni por médicos ni familiares, algo que agradecí, tomando conciencia de mi situación y pudiendo planear y casi convencer al resto, para mi despedida.

    Durante esa semana recuerdo la tibieza del sol invernal colándose por las rendijas de las persianas, olvidándome al despertar de la cuenta atrás y experimentado una leve mejoría, sin duda por el efecto de la luz. Me encontraba de humor, comía sin esfuerzo, mantenía ocupadas mis manos con labores de ganchillo y recibía con alborozo las visitas que seguían siendo innumerables.

    Procuraba mantenerme en el mundo de los vivos, prestando atención a lo que contaban mi hijas y de manera especial a la pequeña, sin duda la rutina de las clases en la Universidad les vino bien.

    Y qué decir de mi marido, siempre atento, pendiente de mi de manera casi obsesiva...recuerdo claramente nuestras manos, lo importante que era sentirlas. !Dios mio! ¿cómo pueden transmitir tanto? y los ojos !qué cantidad de cosas nos decíamos con mirarnos!.

    A nadie le gusta morir, sin duda por la educación que recibimos, nos preparan solamente para la vida. Nunca me planteé si había algo más después de la muerte, salvo la metamorfosis biológica y química del cuerpo; sin embargo, hoy puedo decir con certeza que sí hay algo más: estoy viva, gracias a la autora hace que me sigan recordando aquellos que me conocieron y aquellos a los que nunca conoceré.

    Diré para terminar que conseguí llegar a mi cita, la promesa se cumplió.






jueves, 18 de noviembre de 2010

RASO

Cada cual que elija su color:



RASO
-Deja que tome distancia para verte....Estás preciosa-le dijo.
-Gracias...solo me he limitado a dejarme hacer-replicó ella, mostrando su cuerpo hábilmente cubierto por unas largas cintas de raso negro, en mitad del salón. Soy tu obra.
Se revolvió en la silla, aquellas frases y la entonación que usaba, le volvían loco.
Ella lo percibe, apenas le conoce pero sabe qué resortes tocar para mantener su pasión, la tensión de sus músculos y el brillo en sus ojos.
Semanalmente dejaban sus vidas, sus nombres y sus ropas en el vestíbulo de la calle Cruz, número 7, apartamento B.
Ambos admitían aquel juego inocente, que les permitía mostrarse con total libertad, no sólo con sus cuerpos sino con sus más íntimos deseos, un juego sin reglas, sin vencedores y vencidos.
 -Ven, acércate-dijo él.
-No, no iré. Todavía no.- Y mientras da vueltas a su alrededor, le dice en voz baja: Obsérvame, mírame, deséame, libérame de tu obra y seré tuya.
Comienza el juego. Él con sumo cuidado le atrae hacia si, buscando uno de los extremos de la cinta, que encuentra en el pie derecho. Lentamente va deshaciendo el camino, descubriendo con extrema lentitud su piel blanca. Se detiene, disfruta viendo el contraste del color en su cuerpo. Ahora busca en su pie izquierdo el otro extremo, avanza nuevamente hasta su cintura donde convergen las cintas. Se levanta de la silla y continúa explorando cada centímetro de la piel descubierta, alcanza sus pechos, se recrea en ellos,  les rinde tributo con su lengua,  sube por su cuello para deshacer con la boca el nudo de la nuca, los brazos quedan descubiertos al instante, el raso serpenteante cual confeti, cae a ambos lados. Ella todavía sigue inmóvil, sumida en un placer nuevo, el de la espera; mientras él recoge con devoción las cintas de raso.
        Ambos conocen de antemano el final...
-Deja que tome distancia para verte...Estás preciosa- le dijo.






miércoles, 17 de noviembre de 2010

LA OTRA OBRA DE ARTE

Ha llegado la lluvia y el frío y con ellos las primeras toses. No os digo más...


LA OTRA OBRA DE ARTE 
Aquella noche todos los telediarios dieron la misma noticia, lo calificaban de acto vandálico, de salvajismo contra el patrimonio nacional, de verdadera catástrofe artística. Su reparación costaría a los españoles una buena suma de dinero que como todos sabían saldría directamente del consumo de tabaco y alcohol.
La noticia no quedó ahí, se convirtió durante el tiempo que duró la investigación en eje central de tertulias y programas de televisión, siendo comentado por famosillos, expertos en arte, amas de casa, políticos..... ¡todos querían dar su opinión.!


Marian había dejado de tener pareja, y se veía, muy a su pesar de nuevo disponible. Para combatir la ausencia llenó su agenda con miles de actividades, donde ocupar mente y horario. El Arte la atrapó, convirtiéndola en una conversa de los museos y de todas las instituciones que movían a su alrededor: amigos del Museo X, colaboradores ocasionales del Y, recolectas populares para la restauración de Z. Marian descubrió un mundo nuevo.
Durante meses no tuvo otra ocupación que la de elevarse culturalmente por encima de la media, visitando exposiciones, asistiendo a conferencias en Galerías de renombre y suscribiéndose a revistas especializadas.


Mientras tanto en España, no se hablaba de otra cosa, que no fuese: la gran mancha incrustada en una de las obras pictóricas más conocidas y significadas de su historia: “El Guernica” de Picasso.
El Museo Reina Sofía, ha contratado a uno de los mejores restauradores, así como a un equipo de investigadores para llevar a cabo un estudio exhaustivo del origen de la mancha, su composición y análisis, dejando a las autoridades pertinentes la búsqueda del autor” declaraba la responsable del gabinete de prensa del Museo.
En cada telediario informaba de las líneas de investigación que barajaban: que si algo encontrado en una papelera cercana contenía datos relevantes sobre el autor de los hechos, que si el Museo había puesto a disposición de la autoridad competente una copia de las cintas del circuito cerrado de vigilancia....




Marian comenzó a transformar su aspecto para sorpresa de propios y extraños. Primero fue el corte de pelo radical, pasando a ser recuerdo su larga caballera, luego el tinte rubio, que la convirtió en un ser etéreo, por su tez tan blanca, color que fue rápidamente sustituido por el tono dorado de los uva, dándole una apariencia de nórdica residente en Ibiza.
Acompañando al cambio físico experimentó también un cambio psicológico, digno de estudio de Freud. Dejó las actividades culturales en las se había apoyado tras su separación, dejó a los amigos que allí conoció, dejó de contestar al teléfono, dejó de cumplir su horario de trabajo con excusas miles y luego simplemente dejó de ir. Ni siquiera atendía las llamadas de la familia, ni los ruegos encarecidos de su madre......
Se aisló del mundo. Su vida transcurría a menos de un metro del ordenador y la televisión, estratégicamente situados en el salón, buscando cualquier noticia relacionada con la misteriosa mancha y la autoría de la misma. Había perdido peso, apenas dormía, pendiente las veinticuatro horas del día de los chats sobre arte y las noticias. Esperando a que ocurriese en cualquier momento lo conocido de antemano.
Pasaban las semanas y seguían sin descubrir al autor material del atropello al Guernica. Apuntaban avances en la investigación sin aclarar en qué términos, para a renglón seguido afirmar que tenían serias dudas sobre el autor o autores, pues al parecer ni siquiera podían establecer cuantos sujetos habían participado en el ataque al Guernica, debido a las dimensiones de la materia encontrada.
Tras el cambio operado, Marian tomó la única decisión que le parecía más lógica: huir del país, con destino a.....Italia, cuna del Renacimiento donde se convertiría en una estupenda guía turística. Lo tenía todo pensado.


No sabía por donde empezar, ni siquiera sabía cómo habían dado con ella, el agente judicial intentaba tranquilizarla. Su adn como le habían explicado, se hallaba en la gran mancha verde adherida al Guernica y las autoridades habían tenido la precaución de remitirlos a la INTERPOL para su publicación y así es como habían dado con ella, en Italia, do estaba a punto de hacerse el carnet de la biblioteca...... Le preguntaron ¿Cómo había sido capaz de hacer una cosa así?, sólo pudo responder:
-Lo siento, estaba constipada, muy constipada y no pude controlarlo....

martes, 16 de noviembre de 2010

LA LARGA ESPERA

El humor notarial no existe, puedo dar fe (ahora tendríais que oír las risas enlatadas). Ahí os dejo la prueba:





LA LARGA ESPERA

   -Macho, te has fijado en la cantidad de libros que tiene ese tío.
   - Joder, ¿se lo habrá leído todo?
   - Pues no se, pero fíjate las gafas de culo de botella que lleva
   - Déjate de tonterías y al lío, que aquí hay mucho que mover.
   - Buenos días, ¿Les han explicado las cosas que tienen que embalar?
   - Si, este despacho, y lo que hay en las dos salas, ¿no?
  - Si les parece podemos empezar por mi despacho y luego ya les voy indicando.
   - ¿Los muebles van también al mismo sitio?
   - Si, pero la mesita de caoba y el cuadro grande a mi domicilio, calle Serrano, 33, ático.
   - Si le parece, lo separamos antes de empezar, para que no haya problemas con la entrega.
   - Bueno, bueno, eso ya saben ustedes como tiene que hacer. Cuando acaben con el despacho me avisan.
   - De acuerdo

   - Venga tío, manos a la obra que hay mucho trabajo. Vamos a empezar por la librería grande y luego mesa, sillas ….
   - Antes un cigarro.
   - Cigarrito y a la marcha, que cuanto antes empecemos antes acabamos.
   - Joder tío, qué prisas ¡la leche!
   - Si es que siempre estás igual…hasta que arrancas
    - Relax colega, no me agobies

   El piso en pleno Barrio de Salamanca, era muy grande, incómodo para ser utilizado como despacho, el ascensor de servicio hacía que su distribución fuese circular, parecido a una rotonda pero en ver de transitar vehículos, lo hacían personas. Desde luego con la misma intensidad que cualquier carretera en hora punta. La decisión de poner fin a su negocio, fue que cumplió setenta años, este era uno de los privilegios que conllevaba su profesión: Notario. Le quedaban pocas semanas para acabar el año y no quería las prisas de última hora, dejaría la Notaría a la que tantas horas le había dedicado, y recogería todos los libros, muebles, fotos, y recuerdos que había ido acumulando desde que sacó plaza en Madrid, a la edad de treinta años. Habían cambiado mucho las cosas desde entonces, pero siempre se mantuvo al día de las novedades legislativas, incluso llegando a incorporar la informática más puntera para facilitarle el trabajo.
   Se detuvo en unas de las Salas, los de la mudanza andaban trasteando en su despacho. Era su sala preferida, en ella colgaban los cuadros de ese famoso pintor toledano que en los años ochenta había tenido tanta fama y que en agradecimiento al interés mostrado por su pintura, le regaló el mural que cubría gran parte de la pared. Tomó asiento en una de las sillas de madera, de estilo modernista, y dejó que su mente evocara todos los documentos en los que había dado fe: compraventas, préstamos, sociedades, testamentos…. Y la variedad de gente que había pasado por allí. Sin quererlo se emocionó.
   - Perdone, ya hemos acabado con su despacho, ¿por donde seguimos?.
   - Pues por aquí mismo. Tengan cuidado con las sillas, por favor.
   - Descuide jefe, las trataremos como al cristal de bohemia.
   - Gracias. Bajaré a tomarme un café, en veinte minutos estaré de vuelta ¿quieren que les suba algo?
   - No gracias.

  - Macho, te has fijao en el sillón, se parece sacado de un contenedor. Mucho Notario, pero ¡mira que son cutres!
   - Si es que no entiendes: eso no es cutre, eso es una antigüedad.
   - No me jodas, y échame una mano con la mesa, que no sé como coño se desmonta.
   - Tranqui y despacito, que no quiero líos con la factura, que luego ya se sabe: “que si me han rayado no sé que, que si esto ha llegado roto”. Me conozco a éstos, por no dar no dan ni los buenos días.
   - Es verdad, me acuerdo cuando firmamos la escritura de mi casa, el capullo que no venía y todos con una prisa, ¡Imagínate! Para luego llegar no decir ni mu y echar una firmita. ¡Hay que joderse!
   - Vamos a darnos prisa, que todavía nos queda la otra.

   La otra sala era más amplia, la utilizaba para las Juntas Generales de algunas sociedades que seguían sintiéndose importantes al convocar a sus socios en la Notaría. Ocupaba casi una cuarta parte, tenía dos entradas, una gran mesa, numerosas sillas, una librería a uno de los costados que rompía el equilibrio visual, formando un recoveco extraño, de tal modo que si alguien se sentaba en ese lugar, pasaba completamente inadvertido.
   Subió de tomar café, se dirigió hacia ella, quería despedirse. El olor a rancio, madera y libros saturó sus fosas nasales. Siempre había convivido con ese olor, pero esta vez le pilló de sorpresa, tanto que tuvo que sentarse. En esta sala la decoración era más funcional, quizá minimalista, siguiendo sin querer las últimas tendencias decorativas, aunque la dichosa librería acababa con al uniformidad del resto.
   - Ah, ¡Dios mío!, y pensar que la pusimos aquí en uno de los últimos cambios y la lleva más de quince años. El resto ha ido cambiando…
   - ¿Decía algo, jefe?- preguntó uno de los operarios
   -Nada, nada- ¿Tiene para mucho?- contestó el Notario, volviendo en sí.
   -Estamos terminando de embalar la última silla y nos venimos a ésta. Dé nos una hora y acabamos.
   - En ese caso, me voy a comer y las cuatro vengo. Ustedes.. ¿no comen?
   - Si, si, ahora iremos, estamos tan liaos. Venga mejor a las cinco.

   Habían traído unos bocatas, sabían que en la zona los menús eran caros y no estaban dispuestos a gastarse más de lo necesario; además llevaban también una nevera portátil, con cervezas bien frías.
   - bueno, ya va quedando menos de la sala grande. Tengo unas ganas de acabar, estoy baldao. 
   - La mitad de la sala y a casita ¿te apetece un café? He traído el termo.
   - Macho, no te privas de nada. Si, venga, me tomo uno.

   Les quedaba una hora para terminar con la mudanza, procuraron no entretenerse, tenían embalado gran parte de las sillas. Algo les llamó la atención, no sabían muy bien que podía significar, sin duda, alguna excentricidad del Notario. Estaban indecisos, ¿debían embalarlo o no?, decidieron dejarlo para el final y preguntar sobre ello. Terminaron de recoger el resto de enseres, a la espera de su llegada.
   - Buenas tardes, ¿Han terminado?
   - Si, sólo nos queda una cosa, no sabíamos que hacer ella.
   - Díganme de qué se trata.
   - Es el esqueleto
   - ¡Qué! ¡Qué dicen! ¿¡Un esqueleto¡?.¡ Me están tomando el pelo! Sin dejar de formular exclamaciones se dirigió a la sala, quería comprobarlo con sus propios ojos.
   Efectivamente allí estaba el esqueleto, oculto tras la librería, con un tweed de lana y gafas de carey, bien sentado, portando en una de sus manos un papel.
La cara del Notario reflejaba estupor, sorpresa, unas gotas de sudor resbalaban por ella, el corazón le latía cada vez más fuerte. Se acercó con reparo y lo que allí descubrió, cambió su vida para siempre.
   Lo primero en lo que se fijó fue en el papel que asía con una de sus manos, o más con las falanges, se trataba de un testamento -¡qué ironía!- Se permitió el lujo de pensar, en una situación tan comprometida.
   Como en los viejos fotomatones, recibió un fogonazo que le hizo ver todo claro: el esqueleto, según el testamento se llamaba Antonio Jiménez Sánchez, soltero, sin descendientes (nadie reclamó su desaparición), por la fecha del documento llevaba más de quince años en la Notaría.

lunes, 15 de noviembre de 2010

HOY

  

 Hoy soy un cúmulo de ideas y frases no dichas que revolotean como mariposas, por mis neuronas. Hoy es lunes,  soy un caracol (con la casa a cuestas todo el día), hoy he recuperado unos lápices sin dueño, hoy me he acordado de una historia triste, que os dejo.

BODEGON

   Todavía me estoy recuperando. Los pechos desbordados sin sentido, incómodos, acotados por la copa; la sensación de vacío me invade como un virus, tiñendo de dolor mi quehacer diario. Hace solo dos días que estoy en casa, lo objetos me hablan de cosas pasadas, los espejos me devuelven un yo interrogante, mis dudas resbalan por las paredes buscando la salida y mis miedos se hacen fuertes en mi corazón. ¿Cómo ha ocurrido?- me preguntan. Ni siquiera lo se.
   En tan solo una semana todo cambió, lo que hasta entonces era una existencia normal, pasó a desesperación, caos, soledad, miedo y angustia.
   No puedo encontrar las palabras, el nudo de mis entrañas no deja pronunciarlas. El psicólogo me pide que exteriorice mis sentimientos, en voz alta, para oír mi dolor, que me ayudara a superarlo. ¡Pamplinas!.  Jamás perderé la ausencia que me invade. ¿Qué palabras decir?...sencillas y rotundas: Mi hijo…hace dos días, en la última toma… murió.

viernes, 12 de noviembre de 2010

DIEGO ARMANDO MARADONA





- ¿Y tú último deseo?
- Ser Peluuuuuuuuuuuuuuusa.
   Es lo último que recuerdo cuando se deshicieron de mí. Nunca imaginé que mis  congéneres pudieran llegar a tanto.
   Desde chiquito fui travieso, me gustaba jugar demasiado, destacaba sobre el resto de mis compañeros, irguiéndome en el pelo más visible de la melena que formaba mi mundo.
   ¡Si!, soy un pelo, y por definición: “filamento cilíndrico de naturaleza córnea, que nace en la epidermis de la mayor parte de los mamíferos”, pero no un pelo cualquier, tengo visión de futuro, aunque el resto de individuos de mi género no me comprendan.
   Mi mayor deseo desde la infancia, fue ser independiente; destacando siempre en la cabellera recién peinada, poniéndome de punta, para resaltar mi belleza azabache sobre el resto. Soy demasiado hermoso para mezclarme con el populacho y no exhibir mi beldad. Esta soberbia me ha traído muchos quebraderos de cabeza, si se me permite la expresión.
   Tardé en alcanzar la edad madura, el crecimiento de un pelo no es cosa fácil: un centímetro cada veinte días. Una larga vida, que con cuidados estéticos puede verse ampliada.
   Mis amigos de la niñez, los pelos más cercanos; al hablar de nuestro futuro muchos de ellos pensaban en formar parte de largas melenas artificiales en las que serían insertados, como ellos decían “el sumum de la perfección”, otros en cambio, eran tímidos, y hubieran preferido nacer en otra parte del cuerpo, no les gustaba sentir el aire libre en sus cutículas y yo....nuevamente, diferente, soñando con una existencia aventurera en la que conocer otras culturas, otras gentes, visitar otras cabezas.....y la única forma de conseguirlo, ya lo sabía entonces, era ser Pelusa.
   La idea no la tomé a la ligera, pensé en sus pros y contras, encontrando más de los primeros, de este modo transcurrió mi infancia y adolescencia, deseando alcanzar mi madurez peluda para formar parte de un nuevo organismo: la pelusa.
   Mis puntas estaban sanas, mis cutículas se podían flexionar sin quebrarse, era un pelo brillante. Poco a poco iba alcanzando mi madurez, y con ella la cita ineludible de mi destino. Así se lo hacía saber a mis amigos y vecinos, éstos siempre me daban la espalda retorciendo sus raíces, no queriendo saber nada de mí. Los oía cuchichear sin llegar a entender lo que decían. 
   Estaban compinchados, tramando a mis espaldas del modo más burdo, animándome a destacar, sabían que la soberbia era mi talón de Aquiles, urdieron una emboscada, haciendo sentir a la melena que me contenía incomodidad en el poro que me alimentaba...
   Ocurrió tan rápido, que no me dio tiempo a reaccionar. De repente vi una mano acercarse, tanteándome, dejando resbalar sus dedos por mis cutículas, girando de tal modo que me vi atrapado, oía las risas de mis compañeros alrededor, diciendo: -Has picado, has picado...
   El dedo siguió girando sobre si mismo, hasta que fui arrancado sin piedad, precipitándome al vacío, retumbando en mis oídos mis últimas palabras: “ser peluuuuuuuuuuuuuuuusa”.

   La nueva ubicación me desconcertó. Allí, sólo, en el territorio de mis sueños sin saber que hacer…
   - Rápido, ven. La Muerte Súbita está rondando
   - ¿Cómo? ¿Qué?
   -  No pienses, actúa- me dijo la voz.
   Girando sobre mí mismo alcancé el objetivo, me uní a otros pelos. ¡Por fin, lo conseguí! Era una pelusa, o más bien formaba parte.
   Como integrante tuve que renunciar a mi individualidad, asimilando una nueva forma de vida, procurando esconderme del terrible fantasma que podía acabar con mi nueva existencia.
   Enseguida tuve noticias de lo que se conocía como la muerte súbita; se trataba de un largo palo compuesto en su parte más baja, por miles de pelos, sintéticos, de extraordinaria habilidad para introducirse en los rincones, sacarnos a la luz y transportarnos en un recipiente plástico hasta nuestro destino final, la basura.
   La muerte súbita solía salir de patrulla casi a diario y a plena luz, así pues nos movíamos con rapidez durante la noche, buscando el rincón más inaccesible. Nuestro guía era una pelo rubio que  llevaba tiempo burlándola, conocía todas las estrategias necesarias para nuestra movilización y ubicación, tales como la importancia de las corrientes de aire de bajo nivel, producidas como nos explicó por la apertura de puertas, el no llamar la atención, dispersándonos durante el día y reagrupándonos al anochecer, buscándonos unos a otros, de tal modo que al unir nuestro cuerpos junto a las partículas en suspensión consiguiéramos un organismo compacto y de fácil transporte....
   ¡Qué dicha la mía! ¡Que apasionante existencia me había procurado!. ¡Qué plenitud!, ¡Qué felicidad!.... aunque ésta duró poco con “la cosa”. La muerte súbita, era inofensiva a su lado. Ella te llamaba con un ronroneo suave, acompañada de una vibración constante que te indicaba el camino, te envolvía en el aroma floral que despedía y la brisa, esa brisa, que te atraía sin remisión.... los míos y yo, caímos, nos dejamos engatusar por sus encantos, engulléndonos y succionándonos con rapidez. El aspirador acabó con mi vida.


© Historias de Eva, S.L.
Maira Gall