martes, 23 de noviembre de 2010

HAPPY DAY

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lunes, 22 de noviembre de 2010

TIMIDEZ

   Me busca los colores, me mira con interés, con mucho interés diría yo, me clava sus pupilas y me observa tanto que me siento pequeño. 
   Sabe que me gusta cuando acerca su nariz a mi cuerpo, cuando con la punta de la lengua me prueba, cuando cierra los ojos y aproxima sus labios... en ese momento, sabe que me hará suyo, que mi líquido recorrerá su garganta y saciará su sed, que me aroma flotará en su paladar y que mi bouquet habrá alcanzado su destino.

Nota: Publicado en el I Certamen Internacional de Literatura Hiperbreve "El Rioja y los 5 sentidos"


   La foto no es de un rioja, sino de un vino valenciano, con una etiqueta y nombre chulos, pero algo ácido, en mi opinión, que tomé en viernes, en buena compañía. A parte de recibir un regalo inesperado (falta la dedicatoria), descubrí con cierta timidez, la primera impresión que causé en uno de los comensales, todavía me sonrojó al pensarlo.

domingo, 21 de noviembre de 2010

IN MEMORIAM


LA PROMESA

    Cuando ví el color de la nubes supe que no tardaría en morirme, no era adivina simplemente mi cuerpo se encontraba al límite de su resistencia y tan sólo había una razón para que se impusiera la vida en mi drogado organismo. La morfína corría por mis venas con demasiada frecuencia manteniendo mi dolor a raya. Los días para mi superaban las veinticuatro horas. el insomnio era mi compañero de cama y la habitación mi reino... y a pesar de todo quería vivir, una semana, tan sólo una semana. No necesitaba más tiempo.
    Las cosas no suelen ser agradables en estas circunstancias... y como dije al ver los destellos blancos que surgían de las nubes sabía que llegaba la hora de dejaba vencer.

    Quedaban menos de tres días para que mi hija, la pequeña, cumpliese la mayoría de edad !la niña de mis ojos!, cómo solía decir a todo el mundo y con mayor frecuencia desde que tuve noticia de mi enfermedad.
    La niña que quisé con toda mi alma que fuese un chico, idea que desapareció en cuanto me la entregaron, morenita, con mucho pelo y sonriendo, la niña de los ojos color avellana con los que desarmaba a cualquiera, mi niña, mi pequeña,  mi R, la más cariñosa, la más lista.

    !Cómo no asistir a tan importante evento! aunque estuviera sujeta a la tiranía del dolor, tan sólo apaciguado por el efecto de la morfina, no podía por menos que sacar fuerzas de flaqueza y morirme con la tranquilidad de haber sido testigo de esta fecha, liberándome además de la responsabilidad de no dejar ningún menor a cargo del que pronto sería mi viudo.

    No me gusta compadecerme de mi misma y siempre tuve presente lo que estaba viviendo, no fui engañada ni por médicos ni familiares, algo que agradecí, tomando conciencia de mi situación y pudiendo planear y casi convencer al resto, para mi despedida.

    Durante esa semana recuerdo la tibieza del sol invernal colándose por las rendijas de las persianas, olvidándome al despertar de la cuenta atrás y experimentado una leve mejoría, sin duda por el efecto de la luz. Me encontraba de humor, comía sin esfuerzo, mantenía ocupadas mis manos con labores de ganchillo y recibía con alborozo las visitas que seguían siendo innumerables.

    Procuraba mantenerme en el mundo de los vivos, prestando atención a lo que contaban mi hijas y de manera especial a la pequeña, sin duda la rutina de las clases en la Universidad les vino bien.

    Y qué decir de mi marido, siempre atento, pendiente de mi de manera casi obsesiva...recuerdo claramente nuestras manos, lo importante que era sentirlas. !Dios mio! ¿cómo pueden transmitir tanto? y los ojos !qué cantidad de cosas nos decíamos con mirarnos!.

    A nadie le gusta morir, sin duda por la educación que recibimos, nos preparan solamente para la vida. Nunca me planteé si había algo más después de la muerte, salvo la metamorfosis biológica y química del cuerpo; sin embargo, hoy puedo decir con certeza que sí hay algo más: estoy viva, gracias a la autora hace que me sigan recordando aquellos que me conocieron y aquellos a los que nunca conoceré.

    Diré para terminar que conseguí llegar a mi cita, la promesa se cumplió.






jueves, 18 de noviembre de 2010

RASO

Cada cual que elija su color:



RASO
-Deja que tome distancia para verte....Estás preciosa-le dijo.
-Gracias...solo me he limitado a dejarme hacer-replicó ella, mostrando su cuerpo hábilmente cubierto por unas largas cintas de raso negro, en mitad del salón. Soy tu obra.
Se revolvió en la silla, aquellas frases y la entonación que usaba, le volvían loco.
Ella lo percibe, apenas le conoce pero sabe qué resortes tocar para mantener su pasión, la tensión de sus músculos y el brillo en sus ojos.
Semanalmente dejaban sus vidas, sus nombres y sus ropas en el vestíbulo de la calle Cruz, número 7, apartamento B.
Ambos admitían aquel juego inocente, que les permitía mostrarse con total libertad, no sólo con sus cuerpos sino con sus más íntimos deseos, un juego sin reglas, sin vencedores y vencidos.
 -Ven, acércate-dijo él.
-No, no iré. Todavía no.- Y mientras da vueltas a su alrededor, le dice en voz baja: Obsérvame, mírame, deséame, libérame de tu obra y seré tuya.
Comienza el juego. Él con sumo cuidado le atrae hacia si, buscando uno de los extremos de la cinta, que encuentra en el pie derecho. Lentamente va deshaciendo el camino, descubriendo con extrema lentitud su piel blanca. Se detiene, disfruta viendo el contraste del color en su cuerpo. Ahora busca en su pie izquierdo el otro extremo, avanza nuevamente hasta su cintura donde convergen las cintas. Se levanta de la silla y continúa explorando cada centímetro de la piel descubierta, alcanza sus pechos, se recrea en ellos,  les rinde tributo con su lengua,  sube por su cuello para deshacer con la boca el nudo de la nuca, los brazos quedan descubiertos al instante, el raso serpenteante cual confeti, cae a ambos lados. Ella todavía sigue inmóvil, sumida en un placer nuevo, el de la espera; mientras él recoge con devoción las cintas de raso.
        Ambos conocen de antemano el final...
-Deja que tome distancia para verte...Estás preciosa- le dijo.






miércoles, 17 de noviembre de 2010

LA OTRA OBRA DE ARTE

Ha llegado la lluvia y el frío y con ellos las primeras toses. No os digo más...


LA OTRA OBRA DE ARTE 
Aquella noche todos los telediarios dieron la misma noticia, lo calificaban de acto vandálico, de salvajismo contra el patrimonio nacional, de verdadera catástrofe artística. Su reparación costaría a los españoles una buena suma de dinero que como todos sabían saldría directamente del consumo de tabaco y alcohol.
La noticia no quedó ahí, se convirtió durante el tiempo que duró la investigación en eje central de tertulias y programas de televisión, siendo comentado por famosillos, expertos en arte, amas de casa, políticos..... ¡todos querían dar su opinión.!


Marian había dejado de tener pareja, y se veía, muy a su pesar de nuevo disponible. Para combatir la ausencia llenó su agenda con miles de actividades, donde ocupar mente y horario. El Arte la atrapó, convirtiéndola en una conversa de los museos y de todas las instituciones que movían a su alrededor: amigos del Museo X, colaboradores ocasionales del Y, recolectas populares para la restauración de Z. Marian descubrió un mundo nuevo.
Durante meses no tuvo otra ocupación que la de elevarse culturalmente por encima de la media, visitando exposiciones, asistiendo a conferencias en Galerías de renombre y suscribiéndose a revistas especializadas.


Mientras tanto en España, no se hablaba de otra cosa, que no fuese: la gran mancha incrustada en una de las obras pictóricas más conocidas y significadas de su historia: “El Guernica” de Picasso.
El Museo Reina Sofía, ha contratado a uno de los mejores restauradores, así como a un equipo de investigadores para llevar a cabo un estudio exhaustivo del origen de la mancha, su composición y análisis, dejando a las autoridades pertinentes la búsqueda del autor” declaraba la responsable del gabinete de prensa del Museo.
En cada telediario informaba de las líneas de investigación que barajaban: que si algo encontrado en una papelera cercana contenía datos relevantes sobre el autor de los hechos, que si el Museo había puesto a disposición de la autoridad competente una copia de las cintas del circuito cerrado de vigilancia....




Marian comenzó a transformar su aspecto para sorpresa de propios y extraños. Primero fue el corte de pelo radical, pasando a ser recuerdo su larga caballera, luego el tinte rubio, que la convirtió en un ser etéreo, por su tez tan blanca, color que fue rápidamente sustituido por el tono dorado de los uva, dándole una apariencia de nórdica residente en Ibiza.
Acompañando al cambio físico experimentó también un cambio psicológico, digno de estudio de Freud. Dejó las actividades culturales en las se había apoyado tras su separación, dejó a los amigos que allí conoció, dejó de contestar al teléfono, dejó de cumplir su horario de trabajo con excusas miles y luego simplemente dejó de ir. Ni siquiera atendía las llamadas de la familia, ni los ruegos encarecidos de su madre......
Se aisló del mundo. Su vida transcurría a menos de un metro del ordenador y la televisión, estratégicamente situados en el salón, buscando cualquier noticia relacionada con la misteriosa mancha y la autoría de la misma. Había perdido peso, apenas dormía, pendiente las veinticuatro horas del día de los chats sobre arte y las noticias. Esperando a que ocurriese en cualquier momento lo conocido de antemano.
Pasaban las semanas y seguían sin descubrir al autor material del atropello al Guernica. Apuntaban avances en la investigación sin aclarar en qué términos, para a renglón seguido afirmar que tenían serias dudas sobre el autor o autores, pues al parecer ni siquiera podían establecer cuantos sujetos habían participado en el ataque al Guernica, debido a las dimensiones de la materia encontrada.
Tras el cambio operado, Marian tomó la única decisión que le parecía más lógica: huir del país, con destino a.....Italia, cuna del Renacimiento donde se convertiría en una estupenda guía turística. Lo tenía todo pensado.


No sabía por donde empezar, ni siquiera sabía cómo habían dado con ella, el agente judicial intentaba tranquilizarla. Su adn como le habían explicado, se hallaba en la gran mancha verde adherida al Guernica y las autoridades habían tenido la precaución de remitirlos a la INTERPOL para su publicación y así es como habían dado con ella, en Italia, do estaba a punto de hacerse el carnet de la biblioteca...... Le preguntaron ¿Cómo había sido capaz de hacer una cosa así?, sólo pudo responder:
-Lo siento, estaba constipada, muy constipada y no pude controlarlo....

martes, 16 de noviembre de 2010

LA LARGA ESPERA

El humor notarial no existe, puedo dar fe (ahora tendríais que oír las risas enlatadas). Ahí os dejo la prueba:





LA LARGA ESPERA

   -Macho, te has fijado en la cantidad de libros que tiene ese tío.
   - Joder, ¿se lo habrá leído todo?
   - Pues no se, pero fíjate las gafas de culo de botella que lleva
   - Déjate de tonterías y al lío, que aquí hay mucho que mover.
   - Buenos días, ¿Les han explicado las cosas que tienen que embalar?
   - Si, este despacho, y lo que hay en las dos salas, ¿no?
  - Si les parece podemos empezar por mi despacho y luego ya les voy indicando.
   - ¿Los muebles van también al mismo sitio?
   - Si, pero la mesita de caoba y el cuadro grande a mi domicilio, calle Serrano, 33, ático.
   - Si le parece, lo separamos antes de empezar, para que no haya problemas con la entrega.
   - Bueno, bueno, eso ya saben ustedes como tiene que hacer. Cuando acaben con el despacho me avisan.
   - De acuerdo

   - Venga tío, manos a la obra que hay mucho trabajo. Vamos a empezar por la librería grande y luego mesa, sillas ….
   - Antes un cigarro.
   - Cigarrito y a la marcha, que cuanto antes empecemos antes acabamos.
   - Joder tío, qué prisas ¡la leche!
   - Si es que siempre estás igual…hasta que arrancas
    - Relax colega, no me agobies

   El piso en pleno Barrio de Salamanca, era muy grande, incómodo para ser utilizado como despacho, el ascensor de servicio hacía que su distribución fuese circular, parecido a una rotonda pero en ver de transitar vehículos, lo hacían personas. Desde luego con la misma intensidad que cualquier carretera en hora punta. La decisión de poner fin a su negocio, fue que cumplió setenta años, este era uno de los privilegios que conllevaba su profesión: Notario. Le quedaban pocas semanas para acabar el año y no quería las prisas de última hora, dejaría la Notaría a la que tantas horas le había dedicado, y recogería todos los libros, muebles, fotos, y recuerdos que había ido acumulando desde que sacó plaza en Madrid, a la edad de treinta años. Habían cambiado mucho las cosas desde entonces, pero siempre se mantuvo al día de las novedades legislativas, incluso llegando a incorporar la informática más puntera para facilitarle el trabajo.
   Se detuvo en unas de las Salas, los de la mudanza andaban trasteando en su despacho. Era su sala preferida, en ella colgaban los cuadros de ese famoso pintor toledano que en los años ochenta había tenido tanta fama y que en agradecimiento al interés mostrado por su pintura, le regaló el mural que cubría gran parte de la pared. Tomó asiento en una de las sillas de madera, de estilo modernista, y dejó que su mente evocara todos los documentos en los que había dado fe: compraventas, préstamos, sociedades, testamentos…. Y la variedad de gente que había pasado por allí. Sin quererlo se emocionó.
   - Perdone, ya hemos acabado con su despacho, ¿por donde seguimos?.
   - Pues por aquí mismo. Tengan cuidado con las sillas, por favor.
   - Descuide jefe, las trataremos como al cristal de bohemia.
   - Gracias. Bajaré a tomarme un café, en veinte minutos estaré de vuelta ¿quieren que les suba algo?
   - No gracias.

  - Macho, te has fijao en el sillón, se parece sacado de un contenedor. Mucho Notario, pero ¡mira que son cutres!
   - Si es que no entiendes: eso no es cutre, eso es una antigüedad.
   - No me jodas, y échame una mano con la mesa, que no sé como coño se desmonta.
   - Tranqui y despacito, que no quiero líos con la factura, que luego ya se sabe: “que si me han rayado no sé que, que si esto ha llegado roto”. Me conozco a éstos, por no dar no dan ni los buenos días.
   - Es verdad, me acuerdo cuando firmamos la escritura de mi casa, el capullo que no venía y todos con una prisa, ¡Imagínate! Para luego llegar no decir ni mu y echar una firmita. ¡Hay que joderse!
   - Vamos a darnos prisa, que todavía nos queda la otra.

   La otra sala era más amplia, la utilizaba para las Juntas Generales de algunas sociedades que seguían sintiéndose importantes al convocar a sus socios en la Notaría. Ocupaba casi una cuarta parte, tenía dos entradas, una gran mesa, numerosas sillas, una librería a uno de los costados que rompía el equilibrio visual, formando un recoveco extraño, de tal modo que si alguien se sentaba en ese lugar, pasaba completamente inadvertido.
   Subió de tomar café, se dirigió hacia ella, quería despedirse. El olor a rancio, madera y libros saturó sus fosas nasales. Siempre había convivido con ese olor, pero esta vez le pilló de sorpresa, tanto que tuvo que sentarse. En esta sala la decoración era más funcional, quizá minimalista, siguiendo sin querer las últimas tendencias decorativas, aunque la dichosa librería acababa con al uniformidad del resto.
   - Ah, ¡Dios mío!, y pensar que la pusimos aquí en uno de los últimos cambios y la lleva más de quince años. El resto ha ido cambiando…
   - ¿Decía algo, jefe?- preguntó uno de los operarios
   -Nada, nada- ¿Tiene para mucho?- contestó el Notario, volviendo en sí.
   -Estamos terminando de embalar la última silla y nos venimos a ésta. Dé nos una hora y acabamos.
   - En ese caso, me voy a comer y las cuatro vengo. Ustedes.. ¿no comen?
   - Si, si, ahora iremos, estamos tan liaos. Venga mejor a las cinco.

   Habían traído unos bocatas, sabían que en la zona los menús eran caros y no estaban dispuestos a gastarse más de lo necesario; además llevaban también una nevera portátil, con cervezas bien frías.
   - bueno, ya va quedando menos de la sala grande. Tengo unas ganas de acabar, estoy baldao. 
   - La mitad de la sala y a casita ¿te apetece un café? He traído el termo.
   - Macho, no te privas de nada. Si, venga, me tomo uno.

   Les quedaba una hora para terminar con la mudanza, procuraron no entretenerse, tenían embalado gran parte de las sillas. Algo les llamó la atención, no sabían muy bien que podía significar, sin duda, alguna excentricidad del Notario. Estaban indecisos, ¿debían embalarlo o no?, decidieron dejarlo para el final y preguntar sobre ello. Terminaron de recoger el resto de enseres, a la espera de su llegada.
   - Buenas tardes, ¿Han terminado?
   - Si, sólo nos queda una cosa, no sabíamos que hacer ella.
   - Díganme de qué se trata.
   - Es el esqueleto
   - ¡Qué! ¡Qué dicen! ¿¡Un esqueleto¡?.¡ Me están tomando el pelo! Sin dejar de formular exclamaciones se dirigió a la sala, quería comprobarlo con sus propios ojos.
   Efectivamente allí estaba el esqueleto, oculto tras la librería, con un tweed de lana y gafas de carey, bien sentado, portando en una de sus manos un papel.
La cara del Notario reflejaba estupor, sorpresa, unas gotas de sudor resbalaban por ella, el corazón le latía cada vez más fuerte. Se acercó con reparo y lo que allí descubrió, cambió su vida para siempre.
   Lo primero en lo que se fijó fue en el papel que asía con una de sus manos, o más con las falanges, se trataba de un testamento -¡qué ironía!- Se permitió el lujo de pensar, en una situación tan comprometida.
   Como en los viejos fotomatones, recibió un fogonazo que le hizo ver todo claro: el esqueleto, según el testamento se llamaba Antonio Jiménez Sánchez, soltero, sin descendientes (nadie reclamó su desaparición), por la fecha del documento llevaba más de quince años en la Notaría.

lunes, 15 de noviembre de 2010

HOY

  

 Hoy soy un cúmulo de ideas y frases no dichas que revolotean como mariposas, por mis neuronas. Hoy es lunes,  soy un caracol (con la casa a cuestas todo el día), hoy he recuperado unos lápices sin dueño, hoy me he acordado de una historia triste, que os dejo.

BODEGON

   Todavía me estoy recuperando. Los pechos desbordados sin sentido, incómodos, acotados por la copa; la sensación de vacío me invade como un virus, tiñendo de dolor mi quehacer diario. Hace solo dos días que estoy en casa, lo objetos me hablan de cosas pasadas, los espejos me devuelven un yo interrogante, mis dudas resbalan por las paredes buscando la salida y mis miedos se hacen fuertes en mi corazón. ¿Cómo ha ocurrido?- me preguntan. Ni siquiera lo se.
   En tan solo una semana todo cambió, lo que hasta entonces era una existencia normal, pasó a desesperación, caos, soledad, miedo y angustia.
   No puedo encontrar las palabras, el nudo de mis entrañas no deja pronunciarlas. El psicólogo me pide que exteriorice mis sentimientos, en voz alta, para oír mi dolor, que me ayudara a superarlo. ¡Pamplinas!.  Jamás perderé la ausencia que me invade. ¿Qué palabras decir?...sencillas y rotundas: Mi hijo…hace dos días, en la última toma… murió.

viernes, 12 de noviembre de 2010

DIEGO ARMANDO MARADONA





- ¿Y tú último deseo?
- Ser Peluuuuuuuuuuuuuuusa.
   Es lo último que recuerdo cuando se deshicieron de mí. Nunca imaginé que mis  congéneres pudieran llegar a tanto.
   Desde chiquito fui travieso, me gustaba jugar demasiado, destacaba sobre el resto de mis compañeros, irguiéndome en el pelo más visible de la melena que formaba mi mundo.
   ¡Si!, soy un pelo, y por definición: “filamento cilíndrico de naturaleza córnea, que nace en la epidermis de la mayor parte de los mamíferos”, pero no un pelo cualquier, tengo visión de futuro, aunque el resto de individuos de mi género no me comprendan.
   Mi mayor deseo desde la infancia, fue ser independiente; destacando siempre en la cabellera recién peinada, poniéndome de punta, para resaltar mi belleza azabache sobre el resto. Soy demasiado hermoso para mezclarme con el populacho y no exhibir mi beldad. Esta soberbia me ha traído muchos quebraderos de cabeza, si se me permite la expresión.
   Tardé en alcanzar la edad madura, el crecimiento de un pelo no es cosa fácil: un centímetro cada veinte días. Una larga vida, que con cuidados estéticos puede verse ampliada.
   Mis amigos de la niñez, los pelos más cercanos; al hablar de nuestro futuro muchos de ellos pensaban en formar parte de largas melenas artificiales en las que serían insertados, como ellos decían “el sumum de la perfección”, otros en cambio, eran tímidos, y hubieran preferido nacer en otra parte del cuerpo, no les gustaba sentir el aire libre en sus cutículas y yo....nuevamente, diferente, soñando con una existencia aventurera en la que conocer otras culturas, otras gentes, visitar otras cabezas.....y la única forma de conseguirlo, ya lo sabía entonces, era ser Pelusa.
   La idea no la tomé a la ligera, pensé en sus pros y contras, encontrando más de los primeros, de este modo transcurrió mi infancia y adolescencia, deseando alcanzar mi madurez peluda para formar parte de un nuevo organismo: la pelusa.
   Mis puntas estaban sanas, mis cutículas se podían flexionar sin quebrarse, era un pelo brillante. Poco a poco iba alcanzando mi madurez, y con ella la cita ineludible de mi destino. Así se lo hacía saber a mis amigos y vecinos, éstos siempre me daban la espalda retorciendo sus raíces, no queriendo saber nada de mí. Los oía cuchichear sin llegar a entender lo que decían. 
   Estaban compinchados, tramando a mis espaldas del modo más burdo, animándome a destacar, sabían que la soberbia era mi talón de Aquiles, urdieron una emboscada, haciendo sentir a la melena que me contenía incomodidad en el poro que me alimentaba...
   Ocurrió tan rápido, que no me dio tiempo a reaccionar. De repente vi una mano acercarse, tanteándome, dejando resbalar sus dedos por mis cutículas, girando de tal modo que me vi atrapado, oía las risas de mis compañeros alrededor, diciendo: -Has picado, has picado...
   El dedo siguió girando sobre si mismo, hasta que fui arrancado sin piedad, precipitándome al vacío, retumbando en mis oídos mis últimas palabras: “ser peluuuuuuuuuuuuuuuusa”.

   La nueva ubicación me desconcertó. Allí, sólo, en el territorio de mis sueños sin saber que hacer…
   - Rápido, ven. La Muerte Súbita está rondando
   - ¿Cómo? ¿Qué?
   -  No pienses, actúa- me dijo la voz.
   Girando sobre mí mismo alcancé el objetivo, me uní a otros pelos. ¡Por fin, lo conseguí! Era una pelusa, o más bien formaba parte.
   Como integrante tuve que renunciar a mi individualidad, asimilando una nueva forma de vida, procurando esconderme del terrible fantasma que podía acabar con mi nueva existencia.
   Enseguida tuve noticias de lo que se conocía como la muerte súbita; se trataba de un largo palo compuesto en su parte más baja, por miles de pelos, sintéticos, de extraordinaria habilidad para introducirse en los rincones, sacarnos a la luz y transportarnos en un recipiente plástico hasta nuestro destino final, la basura.
   La muerte súbita solía salir de patrulla casi a diario y a plena luz, así pues nos movíamos con rapidez durante la noche, buscando el rincón más inaccesible. Nuestro guía era una pelo rubio que  llevaba tiempo burlándola, conocía todas las estrategias necesarias para nuestra movilización y ubicación, tales como la importancia de las corrientes de aire de bajo nivel, producidas como nos explicó por la apertura de puertas, el no llamar la atención, dispersándonos durante el día y reagrupándonos al anochecer, buscándonos unos a otros, de tal modo que al unir nuestro cuerpos junto a las partículas en suspensión consiguiéramos un organismo compacto y de fácil transporte....
   ¡Qué dicha la mía! ¡Que apasionante existencia me había procurado!. ¡Qué plenitud!, ¡Qué felicidad!.... aunque ésta duró poco con “la cosa”. La muerte súbita, era inofensiva a su lado. Ella te llamaba con un ronroneo suave, acompañada de una vibración constante que te indicaba el camino, te envolvía en el aroma floral que despedía y la brisa, esa brisa, que te atraía sin remisión.... los míos y yo, caímos, nos dejamos engatusar por sus encantos, engulléndonos y succionándonos con rapidez. El aspirador acabó con mi vida.


jueves, 11 de noviembre de 2010

DEDICATORIAS

   He vuelto a recuperar las fotos que hice de las miles de dedicatorias plasmadas en los libros que me han regalado, vale,vale sólo son cientos, ¡qué le vamos a hacer!. Y entre ellas, una de hace tiempo, que me sorprendió, por no recordarla y es que la poesía nunca ha sido lo mio. El libro, un clásico entre los clásicos: Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

   Y ahí va mi historia, para ti R., aunque no haya leído el libro.

EL AMANTE 

     -¿Qué pasaria si pogueres reescriure la teua uida?- Le dijo en su lengua aprendida de niño, acariciando cada una de las palabras y dejando que se enredasen en su cuerpo.
     No supo que decir. El solo hecho de pensar en sus consecuencias, la paralizó. Ella se quedó naufragando en la atmósfera del café. No podía articular palabra.
     Se limitó a ofrecer sus ojos permitiéndole entrar en los lugares donde sólo viven las sombras para que él pudiera contestar la pregunta, mientras el eco de la misma subía sigilosa por su pierna.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

ROLLO DE PELICULA

Ayer me hablaron de cine, mas bien de directores con rigor histórico para ser exactos. Y me acordé de este rollo de película...

Es tarde, estoy cansada de dar vueltas y me duele el mundo que conozco. “Una vida entera dedicada al cine” dirá mi epitafio. Mi presente, otra: “Una vida entera dedicada a visualizar miles de imágenes, reteniéndolas, sin apenas tiempo de digerirlas”. Así transcurre mi existencia, gris y lúgubre, buscando el calor de un motor bien engrasado y soñando en exceso.
Quiero ser música  de cine en un día de lluvia, quiero sentir el refugio de mi alma tras los cristales, alcanzar mundos paralelos donde moverme como los vestidos de noche de las grandes actrices de Hollywood, respirar el aroma de la tierra mojada.
Quiero sentir la calidez de la madera de los decorados, escurrirme por el vacío de los objetos de atrezzo y acariciar la luz inventada de sus escenarios, sin saber si es de noche o de día, sintiendo sólo el momento, el preciso instante de la acción, recrearme en la visión de paisajes y animales exóticos, morar habitaciones amplias, gozar en las camas de ensueño y paladear las delicatessen que visiono, abandonar esta existencia fría de caja de metal, fundirme en las imágenes que proyecto y dejar de ser continente para ser contenido.
 Siempre rodeada de máquinas, clichés, negativos, latas, bandas sonoras, reproductores, manos que me soban y me trasladan cada noche del armario al proyector.
No quiero ser más un rollo de película.

martes, 9 de noviembre de 2010

LA VIDA ES CAPRICHOSA II


   ¡Sí!, repito título, luego sabréis porqué. Este ha sido un fin de semana, “de escándalo”, parafraseando a Mª. Mi fin de semana empezó el miércoles (una que es precoz), entre sábanas y buen vino; Jueves una clase de yoga de esas que te dejan la energía kundalini patas arriba y clase de danza del vientre de las que te dejan la sensualidad a flor de piel; Viernes con unas compras en el universo de los mayoristas, pasando un frío de narices en la zona de refrigerados (a punto estuvo de atendernos un pingüino), visita express al universo Hacendado (sigo pidiendo royalties) y ración de curvas para llegar a nuestro destino, con aroma a carne, leña soriana y el equipo del DJ.
   Lo mejor vino después, cuando T. vio mi imán en el coche y me preguntó; al decirle que escribía por encargo, se acordó de su amigo A. y nos puso en contacto. ¡Gracias T.! Me gustó la idea, me gustó su seriedad y me gustó su tesón, ahora solo tenemos que negociar, menos mal que cuento con la mejor manager. Me da en la nariz que en breve iremos a Toledo.
   De camino a casa, me llamó S♂. que me estaba esperando en el bar del pueblo. Dimos de comer a los de la pizzería (como dice una amiga, hay que dar de comer a todos) y nos retiramos a nuestros aposentos, al día siguiente nos esperaba un día muy duro: la celebración del cumple de una amiga.
   El fin de semana, fue un sufrimiento total: gente que no se conocía de nada, con un buen rollo impresionante; unas brasas para la carne, que ni el mejor de los restaurantes segovianos, un DJ entregado desde el minuto uno hasta el domingo por la mañana; un mojito a granel (la evolución cool de las sangrías..Ahí os dejo la idea, ¡reflexionad!) que sirvió de entrante para las copas, unas copas vip (Chivas Regal 12 años) que empezaron con gafas de sol y acabaron a la luz de la estrellas, un par de visitas al kiosko del pueblo a reponer material y el broche final de la noche: una hostia en patinete, ganadora del mejor video de caídas, patrocinada por J. y servidora, y la última copa-colacao-caféconmagdalena-martini-cerveza en el único bar abierto, donde los lugareños, en concreto C. se deshizo en atenciones, sobre todo con MªM., que como quería tener tertulia con ella, ésta aprovechó para robarle su “tesoro” o “hacedor de risas”. Y donde S♀., la cumpleañera, desplegó sus encantos para sorpresa de propios y extraños.
   Al día siguiente siguió el sufrimiento: En el mismo bar con el caféytostadascontomate-cerveza-cocacola, y su despliegue de Ray-Ban, recordando los mejores momentos del día anterior; paseíto por el río, los más valientes y frescos que subieron al Castillo; fideua con mucho sabor y una tarta aún mejor; y en un pis-pas todo recogido y cada mochuelo a su olivo: Soria, Santander, Alicante, San Antonio de la Barquera, Tavernes, Sagunto, Madrid….
   ¿Y después de todo esto os preguntareis que por qué es caprichosa? Os lo diré, mis caprichos sois todos.
   N. y su historia boxeadora (te debo un post), L. y su simpatía contagiosa y encanto. ¡Chicos nos vemos tomando cañas!. Mª la única capaz de cortar a J., con su humor rápido y desde luego, la mejor posando. R. la guardiana del volumen nocturno, el oscar a la mejor actriz por su papel en “cari, deja ya de tontear con todas” y su “YO PASO”. J. “Mr. Buda-feliz”, con tus historias militares y tus piedras. Avisa cuando tengamos grupo informático y tu fiel escudera Mª A. frágil únicamente en apariencia, discutiendo serenamente sobre la lengua local. JM con sus bailes y verdades vitales, H su calidez alemana y buena sintonía. J. con su humor inteligente y la pose de guardián del DJ, L y su sonrisa amplia. T. el primo de zumosol, el amo del fuego y el DJ residente. A, el encanto de la seducción cercana, la conciliadora, G. master en gominolas, negocios y vinos. MªM la periodista audaz y empapándose de la noticia (ejem, ejem). E, mi tocaya, con sus ganas de repetir. Podría deciros muchas cosas más, me las guardo, quiero que seáis siendo mis caprichos.


viernes, 5 de noviembre de 2010

LA SANGRE DE OTRO

   Ese era el título original de la historia que no es más que una recreación de una noticia que leí y me dejo impresionada. Hoy he decidido cambiarla. Ayer vi un cartel de camino al trabajo y hoy he salido del trabajo, con un mosqueo considerable. Hasta ahora nunca había tenido problemas con mis compañeros, hasta ahora nunca había trabajado con un familiar directo de mi jefe y este último factor ha sido determinante para la situación que se ha producido hoy.
No diré nada más. Os dejo el cartel y la historia.



   Sabes que no te sé decir que no, así que haré lo que me pides, pero…-le contestó de la misma forma, a la pregunta, que cuarenta años antes le había hecho.

   Amparo sabe que es un hombre de palabra. Lo demostró viviendo a su lado. Lo que ahora le pedía comparado con el esfuerzo de matar a un hombre joven y sano, era una menudencia. Ella apela al profundo amor que se tienen.

   Beltrán no duerme por las noches, tiene los brazos agarrotados y las manos llenas de sangre ajena; no puede hacer nada con ellos, se los mira asustado, ¡ni siquiera sabe si le pertenecen!, sin embargo son suyos aunque por ellos corra otra sangre.

   Ha cumplido su promesa, ahora podrá decirle que duerma tranquila, que él, su hombre cumplió. Se acabaron los amigos, las partidas de dominó, los chatos con la peña, los encierros de las fiestas. Beltrán se apagará, desaparecerá de la vida pública, solamente hallará consuelo en la luz cegadora que desprende ella.


   Fue así y ahora también. Desde aquel día en que su marido los presentó, recién contratado, para trabajar las tierras del camino, las que están alejadas del pueblo. Convinieron en que podría habitar la casucha- Arréglatelas con ella- le dijo entonces. Sin saber que ese día su vida ya estaba sentenciada a la voluntad de una mujer menuda de ojos negros. Comenzó su vía crucis.

   Arregló la casucha, sintiendo por primera vez el calor de un hogar y comenzaron las miradas furtivas, los vasos de agua con insinuación. Él atento, firme en su posición de jornalero; ella atrevida, arrogante en sus lances, tímida en las distancias cortas, mostrándole las señales… y él no supo decir no. Se dejó hacer, llenarse la cabeza de ideas, el cuerpo de besos y mordiscos, el miembro siempre a punto…y ella poco a poco llenando su espacio, convirtiendo la casucha en una extensión de su propia casa y él mirando con extrañeza, sin atreverse a contrariarla, únicamente con cabeza para pensar en el Alfonso, el otro, su marido –¡el día que se entere, se lía!

   Llegó el día de la promesa. Amparo estaba embarazada- No hay duda, es tu hijo- le dijo, poniéndole las manos en su vientre. Tienes que hacerlo, no hay otra salida.

   Y él sin voluntad, pensando en su único hijo, ese que les abandonaría años más tarde. Él que nunca había tenido nada, se encontraba amando a una mujer que era la esposa de otro, esperando un hijo que siempre arrastraría la vergüenza de sus padres, viviendo en una casa que no era suya y a pesar de todo, deseaba lo ajeno y por eso nubló su mente y usó las manos que le sustentaban…

   Ella se mantuvo al margen. –La familia sospecha, no podré seguir viniendo- dijo la noche anterior a que hundiese sus dedos en el cráneo del otro, del usurpador. Cuarenta años viviendo con la viscosidad de los sesos, cuarenta años al lado de la mujer que tanto ama, sin explicarse todavía el por qué.

   Amparo está segura, quiere que lo haga otra vez, que mate de nuevo. Quiere acabar con su vida, que sean sus manos, las que tanto ha besado, en las que ha buscado refugio, las que ejecuten su deseo. Sabe que nunca ha estado a la altura.

   Las paredes de la casa rezuman miedo, rabia contenida, y ella lo ve, cada vez se hace más presente. No tiene una casa, sólo un lugar donde los recuerdos vagan por el suelo, salen por los espejos y se enganchan al alma.

   Mientras esperó a que Beltrán cumpliese condena, ella murió. La mujer menuda y alegre, la mujer que era fuerte y estaba segura de su amor, se encerró en las casas del camino, trabajó las tierras que habían sido suyas, sacó adelante a sus hijos, sin hacer distinción. Él, mientras tanto, encerrado; contando los días primero, luego abandonado, vencido y quince años después: el encuentro, uno frente a otro, dos desconocidos que se amaron y necesitan seguir haciéndolo, castigados por el peso de la culpa compartida…una soledad que los reunió, en su casa sin vida, habitada por imágenes de una pasión que sintieron, por fantasmas quejosos de honor, unidos por la devoción del sacrificio del otro en un destino difícil.

   Beltrán está cansado de dar excusas. Amparo insiste, no aguanta más, pero no tiene fuerzas para hacerlo, se lo pide un día tras otro, quiere morir en sus manos, que sean ellas las que acaben con su vida- Tienes que hacerlo. No hay salida- le dice, como cuarenta años atrás.

   Procura dejar la casa limpia, a Tomy, el perro fiel, comida suficiente para una semana. Se acuesta a su lado, las pastillas todavía tardarán en hacer efecto. Él, su hombre, de nuevo cumple la promesa.

jueves, 4 de noviembre de 2010

COSAS QUE NUNCA TE DIJE


¿Quién no ha pensado alguna vez esta frase? ¿Quién se ha arrepentido de callar algo? ¿A quién le ha pesado no decir a tiempo su verdad?
Os dejo una historia de hace tiempo, no se si responde a esas preguntas, espero vuestros comentarios.


SABANAS BLANCAS


   El camarero nuevamente se acercó a la mesa veintisiete, en sus manos y encima de la bandeja bailaba un pequeño sobre a nombre de SR. VIRTUDES. Lo miró inquisitivo, ¿sería un apellido o un sobrenombre?
- ¿Sr. Virtudes?
- Sí
- Tenga, han dejado esto para usted.
- Gracias.

   Pablo esperó a que el camarero desapareciera entre las meriendas para abrir el sobre, cuyo contenido sospechaba. Con una delicadeza extrema procedió a su apertura; en efecto, la letra era de ella, a pesar de no haberla visto durante tantos años todavía recordaba sus formas redondas (las de su escritura y su cuerpo que seguían pululando en su mente)

   Estaba fuera de juego, tan solo un par de horas antes, había vuelto a escuchar su voz, después de ¿cuanto?, ¿siete?, ¿ocho años? Demasiado tiempo para llevar la cuenta de una ausencia.

  Había decidido quedarse en casa esa tarde, anulando sus escasos compromisos, prefiriendo ver pasar el tiempo, cuando el sonido metálico del teléfono le sacó de su ensimismamiento.
- ¿Si?, dígame
- Hola, soy Ana
- ¿Ana?
- Si, Ana,¿no te acuerdas de mi?
- ¡Joder, Ana, ¡qué sorpresa!
- Yaaaa
- Y...¿ A qué se debe?
- Veras, esta noche he soñado contigo y necesitaba oír tu voz...Bueno ¿qué tal estás?

   Sin apenas tiempo de reacción después de lo que había escuchado solo pudo contestar
- Bien
- Por cierto, sería mucho abusar de ti, si te pido que nos veamos, en la cafetería del “Royal” ¿te acuerdas?
- Pues...no, o sea si, no se, bueno... ¿a qué hora?
- siete ¿te parece bien?
- Vale

   La línea telefónica muerta le devolvió a la realidad, no podía creer que la conversación que tanto había deseado se hubiese producido siete años después. No quería parecer paranoico y comprobó la última llamada recibida para cerciorarse.

   Miró el reloj nervioso, ¡Dios mío, qué tarde es! Estaba desconcertado, sólo podía pensar: ¿Y si no me conoce? ¿y si no la conozco? ¿y si al final no se presenta? ¿y si no voy?......demasiados condicionales... Se tranquilizo e interpretó la llamada como una señal y dispuso que acudiría a la cita, eligiendo cuidadosamente su vestuario.

   En alerta con todos sus sentidos, Pablo, entraba en el Centro Comercial con paso decidido a la Cafetería. Tomó las escaleras mecánicas y a la altura de la cuarta planta atisbó una larga melena ¿era ella? Le pareció que si, hizo ademán de avisarla pero ¿Cómo? ¿Gritando su nombre? ¿Chistando? Decidió no precipitar las cosas, habían quedado en la Cafetería y allí se verían.



   Con los dedos temblorosos, el corazón en un puño y con la certeza de que Ana no asistiría a la cita, comenzó a leer la carta:

   "Pablo, querido. Sí, lo se, se que habíamos quedado, se que estarás sentado en la mesa que tantas veces ocupamos, se que te estarás preguntando el porqué de mi llamada. Ten paciencia, Pablo, estoy intentando darte una explicación.
   Como te he dicho es cierto que he soñado contigo y me he levantado con la necesidad imperiosa de llamarte, de oír tu voz, de saber de ti después de tantos años.... Morfeo es caprichoso o quizás no sea él y sea mi conciencia la que en forma de sueño me pide que asuma los errores del pasado, dándote explicaciones de mi abandono.
   Siete años....¡cuánto tiempo para enfrentarse al pasado y qué poco para vivir! ¿no?. ¿Y cómo empezar?. Te diré que sigo en esta caótica ciudad a pesar de haber pensado mil veces en dejarla, que durante este tiempo he teorizado con la posibilidad de encontrarte en sus calles, sin que el azar me ayudase. Que desaparecer de tu vida no me fue fácil, puedes estar seguro....pero había algo que me lo impedía. Algo que tenía que demostrarme y probarme. La verdad es que no se cómo decirlo....no encuentro las palabras. 
   Conocí a alguien que fue muy especial; ahora ya no forma parte de mi vida, pero entonces fue un torbellino que puso patas arriba toda mi existencia, me instruyó en un amor diferente, en un modo de ver la vida que yo desconocía, haciéndome protagonista de su mundo, de su casa, de sus cosas......de ella. Tú la conoces. Si Pablo, se trata de Paula, mi amiga desde el colegio, mi mentora y mi consejera en mis relaciones con las mujeres. A estas alturas decirte que soy lesbiana me parece obvio, pero también etiquetarme así; por encima de todo soy Ana la mujer que te quiso, la mujer que te debía una explicación después de tantos años, la que te confiesa lo caprichosa que ha sido la vida con ella y lo mucho que deseaba verte y la poca valentía que ha tenido, escribiendo a tropel estas palabras para que te duelan menos que habérmelas oído. Gracias por acudir a esta cita. Quizás algún día nos encontremos, el destino puede ser generoso.Tu Ana,"




   -Disculpe caballero, ¿puedo retirar, ya?
Pablo levanta la cabeza desconcertado, no sabé quien es. El camarero sigue con la interrogación colgada de su boca.
   -Ehhhhhh, si, tráigame la cuenta
   -Enseguida

   Vuelve a introducir la carta en el sobre, se encuentra cansado, abatido, infinitamente tonto, no le valen las explicaciones, Ana seguirá siendo el fantasma que está por volver.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

LO ECOLÓGICO

   He encontrado a mi asesino. Ha sido este fin de semana, en Madrid, en medio de vampiros, diablos y brujas importadas con pelo acrílico. Después de compartir unos martínis practicando italiano con un senegalés; unas cañas a un ritmo frenético; tomar unas tapas como si nos fuera la vida en ello; asistir a una lucha dialéctica, por algo que pasó hace mucho tiempo y no merece la pena reincidir; hacer entrega de unos gatos a la gatita más mimosa; descubrir con placer la buena conversación de mi comensal de enfrente y después de recibir un piropo de mi hermana.
  Allí estaba, ante mis ojos, posando para mí, con la timidez propia del que se siente observado, con los anillos que han visto la sordidez de los puticlubs de una ciudad de provincias, con sus uñas perfectas y una ironía sutil, oliendo a Memphis por los cuatro costados.  Es él, mi asesino, pero sólo por hoy.



.

Os dejo su camisa, sus manos y su historia:

     - Sí, ahora que lo dices; sí, voy notando algo.......gracias....

Estas fueron sus últimas palabras, el crimen perfecto se había perpetrado. Nunca lo imaginé así, con esa ridícula simplicidad, a pesar de tener a priori todos los elementos que intervendrían en mi obra de arte controlados.

Señores, soy asesino por vocación; accedí a este oficio de manera intelectual, el gran Thomas de Quincey y su maravillosa obra “Del Asesinato considerado como una de las bellas artes”, han sido mis guías. Desde edad temprana leo con avidez la sección de sucesos buscando aquella acción que me traslade por su belleza a un plano superior. Además de estas lecturas, me he procurado una sólida formación en asuntos tales como medicina, química, criminología y psicología.... ciencias que me han permitido ahondar en el apasionante mundo de las pulsiones humanas llevadas a su máximo exponente: la muerte de un individuo ( en los animales no estoy interesado).

Tras años de estudio, he alcanzado la madurez necesaria para acercarme a este arte desde su práctica. He cruzado la frontera, y después de poner mis neuronas a funcionar, he hallado la solución o mejor dicho, el mayor placer para cualesquiera asesino que se precie: el crimen perfecto. No esos sujetos chapuceros que buscan notoriedad con sus malas actuaciones, carne de periódico y libros autobiográficos en los que buscan el perdón de la sociedad.

Yo no soy de ésos, yo busco la gloria en el anonimato. Saber que mi acción delictiva nunca podrá ser penada pues en su ejecución no existen pruebas de mi culpabilidad.

Cierto es que tardé años en dar con la solución a mi propósito, y gracias a mis estudios criminológicos, cayó la manzana, se encendió la bombilla y pasé a la acción.

Decidí que la víctima no debía tener ninguna relación conmigo, gracias a mi empatía no me costó ningún trabajo entablar contacto con ella; el paso siguiente era conseguir que ingiriese una solución química (cuya composición no desvelaré) con efectos vasodilatadores, relajantes y con resultado de muerte sin dejar huella en el organismo, consiguiendo que la víctima luzca un semblante de aparente felicidad y.... el toque final: de nuevo gracias a la química lo conseguía, sosa cáustica en una bañera y por arte de birli birloque, gracias a un proceso tan antiguo como la saponificación conseguiría mi éxito. La masa informe en la que se encontrarán el cuerpo dificultará enormemente su identificación y mucho más el análisis del mismo.

¿Cómo conseguir que alguien por su propio pie entre en una bañera? Mi fórmula por su efecto vasodilatador, en el corriente sanguíneo consigue aumentar la temperatura en el organismo, con el subsiguiente acaloramiento de la victima, de modo que desee fervientemente sumergirse en agua. Con el cuerpo en dicho elemento, se introduce en proporción de 4/5 partes del peso de la victima, sosa cáustica, dejándola macerar durante una semana, con una pizca de romero, (un capricho este último ingrediente y es que soy un sentimental).

Y el resultado final de mi asesinato, espectacular: la obtención de un maravilloso jabón hipoalergénico, con aroma de romero.

   Ahora ya puedo afirmar que no sólo soy un gran teórico de la muerte violenta sino que he contribuido con mi acción a figurar entre los grandes asesinos de la historia, por mi eficacia y por conseguir un resultado beneficioso para la industria cosmética, al crear el primer jabón sin principios alergénicos y con esencia de romero.

© Historias de Eva, S.L.
Maira Gall