miércoles, 10 de noviembre de 2010

ROLLO DE PELICULA

Ayer me hablaron de cine, mas bien de directores con rigor histórico para ser exactos. Y me acordé de este rollo de película...

Es tarde, estoy cansada de dar vueltas y me duele el mundo que conozco. “Una vida entera dedicada al cine” dirá mi epitafio. Mi presente, otra: “Una vida entera dedicada a visualizar miles de imágenes, reteniéndolas, sin apenas tiempo de digerirlas”. Así transcurre mi existencia, gris y lúgubre, buscando el calor de un motor bien engrasado y soñando en exceso.
Quiero ser música  de cine en un día de lluvia, quiero sentir el refugio de mi alma tras los cristales, alcanzar mundos paralelos donde moverme como los vestidos de noche de las grandes actrices de Hollywood, respirar el aroma de la tierra mojada.
Quiero sentir la calidez de la madera de los decorados, escurrirme por el vacío de los objetos de atrezzo y acariciar la luz inventada de sus escenarios, sin saber si es de noche o de día, sintiendo sólo el momento, el preciso instante de la acción, recrearme en la visión de paisajes y animales exóticos, morar habitaciones amplias, gozar en las camas de ensueño y paladear las delicatessen que visiono, abandonar esta existencia fría de caja de metal, fundirme en las imágenes que proyecto y dejar de ser continente para ser contenido.
 Siempre rodeada de máquinas, clichés, negativos, latas, bandas sonoras, reproductores, manos que me soban y me trasladan cada noche del armario al proyector.
No quiero ser más un rollo de película.

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Maira Gall