EL DIAGNÓSTICO
A
la vista de la radiografía, el médico había sido claro:
- Lo siento mucho, no hay margen de error… entiendo
que quiera consultar con otro especialista, pero en mi opinión, deberíamos
atajar el problema de raíz.
¡No podía creer lo que estaba oyendo! Me quedé
paralizada, pensando como a mis años y tan joven, podía pasar una cosa así.
El médico consciente de mi estado y con una amabilidad
extrema, me sugirió que no tomará ninguna decisión, que me diera un par de días
para pensar en el diagnóstico y en la solución que me ofrecía.
Salí perpleja de la clínica. El camino de
vuelta al trabajo, no recuerdo ni cómo lo hice.
Al llegar a mi despacho, tecleé con nerviosismo los
síntomas en google. Quería saber si había más gente como yo, si contaban sus
historias, si habían sobrevivido…
Y descubrí, que mi diagnóstico no era tan malo. Que mi
malformación era única y evidente: me había salido un As en el corazón, mis
glóbulos rojos se habían agrupado de manera caprichosa, coronando con un As
perfecto, mi órgano vital. No suponía un problema grave de salud, simplemente
mis células habían decidido dar más importancia al corazón que a otro órgano y
el médico opinaba que esa circunstancia, sólo me traería problemas y haciéndome
un guiño, me cantó: “demasiado corazón, demasiado corazón” de Willy Deville.
Bueno,mejor el As de Corazones que no el As de Picas
ResponderEliminarCon.
No te han dado el as de picas, porque entonces si que sales en la tele, menudo lio. Pero un as siempre es un as, que mas dá que lo tengas en la manga, o en el corarón, el caso es que en esta vida siempre es importante tener un as, y tú esta claro que lo tienes.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Fer