Ficción
Mostrando entradas con la etiqueta Ficción. Mostrar todas las entradas

jueves, 17 de mayo de 2018

EL MUCHACHO


Para un final, aunque ya exista....siempre hay diferentes principios. Este es uno..

El MUCHACHO

-Claro- dijo el muchacho. Déjame a mí, tengo la mano más pequeña- Metiendo la mano en la vaca Antonia para ayudarla a parir
-¡Vales más que un potosí¡- decía su padre. Y aunque no entendía la frase, le hacía mucha gracia.
Fue en la escuela donde aprendió su significado y también donde se arrepintió de contestar a todas las preguntas, que les propuso un señor trajeado al acabar el curso.
Ese verano empezó a presumir de su nuevo amigo especial, un mirlo blanco que le acompaña siempre o al menos eso decía el muchacho.
-Será posible- ¡Un mirlo blanco, qué inventiva tiene el muchacho!- decía el padre al oírle hablar al aire.
        Cuando llegó la carta del Presidente, Cefirino le explicó a su mirlo que no podrían verse como hasta ahora, que tenía que incorporarse a una de las escuelas castrenses que estaban repartidas por todo el país.
No era su edad si no su coeficiente intelectual lo que lo había determinado su ingreso. Se despidió de su padre y en bajito le dijo a su madre:- No te preocupes, mama, el mirlo me cuidará.
        Entró con ocho años y ahora era un adolescente. Las clases le divertían, salvo la de religión… no acababa de entender lo de la paloma y el espíritu santo.
 ¿Qué te parece mirlo?¿Tú serás también un espíritu? ¡Pero si yo te veo! Le hablaba todas noches desde la cama.
        Esa noche apenas durmió, estaba nervioso. La profesora les había dicho que tendrían un examen diferente de religión, les explicó que sería oral, donde tendrían que decir en orden los libros de la Biblia.  En clase, su nombre fue el primero.
- Cefirino, dinos los libros del Nuevo Testamento.
- Mierda, pensó- Sólo me aprendí los de Antiguo... Se levantó y empezó a balbucear...¡Claro!
- ¡Venga Cefirino no nos hagas perder el tiempo! ¡Empieza de una vez!
-Claro- dijo Cefirino, y se dirigió hacia la ventana.
-¿Qué haces? ¡Vuelve, aún no he terminado! Voy a darte una última oportunidad. Si para dentro de una semana te aprendes de memoria, sin equivocarte ni en una coma, el discurso navideño para Canal Unificado del Presidente, puedo evitar el castigo. Pero tendrás que cuidar más tu aspecto, la ropa, esos horrendos granos y tendrás que venir también a las clases de religión del domingo. ¿Qué me respondes?
-Claro- dijo Cefirino, abrió la ventana y se tiró. Estaba en un primero y no se hizo casi nada. El mirlo, curioso, revoloteaba a su alrededor. El niño se levantó riéndose, aunque le dolía todo el cuerpo. La maestra accionó la alarma, para comunicar la fuga al guardia armado de la torreta de la escuela. Pero Cefirino tuvo suerte. El guarda estaba viendo el partido a todo volumen. De otro modo, hubiera visto en el monitor a sus espaldas salir corriendo a Cefirino, veloz como el viento, con el mirlo detrás.

lunes, 30 de abril de 2018

NOTA DE PRENSA

La consejera Delegada en su vida como llama :-)

Nota de prensa

Madrid, 30 de Mayo de 2.018

Nace MAE la red social para compartir información sobre todas tus vidas: presentes y pasadas.
MAE, la primera red social para compartir información sobre tu vida presente y pasada. Las ventajas de la innovación colectiva y la colaboración han permitido el lanzamiento de MAE, www.mae.es;  primera red de este tipo.
A través de esta plataforma, los usuarios podrán agregar sus vidas y una vez agregadas, organizarlas en tantas carpetas personales como quieran y hacer públicas las que consideren oportuno. En el futuro se incluirá un apartado especial para defunciones pasadas y futuras reencarnaciones.
Según explica Eva Mar, consejera delegada y fundadora de MAE “así como en otras redes sociales los usuarios comparten fotos o videos, según la época en la que vivieron, en MAE podrán hacerlo de manera simultánea y bajo un mismo perfil, compartiendo toda la información de sus diferentes vidas. El concepto puede resultar complejo, pero es mucho más sencillo. Todos estamos acostumbrados a la red social de Mark, MAE da un paso más incorporando no sólo la vida presente de los usuarios si no las relaciones a sus anteriores reencarnaciones. Y establecer de ese modo relaciones con otros usuarios a nivel cuántico”.
En la versión beta que hoy se lanza, MAE ofrece diferentes perfiles con un detallado análisis de sus vidas, indicando por épocas las distintas vidas de los usuales, con un amplio panel de control para establecer estadísticas de match con otros usuarios sobre puntos en común, posibles relaciones de parentesco.. El usuario controlará por completo de manera sencilla y visual, su nivel de privacidad. Y podrá desde usarlo sólo para uso personal, dejando ver tan sólo su nick hasta mostrar la información.
Los socios principales de MAE llevan trabajando en esta iniciativa desde Enero de 2007.  Para más información: visita nuestra web.


martes, 6 de marzo de 2018

DIEZ GRADOS




El olor se hacía insoportable, llevaba horas con la careta puesta. El peto mantenía sus senos apretados, el tórax a cubierto y el sonido del corazón amortiguado. La posición exigía de una concentración continúa y sus pies, algo anárquicos, sólo la lograban después de horas de asalto.


Durante su formación la habían entrenado para ese escenario, le habían explicado cuales debían ser las zonas a evitar y los puntos  que debía proteger. Y por supuesto las líneas de ataque, las que provocaban heridas leves y las otras.

En las manos unos guantes para evitar que el sudor tomase las riendas. Y en la prolongación de su muñeca derecha la espada, para más señas una ropera. Todo estaba listo, el juego de rol comenzaba.


jueves, 1 de febrero de 2018

NUEVAS PROFESIONES

¿Quien sabe si profesiones así no existirán en un futuro? 

TRONCOS

Cuando el asfalto llegó a la naturaleza nos hicimos necesarios. Empezamos cerca de aquí, con los árboles adyacentes a los límites del parque que fueron los primeros en sufrir el síndrome del estrés asfáltico, así lo definimos. Trabajábamos con las raíces profundas, las que más necesitaban nuestros cuidados, la falta de espacio y oxígeno las había retorcido; con mimo y mucha pericia íbamos deshaciendo sus nudos. Agua, calor y tacto eran nuestras técnicas, sin dejar de mencionar el equipo especial para trabajar en esas circunstancias.
 Hendricks proponía una manipulación genética y tratamientos hormonales para encoger nuestros cuerpos en un plazo relativamente rápido, pero no nos convenció. Acudimos a los clásicos, libros como El increíble hombre menguante, o de Alicia en el país de las maravillas, nos dieron la clave. Trabajamos meses en la solución adecuada. El grado de acidez de las hojas de abedul resultó ser la justa para la conversión por vía oral o aérea.
Ahora éramos más eficientes. Tuvimos que formar a muchos que como nosotros estaban dispuestos a variar su tamaño en pro de unos árboles libres. ¡Tan necesarios para regenerar el poco oxígeno con el que ya disponíamos!
Algunos plátanos de paseo se quejaron del trato que recibían, querían más mantenimiento, no dábamos abasto. Los arces reclamaban más espacio, las melias del Planetario querían llegar a la luna y pedían más abono para alcanzarla. Los sauces de la Casa de Campo, más llorones que nunca, requerían atención para sus raíces, el agua tratada del lago las estaba pudriendo.
Evolucionamos: nos convertimos en cirujanos de raíces. Con sumo cuidado hacíamos un molde de la raíz dañada y luego la trabajamos en el taller, las nuevas impresoras 3D nos permitían una reproducción exacta. Para evitar el rechazo en el árbol receptor buscábamos de la misma especie  con raíces sanas y les hacíamos un pequeño corte del que obteníamos el serrín necesario para que la impresora trabajara.
Nos trataron de locos, de insensatos, a pesar de conseguir preservar un buen número de árboles y de arbustos en esta ciudad. Tantos nos involucramos que muchos desarrollamos raíces propias, una nueva forma de injerto se había producido de tanto estar en contacto con ese medio. Algunos de nosotros nos quedamos plantamos durante meses, con el mismo síndrome del paciente. Se tardaron años en que nuestra profesión fuese reconocida.



jueves, 21 de diciembre de 2017

PERDER EL NORTE



   Y para acabar este año que ha sido tan intenso y tan nefasto a la vez. Un poco de humor...que siempre ayuda.


MEMORIAS DE UN MAGO 

¡Fuimos los Reyes! Durante siglos no tuvimos competencia, año tras año nos consideraron únicos ¡los mejores magos! Y no exagero un ápice.
Hasta que esa compañía lo cambió todo, empezó tímidamente en Boston, luego llegó a San Francisco y Chicago... la carne de reno fue la responsable, la comercializaron hasta la saciedad. ¿Cuándo cambió todo? En Diciembre de 1926 un golpe de efecto truncó nuestro destino  ¡Como iba a olvidar a esos  renos de nariz roja!
La empresa se unió a los almacenes más famosos de Estados Unidos y la campaña de marketing navideña fue feroz. Perdimos el Norte, se lo tuvimos que dejar al gordinflón de Santa Claus y a sus estúpidos bichos, a nosotros nos quedaría en exclusiva la Estrella de Oriente.





jueves, 14 de diciembre de 2017

STAR WARS


STAR WARS

Cajas y más cajas ocupaban la entrada del apartamento. Algunas perfectamente etiquetadas se agrupaban en la esquina derecha. Cada vez que Begoña entraba daba un traspié en alguna, acordándose de toda la familia de Amador.
Llevaban casi dos meses empaquetando sus vidas. Un piso grande era el culpable. A las cosas que se llevaron cuando se fueron a vivir juntos, sumaban las de los últimos siete años.
-Sí, claro hemos quedado como amigos. ¡Cómo vamos a olvidarnos de todo este tiempo! ¿sabes? Lo peor es decidir quién se queda las cosas… aunque Amador lo está haciendo muy fácil. Venga, luego nos vemos y te cuento.
Había pasado un mes desde la conversación y entre ellos se había instalado una viscosa sensación de agobio. Estaban condenados a compartir todavía el espacio. No habían encontrado un comprador tan rápido cómo pensaban. Los detalles que hasta ahora no tenían importancia ni molestaban, como dejar la cortina de la ducha sin estirar, se transformaban en ráfagas de ironía.
Begoña se ocupaba de gestionar los anuncios de los portales inmobiliarios. Cansada de no tener respuestas y viendo todos los días las cajas de Amador abiertas, tuvo una idea arriesgada. No lo consultó con él, cansada de sus comentarios sarcásticos.
Celebraron con recelo la venta de la casa y fijaron con el comprador la fecha de la escritura y la notaría. Begoña tendría que hacer entrega de lo prometido.
Acudieron juntos y puntuales a la cita. Cuando habían firmado todos los documentos, el comprador preguntó cuándo podría disfrutar de la colección de Star Wars. Se produjo un silencio denso, incómodo. Amador miraba a Begoña con un interrogante, ella trataba de calmarlo bajando la mirada, cuando eran pareja era un truco que jamás le fallaba. El comprador sólo esperaba a que le dieran su ansiado tesoro y desaparecer.
Amador se despidió del nuevo propietario de muy mala ostia, Begoña detrás suplicándole perdón en la escalera, en el ascensor, hasta en el coche y prometiéndole pagar la colección de la que le había obligado a desprenderse.

Ya en casa, Amador cansado de la cantinela de Begoña, rompe su silencio:
-Cállate, me aburres con tu mierda
-Nunca escuchas lo que te digo
-¿Eres sorda? ¡Qué te calles coño!
-¿Qué nos ha pasado? Éramos felices
-Me voy a dar una vuelta. No dices más que gilipolleces
-¡No te vayas por favor!
-Haberlo pensado antes de hacer lo que hiciste…

Amador coge sus llaves y su abrigo y sale del apartamento cerrando suavemente la puerta, las cajas de la entrada le impiden dan un portazo.

jueves, 23 de noviembre de 2017

RUMBERO





“La idea no es vivir para siempre, la idea es crear algo que si lo haga” – ANDY WARHOL

El sonido del móvil acabó con sus sueños. De su mesilla hacía tiempo que había desaparecido el despertador. Se levantó como un autómata: comprobó sus mensajes, sus emails, sus redes sociales antes de poner un píe en el suelo, estaba cansado de hacerlo día tras día, no le gustaba pero continuaba con la rutina.

Esa mañana en el trabajo alguien comentó en la pausa del café: “no somos más que muertos vivientes en internet”. Ramón se quedó pensando el resto del día en la frase.

 Fue de madrugada cuando se despertó sobresaltado con una idea: convertirse en el muerto viviente más rumbero, y ¿donde acudió? Pues a internet. Tecleó “cómo ser rumbero” y apareció la canción de Rubén Blades, leyó con interés la letra: “para ser rumbero, tú tienes que haber llorado, tú tienes que haber vivido, tú tienes que haber soñado, y haber reído, tienes que sentir por dentro, emociones dulces que agiten tu sentimiento, tienes que amar a la gente, y tener el alma tan clara cual sol de oriente, tú tienes que ser sincero…” Sonrió satisfecho, cumplía todos los requisitos menos el último.

Decidió que empezaría de un modo gradual: primero rehízo su curriculum en Linkedin rectificando su nivel de inglés y quitando que hablaba alemán. Luego revisó su perfil de Badoo, sustituyendo lo de “soy sensible y me gustan las películas  románticas” por “Amo a Jason Statham y sus películas”. Desechó la foto de cuando pesaba veinte kilos menos en su perfil de whastapp y la actualizó.

Después de ese ataque de sinceridad, tuvo otros, cómo cuando se encontró a la vecina del quinto y le dijo que su hija era fea como pie o en sus conversaciones de whastapp siendo honesto y abusando de emojis malsonantes lo que provocó airados comentarios entre los integrantes de los grupos a los que pertenecía..pero esa es otra historia.

Y por último en el Spotify, donde reclamó un lugar destacado para Rubén Blades por enseñarle a usar el camino de la verdad. 


El sonido del móvil acabó con sus sueños.

jueves, 16 de noviembre de 2017

RUMBA





   Todos los días muero un poco y no es merito mío, sólo se trata de una condición indispensable para cumplir la definición de "ser vivo". Y eso me iguala al resto.

   Lo que me diferencia y cada vez menos, es que me he convertido en un zombi. Ha ocurrido cómo suele verse en las películas de género, poco a poco, sin avisar, hasta convertirnos en legión. Empieza con una petición de firma en la calle contra los recortes y ¡Claro! lo haces. Luego sigue con una suscripción a una revista de tu interés, más tarde, con una radiografía de tu vida laboral en una red social para conseguir trabajo y poco después le das al placer de comprobar cuánto eres de atractiv@ en otra red... Y lo más novedoso, las apps del móvil, una puerta por la que mostrar tus más íntimos dígitos.

   Y cuando quieres darte cuenta ¡ZAS! tus datos personales se han convertido en tu zombi, que sin voluntad propia habita redes sociales, alimenta estadísticas de empresas que cotizan en bolsa, foros de opinión en países lejanos y mediante el rito de la robotización informática, me convierten en un muerto viviente.

   Y yo sólo sueño con ser rumbera y que me canten: no estaba muerta, no,no, no esta muerta, no,no, estaba de parranda...

jueves, 26 de octubre de 2017

LA TETERA DEL GENIO

LA TETERA DEL GENIO

Amanecí tarde. El baile de máscaras de Liceu y la compañía de Pere y Joan habían sido de una intensidad desacostumbrada. Padre llamó a la puerta y la Roser entró con el desayuno.
Soplé la taza y me emocioné al recordar las veces que pasé mis dedos por cada una de las filigranas de su inusual azul, mientras madre tostaba el pan que hundíamos en el chocolate de los domingos. Me incorporé y la bandeja con la porcelana acabó hecha añicos en un mar de azúcar. No pude apartar la vista de ellos. Tampoco dejé hacer nada a la Roser. Recogí los pedazos, los limpié de  té y mantequilla y los guardé con amor ¡Eran suyos! Pasé el resto del día sin comer y encerrado en mí estudio, mirando distraído el plano que debía presentar al día siguiente.
 -Qué mala cara traes, Antonio-me dijo Joan.
- ¡Tengo un disgusto! Ya te contaré luego, pero ahora vamos a convencer al cliente
Era nuestra primera colaboración de muchas que vendrían, se trataba del proyecto de reforma y construcción de una portería y unas caballerizas de una finca en Pedralbes. Y como buen herrero que era había diseñado un gran dragón, cuyas garras se podían articular, para la puerta principal. En alusión al poema que le habían dedicado al suegro de nuestro cliente. Un guiño más que evidente para congraciarnos con él y que nos adjudicase la ejecución de las obras.
-¡Cuánto ingenio han desplegado las alas de tu dragón!, amigo Joan, enhorabuena!. Ya lo has oído, en Abril empezamos.
Las obras avanzaban a buen ritmo y las partidas parecían ajustarse como guantes,  no entendía como mis colegas se quejaban tanto. Surcaba un mar de placidez y tranquilidad, hasta que Joan trajo la tempestad.
-¡cinco metros de puerta! Pensé que serían tres pero con el retranqueo de la  portería, se han convertido en ¡cinco metros! ¡No vamos a tener dinero para los remates!
        -No quiero sacrificarlos  Joan, eso es lo que le da personalidad al conjunto. Pensaré una solución…


La primera vez que lo usé causó horror en mi cuadrilla de albañiles y mucho sarcasmo entre mis colegas. Fue un gran reto para mí, buscar una alternativa vistosa y económica. 

Hay colores que se pegan a nuestra vida y nos persiguen. El azul de la porcelana de mi madre, fue el mío que elevé al cielo en cada uno de mis proyectos. ¡Sólo tenéis que mirar los tejados de mis obras en Barcelona!



miércoles, 18 de octubre de 2017

EL COMBATE


… 1.- ¡Qué asco! ¡Otra vez el regusto en la boca! 
...2.- ¡Levántate!
…3.- ¡Joder, no puedo ni moverme!
…4.- ¡Inténtalo, campeón!
...5.- Ostia tío, levanta ya
...6.- Serás gilipollas
...7.- Me estoy poniendo muy, muy nervioso
...8.- Joder, no veo
…9.- ¡Levántate, negro!
...10.- ¡Nooo, Réferi, cabrón! ¡No toques la campana!

En los dos últimos combates estabas bien, campeón. Tu juego de piernas rápido y tu izquierda un cañón, si no que se lo pregunten al último que chupó la lona. ¿En qué cojones estabas pensando tío? ¡Levántate ya! ¡Me has jodido campeón!  Lo aposté todo por ti, negro, hasta la indemnización del seguro de Pam.

 Y ¿qué coño es esa luz? ¡No, putos fotógrafos!. Ahora empiezan mis problemas, sabrán que mentí.

jueves, 26 de enero de 2017

NOSOTROS SOMOS EL JARDÍN





NOSOTROS SOMOS EL JARDÍN

Llegó puntual y con la parsimonia de los martes y jueves, se quitó la ropa con cuidado, doblándola y amontonándola en la pequeña taquilla que siempre encontraba libre. Se puso el bañador, deseando alcanzar el agua cuanto antes para que las costuras no le oprimiesen. A pesar de su cojera, tenía movimientos rápidos, con el gorro ya colocado y las gafas en la mano, se dirigía a la ducha más cercana y se zambullía. Entonces dejaba que el agua le cubriese por completo durante unos segundos, dando tiempo a sus oídos a descansar de su jornada al teléfono.

El primer largo siempre a crol, los pies sin parar de moverse, las piernas acompasadas con los brazos y el azul oscuro del azulejo en el suelo como guía. El segundo, a braza, intentando alcanzar con las manos las anillas de corcho que separan cada calle. Y con el tercero daba comienzo el verdadero viaje, de espaldas, con las gafas sobre el gorro, aleteando sin parar los pies, los brazos relajados, los oídos sumergidos escuchando el motor de la depuradora y los ojos disfrutando de esas pequeñas manchas de húmedas que largo tras largo se convertían en figuras conocidas primero y reconocidas después, en las que iba marcando el mapa de su vida.

Hasta el cuarto día no vio en la primera mancha una nube, como las de su país en los días de sol: grande y esponjosa. La montaña tardó más en aparecer, necesitó un par de semanas para verla, con tanta claridad, que casi se asustó.

La luz de los jueves era más tenue y bajo ella, las manchas le recordaban a la playa donde se crió. El color del techo, a la tierra de su prefectura, tras el accidente de la central.

jueves, 30 de junio de 2016

LOS MIL NOMBRES DE ROSALIA


Tengo tantos nombres que sólo recuerdo el primero: Rosalía Lombardo.  Soy de  Palermo, con sólo dos años de edad he vivido mucho. Fui una niña muy querida, mis abuelas prestaron sus nombres para hacer el mío. Rosa y Lía, así se llamaban, las primeras que tuve.

Unas fiebres me arrebataron la vida y fui enterrada en el Monasterio de los Capuchinos. Me acicalaron con mis mejores galas y así es como ven, todos los días de nueve a trece y de quince a dieciséis horas, los turistas de las catacumbas del Monasterio, célebres, entre otras cosas, por mi presencia.

En una pequeña oquedad me dejaron, en mi cochecito de paseo y con mi colcha preferida, junto con otros cuerpos. ¡No sabía qué ocurría! Me sentía extraña, alejada de mi habitación infantil y mis cuidados primorosos, por no hablar de las deliciosas papillas que preparaba mamá. ¡Me sorprendía tanto no tener hambre y mucho menos sueño!  No podía comunicarme con mis compañeros más cercanos. Tardé en descubrir que mi nuevo estado.

Tuve que esperar a que el abad, en una de sus visitas, descubriese que el paso del tiempo no había perturbado la dulzura de mi gesto dormido y no había rastro de descomposición en mi pequeño cuerpo. Se arrodilló y exclamó: ¡ Milagro, Señor, esto es un milagro! Tan altas eran sus plegarias que desperté entendiendo lo que decía y comprendiéndolo también.

Y así fue como comencé a tener mil nombres. Pía me llamó mi segunda madre. Durante meses escuché sus oraciones, sus deseos y su corazón y no me quedó otra que  tomar partido. Me convertí en un bebé abandonado en la puerta del Monasterio, sólo visible para sus ojos. Durante dos años crecí, de nuevo, rodeada de amor y cuidados, hasta que una caída precipitó mi nueva muerte.

Recuerdo también a Allegra, otra de mis madres, que eligió para mí el nombre de Cinnia y que vino de muy lejos a buscarme. Se extendió la noticia de que abandonaban bebés en  las puertas del Monasterio. En esa ocasión, mi muerte la produjo la caída al lago, cercano a casa.

Se sucedieron otros nombres: Daniela, Alda, Bianca, Camelia, Sylvana, Idara,  Jianna, Chiara…;  otras madres: Mia, Filippa, Nydia, Emilia, Fabrizia, Gia, Albertina, Zía, …y otras muertes: asfixia, gripe, enfriamiento nocturno, una subida de acetona…

Los tiempos han cambiado y ya no escucho tantas plegarias en el Monasterio,  mis días como hija deseada no son tan recurrentes. ¡Pero sigo viva!  A veces abro los ojos en las visitas de los jueves, por pura diversión, para ver cómo caen desmayados, con el gesto asustado y es que sigo siendo una niña a la espera de mi siguiente nombre.




jueves, 5 de mayo de 2016

EL LEGADO DEL REY


No hay nada como saber, cuándo vas a morir, para ocuparte de los asuntos más tediosos del reino, como comparecer en la rueda de prensa relacionada con la noticia publicada en todos los medios: “Los hombres no tienen sangre”.
Mi nombre es Adán I y soy el príncipe de Liechtenland.  La mayoría de la gente ni siquiera es consciente de nuestra existencia no nos prodigamos mucho en ferias de turismo y hemos hecho del secreto bancario nuestra bandera.
De mi padre aprendí todo lo que soy como monarca. También que los secretos no duran eternamente. 
En un territorio como en el que reino, donde hay más empresas que personas, me enfrenté por primera vez en nuestra historia, a un serio problema de liquidez. Tanto nos habíamos preocupado de guardar los secretos de otros, que cuando se destapó la trama de blanqueo de capitales, rápidamente nos señalaron en el mapa. Y nuestros inversores, asustados ante la posibilidad de que sus nombres se revelasen, decidieron retirar sus depósitos y extinguir sus sociedades. Mi reino carecía de fuente alternativa al producto interior bruto (PIB) y aunque seamos un país pequeño, apenas una extensión de ciento setenta kilómetros cuadrados, tenemos grandes necesidades.
Tomé una decisión difícil, estrambótica quizás, pero absolutamente necesaria. Acudí a las oficinas centrales de una conocida cadena de clínicas de reproducción asistida, para ofrecer el semen de mi pueblo. Como les informé en la reunión concertada, mis conciudadanos están acostumbrados a practicar esquí, cuentan con una buena alimentación gracias al ganado vacuno que pasta en nuestras montañas y son una población joven, con lo que les garantizaba una extracción de calidad y numerosa. Con su pago haríamos frente a las necesidades más urgentes que mi pueblo requería. Sabía de la provisionalidad de la medida pero confiaba en la buena calidad del fluido, en la repetición de las extracciones y por qué no decirlo, en extender nuestros genes por el resto del continente.
Mi pueblo participó con gran alegría en tan peculiar convocatoria. Tuvimos un revés, las primeras muestras analizadas por la compañía,  no fueron muy satisfactorias. En nuestra íntima cosecha había cantidad pero la calidad no era buena. Argumentaron que a pesar de ser una población joven, durante años, no nos habíamos mezclado con otros individuos, que teníamos antecesores comunes y eso era causa de la baja calidad.
De nuevo me devané los sesos para conseguir la liquidez que tanta falta nos hacía. Promulgué un Decreto convocando a todos los varones, mayores de edad y de más de cincuenta kilos de peso, a donar su sangre. El total de las extracciones iría a parar a un hospital cuyo nombre mantendré en secreto (hay costumbres que no se olvidan).
Sé que moriré dentro de una semana y la rueda de prensa ya ha tenido lugar. El tiempo apremia, he procurado que mi hijo, Adán II, tenga los recursos necesarios para continuar reinando. El contrato con el hospital, tiene una duración de diez años; tiempo más que suficiente para buscar otras alternativas al mantenimiento de nuestro PIB. Mientras mis conciudadanos tendrán que seguir dejándose la sangre por su país.


jueves, 21 de abril de 2016

LA CONFESIÓN




Próxima estación Principio Pío, correspondencia con líneas seis, diez y Ramal Opera.

Sus neuronas procesaron sin error: «es la tercera vez que oímos el servicio de megafonía del metro». Una sinapsis más y añadieron: «llevamos cuarenta y cinco minutos parados en la misma estación. ¡Dioss!»

Ajeno a éstas, Don Gabriel se miraba las uñas, sorprendido del color azul que habían adquirido. Cuidadosamente se dedicó a limpiarlas, una a una, con un trozo de papel que enrolló a modo de bastoncillo, para acceder a todos sus rincones.

Pidió voluntariamente el traslado desde Plasencia, de eso hace seis meses. No podía soportar más la tensión de las últimas semanas en la Congregación. Ahora está en una pequeña parroquia de Carabanchel, Santa María Micaela se llama pertenece a un colegio. Don Gabriel sonríe de nuevo, los niños siempre le han gustado mucho.
El barrio también le agrada, hay mucho trajín a diario y eso le distrae. Se incorporó además, como profesor de religión en el instituto cercano y como son pocos los estudiantes que la eligen, no le quita demasiado tiempo.

Madrid en ocasiones le agobia: demasiado grande, demasiada gente, demasiados pecados … y en otras es capaz de disfrutarla, paseando por el domesticado Manzanares,  los jardines del Moro o tomando algo en el Café de Oriente, donde puede estar horas sentado en sus cómodas butacas y repasar sus escritos.

El único consuelo que tiene después de sentir que abandonaba a sus fieles con su marcha tan precipitada, es la escritura. Ha retomado sus clases. Asiste a un taller y redacta historias de niños felices.

La rutina de los días se impone y amortigua su secreto. Los lunes, visita a los enfermos y ancianos; los martes catequesis; los miércoles, un par de horas de clases de religión y descanso; los jueves después de orar en la cripta de la Catedral,  acude al taller literario; y los viernes, sábados y domingos con las misas de mañana y tarde, acaba su jornada laboral. Carabanchel es grande y las distancias entre sus feligreses se hacen largas para ir a pie. Al acabar el día está tan cansado que sólo puede dormir ¡cómo lo agradece! El resto de las horas no deja de recordar todo.


Cuando decidió ser cura lo hizo con la idea romántica de ser pastor y guiar al pueblo dándole a conocer la palabra de Jesús, al que cariñosamente llama EL JEFE. Lo que no sabía es que EL JEFE se lo iba a poner tan difícil. Pensaba que el cambio de destino le ayudaría, no viendo las caras de esos días conseguiría olvidarlas.

¿Por qué tuvo que ofrecerse voluntario al Obispo aquella mañana? ¿Por qué no se ocupó de dar consuelo a Doña María como todos los días? ¿Por qué no pidió silencio cuando contaba los detalles? ¿Por qué tuve que ser él? ¿Por qué tuvo que perdonarle? Cada vez que lo recuerda, aparece un dolor agudo en la boca del estómago, necesita vomitarlo.


Lleva varios días hablando con EL JEFE. No consigue  acallar su conciencia. Ha intentado distraerla. No hay manera, no puede.  ÉL sólo le ofrece consuelo y perdón, pero no es suficiente para Don Gabriel.

Hoy ha tenido la última conversación con EL JEFE. Después de plantearle todas sus dudas y esperar una respuesta que no llegaba, se ha despedido de ÉL.

Próxima estación Pan Bendito.

Busca en el andén el letrero de la comisaría.  Se dirige a ella para denunciar a su anterior compañero, que en confesión y abusando del sigilo sacramental le contó con todo lujo de detalles los abusos, a los que sometió, a dos niños del grupo de catequesis. En cuanto la firme, ya no será nunca más Don Gabriel, convencido de que así servirá mejor al JEFE.


jueves, 7 de abril de 2016

SUITE NUPCIAL



Mi éxito con las mujeres siempre fue relativo, en realidad nulo, mis amigos me apodaron "el penas". Pero eso acabó el día que fui al médico y no porque hubiese cura para lo mío, sino porque me pidió un análisis de sangre, padezco de exceso de hierro en sangre. Y conocí a Celia, la enfermera encargada de la extracción. Todo mi mundo cambió.

¡Era tan muy especial! Con su mirada penetrante te escaneaba y te hacía sentir la única persona del universo. Me solía decir con su voz susurrante: «Amor, sin ti yo muero» y nunca la creía. Pensaba que eran frases hechas de enamorados.

Sentía algo eléctrico cuando estaba cerca. Mi cuerpo respondía sin control a sus caricias. Su voz poseía un timbre íntimo, envolvente, metálico en ocasiones, que todavía recuerdo por las noches. Aprendí cada uno de sus recovecos, dibujé el mapa de sus lunares y lamí el único lunar que encontré en su anatomía. Era capaz de oler mi deseo, aunque estuviéramos separados.


Celia me comprendía como nunca lo había hecho otra mujer, me convirtió en el centro de su existencia, en su dios y señor. Y con mi falta de experiencia con las mujeres, sólo se me ocurrió pedirle matrimonio y prometerle que siempre contaría con mi sangre. Detalle que atribuí a su profesión. La ceremonia fue preciosa según me dijeron. A Celia la recuerdo radiante. Al besarla me dio un chispazo y no dudé en que eso era lo que llamaban la chispa del amor ¡Estaba tan feliz!


Ya en nuestra suite nupcial, con su voz susurrante y algo metálica me dijo al oído: «¡Amor, mira».  Lentamente fue quitándose el vestido, hasta quedarse tan sólo en ropa interior. Se dio la vuelta para mostrarme su espalda perfecta y señalando el único lunar, que yo había lamido tantas veces, se lo tocó. Oí un chasquido y su voz: ¡Esta soy yo amor! Celia fue retirando su piel para mostrarme las partes de su endoesqueleto. 

Era mi mujer ¿qué otra cosa podía hacer? Eso ocurrió el siete de agosto, en nuestra noche de boda, en plena celebración.


jueves, 31 de marzo de 2016

YIN Y YANG





   Oí la frase: "He estado en las dos partes de la historia" y automáticamente quise saber más. Coloqué  el merengue en la esquina, para tener que obligarme a una postura nada natural, pero que me permitía oír mejor a los dos hombres chinos que estaban en la mesa contigua.

   Mi escorzo en la silla era de chiste, mantenía el libro en una mano, en la que hacía tiempo que no pasaba ninguna hoja y mi cabeza, se inclinaba sobre el espacio aéreo de la mesa vecina, con la excusa de no mancharme con el merengue de moda del nuevo gastrobar de la ciudad.

   El resultado no podía ser más cómico, pero mereció la pena. Supe que mis vecinos hablaban de cuernos y que se dan en todas las lenguas :-).

jueves, 24 de marzo de 2016

EL CONEJO DE PASCUA


   Cuenta la leyenda que el conejo entrega huevos de colores a los niños,(de chocolate claro), el Domingo de Pascua. El origen de la misma, no es otro, que celebrar la llegada de la primavera y siendo el conejo un símbolo de fertilidad (ya se sabe los prolíficos que son) y en consecuencia de renovación, su leyenda subió como la espuma, apropiándose de ella también los cristianos, que le otorgaron la misión de salir cada Domingo de Pascua y dejar huevos de colores en todas las casas, para recordarnos que Jesús había resucitado y que había que vivir alegres.

    Este conejo es maño, no sé si canta jotas, de eso no hablamos cuando nos conocimos. Me dijo que estaba cansado de su trabajo, que prefería volver a sus orígenes, dónde sólo se celebraba la renovación de la tierra y el ciclo de la vida. Incluso fue más allá, me comentó que le encantaría cambiarle el trabajo a la cigüeña y ser él quien llevase en un hatillo a los recién nacidos. Olisqueando el horizonte, le dejé preparando su candidatura.






jueves, 10 de marzo de 2016

FLY ME TO THE MOON




    La noche anterior Neil había escrito su testamento, así lo había acordado con sus compañeros, como integrantes de la tripulación, sabían el peligro de su cometido. Apenas durmió.
    El 16 de Julio de 1969 se levantó sin ganas de desayunar. Una furgoneta le esperaba para llevarle a la base. Recordó la pregunta de su hijo al leerle cómo Julio Verne imaginó el viaje a la luna:
- Papá, ¿te van a meter en un cañón?
- Algo parecido cariño. Lo verás todo mañana en la tele y ahora a dormir.
    El Apolo 11 estaba preparado en Cabo Cañaveral, Aldrín y Collins también. De acuerdo con el protocolo establecido, se despidieron de sus parientes y pasaron a la sala de ionización, antes de colocarse los trajes espaciales. Subieron a la nave, comprobaron los paneles de lanzamiento y aterrizaje, chequeando cada uno de los parámetros y los canales de comunicación. La aventura estaba lista para comenzar.Todos los televisores del mundo lo retransmitieron. 

    ¿Por qué no se hicieron más viajes? Siempre supe que no nos habían contado la verdad. En el informe que entregaron «los héroes de la luna», como les conocían en América, presentaban una realidad distinta de la versión oficial. Hoy he tenido acceso a él, después de que la C.I.A. decidiera desclasificar parte de los expedientes celosamente guardados durante estos años.

    En concreto, al informe Neil Amstrong que redactó con motivo del aniversario de alunizaje. Se puede leer un extracto del mismo: "... Aterrizamos en el mar de la tranquilidad  comprobando las coordenadas establecidas en el manual. Fue un aterrizaje exitoso. Cumplimos con el protocolo establecido, colocando nuestros trajes de exterior y chequeando los niveles de los tanques de oxigeno. A continuación comprobamos el anclaje de la escalera que nos daría acceso a la superficie lunar. En ese momento gritados: «God save the americans» (una licencia sobre lo establecido, que espero no se nos tenga en cuenta), y abrimos la escotilla. Collins se quedó orbitando. Aldín y yo, bajamos con cuidado, adaptándonos a la gravedad de la luna, menos que la de la tierra (como ya expresamos en el informe anterior). Fui el primero en poder pisarla. Al menos eso creímos durante algún tiempo. Pronto descubrimos que era mentira 
¡ Ya había huellas allí! Aldrin se dio cuenta también y me miró asustado. Desde luego no éramos los primeros en llegar. Cumplimos la misión, izamos la bandera y volvimos a casa con honores. Hicimos creer al mundo que habíamos sido los primeros, ni tan siquiera se lo dijimos a Collins. Aldrín en conversaciones posteriores me expresó de nuevo su perplejidad por las huellas que allí vimos. No supimos darle explicación. Y decidimos ponernos a investigar. 
    Estos últimos meses no he podido pensar en otra cosa. Me atrevo a decir que Luciano de Samosata tenía razón, la luna estaba habitada ya. He leído infinidad de veces sus Relatos Verídicos, Aldrin también. Cada vez estamos más seguros de su veracidad. Por eso sólo vimos las huellas y no encontramos ningún cuerpo, puesto que los selenitas una vez que morían se convertían en humo, disolviéndose y transformándose en aire. El análisis de las muestras minerales que recogimos, dieron como resultando sustancias orgánicas de composición similar a la miel y a la leche...alimentos que se recogen en los escritos antes mencionados.
   Aunque la historia diga que fuimos los primeros en pisar la luna, no sería honesto por nuestra parte ocultar esta información, de ahí mi ruego a la comisión de que tengan en cuenta el presente informe...."

   

jueves, 25 de febrero de 2016

BENIGNO, EL CRISTALINO

Vestido de Armani azul oscuro, entró en el vestíbulo. Los nuevos clientes lo estaban esperando, en la sala de reuniones. Escuchó sus propuestas, contestó sus dudas y aceptó el trabajo. En los últimos meses, Benigno había dado un giro en su profesión y no le iba nada mal. Prueba de ello era su nuevo uniforme, pasando de un mono de loneta azul a un Armani del mismo color.
        «Accidente doméstico» escribieron en el informe de ingreso en urgencias, donde fue atendido el 22 de Febrero, festividad de Santa Leonor. Nombre de su madre y agente en el episodio hospitalario.  Tras una noche de observación le dieron el alta sin más indicaciones que la de hacer vida normal, frase que dejaría de tener sentido muy pronto.
        Benigno acudió como cada lunes a comer a casa de su madre, esta vez, además, para celebrar la onomástica de su progenitora. La señora, algo obsesionada con la limpieza desde que su marido,  con la excusa de irse a comprar limpiacristales, desapareció. Pasaba el trapo cada veinte minutos, aproximadamente, por el cristal de la mesa del comedor, con lo incómodo que ello resultaba para familiares y extraños, sobre todo a la hora de comer. No sólo limpiaba de manera compulsiva, sino que le gustaba preparar sus propias mezclas para tal fin.
        Al lado de su plato de albóndigas, descansaba la pistola, con el que disparaba Doña Leonor, a diestro y siniestro, con tal mala fortuna, que uno de sus disparos le dio de lleno a su hijo. Bajo una nube de amoniaco y lejía, Benigno cayó desplomado. Los platos se quedaron a merced de los gérmenes, si es que alguno se había atrevido a sobrevivir al despliegue armamentístico. Y madre, hijo y ambulancia cruzaron la ciudad.
        Benigno, de profesión fontanero, a la semana de dicho episodio notó que los avisos de desatrancos los hacía en tiempo record, de hecho la compañía aseguradora para la que prestaba sus servicios empezó a recomendarle. Salvo el aumento de trabajo por este concepto, Benigno llevaba una vida normal, seguía acudiendo a casa de su madre los lunes, los miércoles echaba la partida de mus, en el bar de la esquina y los viernes se tomaba un par de gin-tonics con compañeros del sector.
        Acudió al reconocimiento médico anual, que la empresa ofrecía a sus empleados. Sus análisis evidenciaron unos niveles de colesterol y azúcar en sangre de libro. Sorprendido por los resultados, preguntó cuáles podían ser las causas de su mejoría.
-Pudiera ser el aumento de actividad en el trabajo, al que nos ha hecho usted referencia y una dieta más equilibrada, ¿no le parece?
-No lo sé, por eso se lo pregunto.
- No le dé importancia y siga con su vida normal.
Y Benigno siguió aumentando ingresos y bajando triglicéridos. En uno de los siniestros a los que acudió, detectó al sustituir el plato de ducha del asegurado, que lo que antes le costaba horas de cepillado, lijado, barrido y repaso, ahora lo hacía de manera rápida y limpia.  Pensó que tal vez se debía a que su madre le había contagiado su obsesión por la limpieza, desechó la idea y continuó trabajando. Pero había algo más, ¡algo extraordinario!, no se trataba de que ahora todos sus trabajos fueran limpios y que las tuberías de cobre que instalaba relucieran y las de PVC tuvieran un blanco nuclear, ni siquiera que te vieses reflejado en las de acero inoxidable o incluso en las de acero galvanizado (con lo difícil que eso es)…es que tubería que tocaba, tubería que se convertía en transparente. ¡Extraordinario!
 En los gin-tonics de los viernes, los del sector lo bautizaron como: «Benigno,el cristalino».

Todos los periódicos coincidieron en el titular de cabecera: «Fontanero ayuda a la policía en el esclarecimiento del crimen del Marqués».  Doña Leonor, leyó de principio a fin los artículos, no podía estar más orgullosa de la actuación de su hijo, por otra parte, circunstancial. Benigno había sido contratado por los hijos de Marqués, para sanear por completo la instalación de la casa paterna, que contaban con más años que Matusalén (casa y marqués). Quedó preciosa, le da un aire muy moderno a la casa, casi de anuncio de programa de decoración, entre sus techos altos con las vigas de madera a la vista y  las tuberías de calefacción y  agua, diáfanas y cristalinas

Gracias a esa reciente instalación la policía, a denuncia de la enfermera de Marqués y sin tiempo de llegar a ser su próxima esposa consiguió evidenciar la prueba de que la comida ingerida por el anciano, contenía metales pesados, dando fe de ello la policía científica y sus fotografías con el material adherido en las conducciones transparentes.

Benigno el cristalino mantuvo su colaboración con los agentes de orden y sobrellevó su poder hasta el final de sus días, a pesar de los intentos de Doña Leonor, que se acostumbró a rociarle con diferentes mezclas, en las comidas de los lunes, con la esperanza de recuperar a su Benigno de mono azul.
© Historias de Eva, S.L.
Maira Gall