jueves, 10 de marzo de 2016
FLY ME TO THE MOON
La noche anterior Neil había escrito su testamento, así lo había acordado con sus compañeros, como integrantes de la tripulación, sabían el peligro de su cometido. Apenas durmió.
El 16 de Julio de 1969 se levantó sin ganas de desayunar. Una furgoneta le esperaba para llevarle a la base. Recordó la pregunta de su hijo al leerle cómo Julio Verne imaginó el viaje a la luna:
- Papá, ¿te van a meter en un cañón?
- Algo parecido cariño. Lo verás todo mañana en la tele y ahora a dormir.
El Apolo 11 estaba preparado en Cabo Cañaveral, Aldrín y Collins también. De acuerdo con el protocolo establecido, se despidieron de sus parientes y pasaron a la sala de ionización, antes de colocarse los trajes espaciales. Subieron a la nave, comprobaron los paneles de lanzamiento y aterrizaje, chequeando cada uno de los parámetros y los canales de comunicación. La aventura estaba lista para comenzar.Todos los televisores del mundo lo retransmitieron.
¿Por qué no se hicieron más viajes? Siempre supe que no nos habían contado la verdad. En el informe que entregaron «los héroes de la luna», como les conocían en América, presentaban una realidad distinta de la versión oficial. Hoy he tenido acceso a él, después de que la C.I.A. decidiera desclasificar parte de los expedientes celosamente guardados durante estos años.
¿Por qué no se hicieron más viajes? Siempre supe que no nos habían contado la verdad. En el informe que entregaron «los héroes de la luna», como les conocían en América, presentaban una realidad distinta de la versión oficial. Hoy he tenido acceso a él, después de que la C.I.A. decidiera desclasificar parte de los expedientes celosamente guardados durante estos años.
En concreto, al informe Neil Amstrong que redactó con motivo del aniversario de alunizaje. Se puede leer un extracto del mismo: "... Aterrizamos en el mar de la tranquilidad comprobando las coordenadas establecidas en el manual. Fue un aterrizaje exitoso. Cumplimos con el protocolo establecido, colocando nuestros trajes de exterior y chequeando los niveles de los tanques de oxigeno. A continuación comprobamos el anclaje de la escalera que nos daría acceso a la superficie lunar. En ese momento gritados: «God save the americans» (una licencia sobre lo establecido, que espero no se nos tenga en cuenta), y abrimos la escotilla. Collins se quedó orbitando. Aldín y yo, bajamos con cuidado, adaptándonos a la gravedad de la luna, menos que la de la tierra (como ya expresamos en el informe anterior). Fui el primero en poder pisarla. Al menos eso creímos durante algún tiempo. Pronto descubrimos que era mentira
¡ Ya había huellas allí! Aldrin se dio cuenta también y me miró asustado. Desde luego no éramos los primeros en llegar. Cumplimos la misión, izamos la bandera y volvimos a casa con honores. Hicimos creer al mundo que habíamos sido los primeros, ni tan siquiera se lo dijimos a Collins. Aldrín en conversaciones posteriores me expresó de nuevo su perplejidad por las huellas que allí vimos. No supimos darle explicación. Y decidimos ponernos a investigar.
Estos últimos meses no he podido pensar en otra cosa. Me atrevo a decir que Luciano de Samosata tenía razón, la luna estaba habitada ya. He leído infinidad de veces sus Relatos Verídicos, Aldrin también. Cada vez estamos más seguros de su veracidad. Por eso sólo vimos las huellas y no encontramos ningún cuerpo, puesto que los selenitas una vez que morían se convertían en humo, disolviéndose y transformándose en aire. El análisis de las muestras minerales que recogimos, dieron como resultando sustancias orgánicas de composición similar a la miel y a la leche...alimentos que se recogen en los escritos antes mencionados.
Aunque la historia diga que fuimos los primeros en pisar la luna, no sería honesto por nuestra parte ocultar esta información, de ahí mi ruego a la comisión de que tengan en cuenta el presente informe...."
¡ Ya había huellas allí! Aldrin se dio cuenta también y me miró asustado. Desde luego no éramos los primeros en llegar. Cumplimos la misión, izamos la bandera y volvimos a casa con honores. Hicimos creer al mundo que habíamos sido los primeros, ni tan siquiera se lo dijimos a Collins. Aldrín en conversaciones posteriores me expresó de nuevo su perplejidad por las huellas que allí vimos. No supimos darle explicación. Y decidimos ponernos a investigar.
Estos últimos meses no he podido pensar en otra cosa. Me atrevo a decir que Luciano de Samosata tenía razón, la luna estaba habitada ya. He leído infinidad de veces sus Relatos Verídicos, Aldrin también. Cada vez estamos más seguros de su veracidad. Por eso sólo vimos las huellas y no encontramos ningún cuerpo, puesto que los selenitas una vez que morían se convertían en humo, disolviéndose y transformándose en aire. El análisis de las muestras minerales que recogimos, dieron como resultando sustancias orgánicas de composición similar a la miel y a la leche...alimentos que se recogen en los escritos antes mencionados.
Aunque la historia diga que fuimos los primeros en pisar la luna, no sería honesto por nuestra parte ocultar esta información, de ahí mi ruego a la comisión de que tengan en cuenta el presente informe...."
jueves, 3 de marzo de 2016
LA MASIA
Sábanas
al sol los viernes, todos los viernes. Tendidas, se antojaban velas a punto de zarpar
entre los naranjos que rodeaban la casa. Y las ventanas abiertas de par en par,
respirando aire limpio para soltarlo por la noche entre jadeos.
Peluquería
los sábados, allí mismo, en casa. Los días claros, la mayoría, en el porche
trasero y cuando la lluvia les saludaba, dentro. Y visita al mercado, ¡claro! Cada
semana le tocaba a una bajar. Además de frutas y verduras, traían
trapos, ropa interior y los encargos personales.
El
fin de semana se llenaba de gente. No daban a basto para reponer toda la
mercancía. Había mucho que hacer.
No
estaba cerca de ningún sitio, pero todos sabían cómo llegar a la finca. En la entrada
principal, habían dispuesto una zona de aparcamiento, muy rústica. Todavía
conservaba intactas la rejería de los balcones de la fachada y las baldosas decoradas, el resto se había ido modificando. Una sucesión de pasillos lo
habitaban.
Los
lunes se colgaba el cartel de «Cerrado por descanso del personal». Entonces se
podía oír el rumor del agua en la acequia cercana, algún tractor, el murmullo de las chicas hablando por sus móviles o jugando al sambori en el
porche trasero.
Los
martes, la casa empezaba de nuevo a recibir visitas. Los miércoles se conocían
como «noche oriental» porque la mayoría
eran chinos. Y desde que alguien inventó los juernes, era el día de más afluencia,
incluso superaba la del fin de semana.
Y en esa sucesión de días, la masía seguía acogiendo y soportando cuerpos en busca de sexo y de vidas nuevas, según el lado de la cama que ocupasen.
jueves, 25 de febrero de 2016
BENIGNO, EL CRISTALINO
Vestido
de Armani azul oscuro, entró en el vestíbulo. Los nuevos clientes lo estaban
esperando, en la sala de reuniones. Escuchó sus propuestas, contestó sus dudas
y aceptó el trabajo. En los últimos meses, Benigno había dado un giro en su
profesión y no le iba nada mal. Prueba de ello era su nuevo uniforme, pasando
de un mono de loneta azul a un Armani del mismo color.
«Accidente doméstico» escribieron en el informe de ingreso en
urgencias, donde fue atendido el 22 de Febrero, festividad de Santa Leonor.
Nombre de su madre y agente en el episodio hospitalario. Tras una noche de observación le dieron el
alta sin más indicaciones que la de hacer vida normal, frase que dejaría de
tener sentido muy pronto.
Benigno acudió como cada lunes a comer a casa de su madre,
esta vez, además, para celebrar la onomástica de su progenitora. La señora,
algo obsesionada con la limpieza desde que su marido, con la excusa de irse a comprar
limpiacristales, desapareció. Pasaba el trapo cada veinte minutos,
aproximadamente, por el cristal de la mesa del comedor, con lo incómodo que
ello resultaba para familiares y extraños, sobre todo a la hora de comer. No
sólo limpiaba de manera compulsiva, sino que le gustaba preparar sus propias mezclas
para tal fin.
Al lado de su plato de albóndigas, descansaba la pistola, con
el que disparaba Doña Leonor, a diestro y siniestro, con tal mala fortuna, que
uno de sus disparos le dio de lleno a su hijo. Bajo una nube de amoniaco y
lejía, Benigno cayó desplomado. Los platos se quedaron a merced de los gérmenes,
si es que alguno se había atrevido a sobrevivir al despliegue armamentístico. Y
madre, hijo y ambulancia cruzaron la ciudad.
Benigno, de profesión fontanero, a la semana de dicho
episodio notó que los avisos de desatrancos los hacía en tiempo record, de
hecho la compañía aseguradora para la que prestaba sus servicios empezó a
recomendarle. Salvo el aumento de trabajo por este concepto, Benigno llevaba
una vida normal, seguía acudiendo a casa de su madre los lunes, los miércoles
echaba la partida de mus, en el bar de la esquina y los viernes se tomaba un
par de gin-tonics con compañeros del sector.
Acudió al reconocimiento médico anual, que la empresa ofrecía
a sus empleados. Sus análisis evidenciaron unos niveles de colesterol y azúcar
en sangre de libro. Sorprendido por los resultados, preguntó cuáles podían ser
las causas de su mejoría.
-Pudiera
ser el aumento de actividad en el trabajo, al que nos ha hecho usted referencia
y una dieta más equilibrada, ¿no le parece?
-No
lo sé, por eso se lo pregunto.
- No
le dé importancia y siga con su vida normal.
Y
Benigno siguió aumentando ingresos y bajando triglicéridos. En uno de los
siniestros a los que acudió, detectó al sustituir el plato de ducha del
asegurado, que lo que antes le costaba horas de cepillado, lijado, barrido y
repaso, ahora lo hacía de manera rápida y limpia. Pensó que tal vez se debía a que su madre le
había contagiado su obsesión por la limpieza, desechó la idea y continuó
trabajando. Pero había algo más, ¡algo extraordinario!, no se trataba de que
ahora todos sus trabajos fueran limpios y que las tuberías de cobre que
instalaba relucieran y las de PVC tuvieran un blanco nuclear, ni siquiera que
te vieses reflejado en las de acero inoxidable o incluso en las de acero
galvanizado (con lo difícil que eso es)…es que tubería que tocaba, tubería que
se convertía en transparente. ¡Extraordinario!
En los gin-tonics de los viernes, los del
sector lo bautizaron como: «Benigno,el cristalino».
Todos
los periódicos coincidieron en el titular de cabecera: «Fontanero ayuda a la
policía en el esclarecimiento del crimen del Marqués». Doña Leonor, leyó de principio a fin los
artículos, no podía estar más orgullosa de la actuación de su hijo, por otra
parte, circunstancial. Benigno había sido contratado por los hijos de Marqués,
para sanear por completo la instalación de la casa paterna, que contaban con
más años que Matusalén (casa y marqués). Quedó preciosa, le da un aire muy
moderno a la casa, casi de anuncio de programa de decoración, entre sus techos
altos con las vigas de madera a la vista y
las tuberías de calefacción y
agua, diáfanas y cristalinas
Gracias
a esa reciente instalación la policía, a denuncia de la enfermera de Marqués y
sin tiempo de llegar a ser su próxima esposa consiguió evidenciar la prueba de
que la comida ingerida por el anciano, contenía metales pesados, dando fe de
ello la policía científica y sus fotografías con el material adherido en las
conducciones transparentes.
Benigno
el cristalino mantuvo su colaboración con los agentes de orden y sobrellevó su
poder hasta el final de sus días, a pesar de los intentos de Doña Leonor, que
se acostumbró a rociarle con diferentes mezclas, en las comidas de los lunes,
con la esperanza de recuperar a su Benigno de mono azul.
jueves, 18 de febrero de 2016
GOTA A GOTA
Madrid, a 25 de
enero de 2.037
En
la vida, las cosas son distintas según llueva o no, y las personas también,
Alfonso siempre ha preferido la lluvia ya no sé si por gallego o por deformación
profesional.
Recuerdo
que ya te conté cómo nos conocimos, lo
que no te expliqué, me parece, fue cómo nos convertimos en socios.
Dicen
que tras la tempestad viene la calma y que no hay precipitación que dure cien
años (¡ah¡, ¡no!, es "mal" ¿no?), bueno lo mismo da, confío que me entiendas. Ahora
ya ha pasado el chaparrón, pero la calma la estoy buscando todavía. Los días se
me hacen muy largos y mi cabeza no para quieta.
Alfonso, como buen gallego, estaba acostumbrado a convivir con cúmulos, borrascas,
neblinas… en todos los aspectos de su vida. En la exposición “Calabobos” nos
presentó un amigo común. Ah! Espera esto te lo conté ya, ¿verdad? A veces pierdo la noción y es aquí, el tiempo
mide más.
Te
escribo esto y me digo ¡Cómo no me di cuenta de que con ese nombre ya barruntaba
tragedia! El caso es que congeniamos
enseguida y esa noche acabó con una lluvia de ideas de lo que sería nuestro futuro
negocio común: las apuestas.
Convertimos
un negocio tradicional y con mala prensa, en algo novedoso por arte de Alfonso
y patrocinio mío, y claro está en una manera excelente de ganar dinero en estos
tiempos tempestuosos. Y es que a pesar de que los chinos eran los reyes de las
apuestas deportivas, fuimos los primeros en copar el mercado con
apuestas atmosféricas. Sí, ¡cómo lo oyes! ya se, ¡una locura!, pero funcionó.
Bajo
el paraguas de una sociedad de apuestas inversora, intentamos capear el
temporal del desplome del parqué bursátil. Emitimos unos bonos (con cantidades
que iban de 50 euros hasta 50.000) que dejamos en la nube, ya sabes que desde
que se puso de moda en el 2015 su crecimiento fue brutal. A cada cliente le
dábamos un mapa con unas instrucciones sencillas, de cómo situar sobre el mismo
su inversión, a través de unas isobaras. De tan sencillo, parecía un juego de niños. Seguro que tú también
hubieras caído de haber estado aquí.
Apenas nos costó abrir mercado, el clima que se respiraba
hace una década, propició nuestro crecimiento y la novedad que ofrecíamos en un mercado con ansias de novedad, no se
hizo esperar. La construcción, como recordarás, cayó a la velocidad del rayo, fulminando
cualquier posibilidad de mejoría. Y la bolsa se ahogó en sus propios índices,
los bancos dejaron de ser garantía para los pequeños inversores… supongo que te
llegarían noticias de este panorama tan desolador.
A nuestra subida como un spunik contribuyó de manera especial
la publicidad del director que ganó el Goya en el 2025, ya no recuerdo su nombre,
la verdad, pero nos dio las gracias en
su discurso, por haber recuperado la totalidad de la inversión apostando con
nosotros. Publicidad en máxima audiencia. Eso fue un subidón estratosférico.
Durante cinco años no tuvimos problemas, la afluencia de
pequeños inversores era continúa. No teníamos problemas con la ley, no era una
actividad incluida en los controles anuales que la agencia tributaria hacía
como auditores. Ya sabes, que los casos de corrupción que se destaparon en el
verano del 2030 cambiaron nuestro panorama y yo no lo vi venir, te juro que no
lo vi, mi socio sí, tanto que desapareció, como un barco bajo la niebla. Me quedé paralizado, ¿te lo puedes creer, conociéndome
como me conoces?
Nos cortaron el grifo, la clientela se precipitó a recuperar
sus inversiones. Y ahí empezaron mis problemas. Con mi socio huido, yo sin
reflejos y sin fondos (Alfonso se había llevado el fondo de garantía mínima que
nos exigía la ley). La gota que colmó el vaso, fue su impunidad para
convertirme en autor intelectual y material de la idea; pasé de ser un brillante inversor a un estafador
y,para colmo, estafado. Convertido en hombre de paja, y a merced de las
inclemencias y trucos sucios del que fue mi socio…y en el preso más popular de
la cárcel de Soto del Real.
Desde aquí te escribo amigo y mientras lo hago, miro el
cielo, no he perdido todavía la costumbre de apostar cuando caerá la próxima
lluvia. A menudo sueño con tsunamis que arrasen todo y no dejo de oír el refrán que tanto le gustaba al gallego: "Mucho vuela el viento, pero más el pensamiento"
Oscar Lago.
jueves, 11 de febrero de 2016
LA PUBLICIDAD NO ENGAÑA
Ayer acudí como cada año, a mi cita con la Escuela de Escritores, para disfrutar de una jornada de puertas abiertas que sobre el Máster de Narrativa daban y a cuyas pruebas de selección me presento anualmente, y que hasta ahora no he podido aceptar la plaza asignada por falta de horario y dinero (estoy por hacer un crowfunding entre colegas).
También quedé con Rosa Montero, ¡qué energía desprende y qué gusto da oírla! Su intervención sobre el proceso creativo, un regalo y su opinión sobre la mirada de los que habitamos mundos paralelos, una verdad como un puño.
Y descubrí a un fotógrafo americano, con padre psicoanalista y consulta en el sótano de la casa familiar, que sirvió de inspiración para este apunte sobre publicidad.
LA PUBLICIDAD NO ENGAÑA
Leyó de nuevo las instrucciones del fregasuelos. Se agachó para comprobar el estado del parquet.
- ¡Coño, pues es verdad, brilla! ¿y la fregona?
Abandonó la postura tan incómoda que todo su desconcierto le había hecho mantener y vio al otro lado del salón una luz tenue en la cocina.
jueves, 4 de febrero de 2016
MELENAS A GOGÓ
I
Era
más fuerte que yo: cada vez que conocía a una muchacha se la presentaba a
Rigamonti; y él, regularmente, me la soplaba. ¡Estábamos condenados a
entendernos! Así era nuestro trabajo, de nada servía lo que yo opinase de sus
procedimientos, lo importante era el resultado y, hasta la fecha, seguíamos siendo
los mejores con las pelucas. Recuerdo la entrevista en la que me preguntaron,
cómo me inicié en tan peculiar mercado; si tuviera que buscar una razón,
probablemente sería la imagen de Gina, (prima tercera por parte de padre), en
la playa del Lido, en el verano del 77. No era una gran melena (eso lo sé
ahora), fue el efecto de su pelo mojado sobre la espalda y los cientos de
riachuelos que la recorrían, lo que me turbó. Aunque esto último, tardé en
comprenderlo. Estudié ingeniería, como era de esperar, ya que era primogénito.
Me licencié cum laude y ejercí durante diez años. Hasta que la imagen de Gina,
mi tropiezo con Rigamonti y el peso de
mi apellido se conjuraron.
II
Nuestro
encuentro fue de impacto. Montibello, andaba siempre mirando al suelo con tanta
intensidad, que parecía ser capaz de ver el núcleo mismo de la tierra. Fue en
la esquina de la strada Pettine. Se disculpó. Me ayudó a colocar, en mi
trasportín, las cajas. Una se abrió y la curiosidad le pudo más que la timidez.
Me acribilló a preguntas de toda índole, acerca de su contenido ¿cómo se conseguía
el pelo? ¿Con qué se cosía? ¿Qué productos se ponían para que se mantuviese
sedoso?. Le tuve que frenar, llegaba tarde a la entrega. Ante su insistencia,
quedamos en el café “Il Barber” al día siguiente. Fui contestando pacientemente
cada una de sus cuestiones. Menos una.
III
-¿Te
lo puedes creer? Te aseguro que todavía estoy en shock. Si es que… no sé ni
cómo pasó. Vente a casa y te lo cuento, anda.
-Dame
diez minutos- contestaron al otro lado del teléfono.
-A
ver si me aclaro, Gina, estabas en el café “Il Barber” con éstas y sentó con
vosotras, ¿así, sin más? ¿y qué hiciste?- preguntó la vecina
-Pues
lo primero pedirle que se presentara, ¡era tan guapo! y, luego claro, que nos
explicara por qué lo había hecho. Pero no nos dio oportunidad. En cuanto le
dije mi nombre, empezó a preguntarme sobre el champú que usaba, cómo mantenía
mi moreno, cada cuánto me lavaba el pelo… ¿es raro, verdad? Pero no acabó ahí
la cosa. No dejaba de dar la tabarra con su amigo Rigamonti. Tanto insistió que
accedimos a que viniese.
-¿Y
qué pasó, vino el amigo?- seguía preguntando la vecina, cada vez más intrigada.
-¿Que
si vino? Lo que vino fue un armario de dos por dos, de ojos pequeños y nariz
prominente. Montibello, el guaperas, nos presentó a su amigo.
-¿Y
qué pasó, Gina? ¡Cuéntamelo ya!, ¡me va a dar algo!-contestó de nuevo.
-Allí
estuvo, sentado como un pasmarote sin decir nada. Se levantó y le sopló la
oreja a su amigo. Luego se fueron.
-
Entonces…¿tú crees que han podido ser ellos?-
-
Montibello, el guaperas, me pidió el teléfono. Ayer llamó para vernos. Quedamos de nuevo en el café. Y ¡no recuerdo
nada más!¡Nada más!
Gina,
empezó a llorar, tocándose la cabeza, por si
aparecía de nuevo su hermosa melena.
jueves, 28 de enero de 2016
LA INVITACION
Hoy hace diez años….
…que un hielo cambió mi vida.
Había estado todo el día en la calle, con mis amigos de fiesta en el desfile,
y fue en el cumpleaños de uno de ellos,
cuando sucedió. El contacto de mis labios con los suyos me hizo estremecer y en
la excusa del hielo encontré mi piel, me sentí como soy, como había sido
siempre sin saberlo, y desde entonces me he sido fiel.
Por eso, os invito a celebrar mi
salida con una fiesta en…..
jueves, 21 de enero de 2016
EL CARTEL
EL CARTEL
Aún le
seguía ocurriendo, sus párpados perfectamente sincronizados con las seis en
punto de la mañana. No le quedaba ni un pizca de la prisa de
antaño: no necesitaba la superstición de conjuntar calzoncillos, calcetines y
corbata; ni competir con otros directores por número de clientes y operaciones;
ni vender duros a pesetas... por todo eso y alguna cosa más no le gustaba que
sus párpados le mostraran un nuevo día.
¡Coño!-
pensó- Ya han pasado cinco años- No ha
sido nada fácil, ¡nada! ahora mismo sólo este maldito reloj interno es el que
me une a mi yo anterior.
- ¿Qué
dices?- le preguntó su pareja.
-Nada,
hablarme y recordarme lo mucho que hemos cambiado, nena, y lo que me apasiona
mi nuevo proyecto.
- ¡Estás
loco, Alfredo!-sentenció.
- Uhm, ya
veremos...
Sobre la
mesa del comedor, de manera desordenada se veían tablas de excel, diagramas de
colores, tipos de contratos y diseños de cartel. Miró al orejero. ¡Qué
artista soy! Cogió el prototipo y se lo probó. Era consciente de la copia tan
burda que había hecho. Y precisamente ahí radicaba su futuro éxito. ¡Lo tenía
claro! No tardaría en encontrar a quien vender la mercancía, lo difícil
estribaba en conseguirla. Recordó los cursos de PNL, los de oratoria y
negociación y practicó sus argumentos ante el espejo. Un mes después
salió a la calle con él.
No fue
fácil. No contaba con la mafia de los vendedores del “compro oro”, que vieron
en él una amenaza para su negocio. Después de explicarles detenidamente su
principal diferencia, le dejaron seguir con un: ¡Suerte, macho, la vas a necesitar!
Sólo necesito un cliente, sólo uno, sólo
tengo que estrenarme- Y con este mantra por compañía acababa
su jornada. No desistió, siguió paseando su cartel de Preciados hasta Callao,
para volver a bajar y acabar en Sol. Subiendo se dio de bruces con el
equipo de televisión del reconocido y copiado programa "italiani per il
mundo".
Ágil, sin
dudarlo, se colocó en el plano de la morena que estaban entrevistando, familiar
sin duda de Franco Battiato, a juzgar por el tamaño de su nariz, y entonó en
silencio su mantra. El resultado no se hizo esperar. Cuando la entrevistada terminó
de contar las excelencias de los bocatas de calamares y los búhos, el
presentador se acercó a Alfredo y se interesó por su historia. Acabó con un
viaje pagado a los estudios de la RAI y una entrevista en directo en horario de
máxima audiencia.
Al mes de
televisarla, tenía imitadores por toda Italia. En Milán le diseñaron un nuevo
cartel, más ergonómico y ligero; en Florencia, los artesanos del cuero, le
dotaron de un sistema de sujeción de calidad; en Roma aportaron seriedad en la
redacción de su Manifiesto, conocido como el “Il venditore di ore”.
Sus días
estaban marcados por la sincronización de sus párpados, las conexiones a Skype
con sus fans italianos y sus idas y venidas por Callao. Era consciente de
lo brillante de su idea, y a pesar de tanta publicidad no había conseguido ni
un solo cliente. Les pedía muy poco, apenas unos segundos, no más de cinco
minutos y ni eso conseguía.
Alfredo quemó su último cartucho: un sobre con un power point
con extractos de su entrevista italiana, pantallazos de su skype y grabaciones
de la cámara Go-pro durante sus paseos por el centro de Madrid, con destino al
programa de Ana Rosa Quintana y María Teresa Campos. A la semana, una voz sensual le indicaba el
gran interés que tenía Ana Rosa en su historia y le proponía una entrevista en
profundidad. Alfredo expresó su alegría y pactó una serie de preguntas que de
ninguna manera debían ser obviada. Redactó los términos del contrato, todavía
mantenía en forma sus dotes de negociación, y acudió al plató.
-Hoy tenemos con nosotros a Alfredo, durante años fue
director de una oficina bancaria, ahora se ocupa de un negocio muy particular.
Seguro que alguno de ustedes se han cruzado con él por las céntricas calles de
Madrid. Buenos días, Alfredo y
¡Bienvenido!- ¿cómo estás?
-Bien, Ana Rosa. Gracias por dejarme tu espacio.
-Cuéntanos ¿cómo surge la idea?
- Encantado, Ana Rosa. Aunque creo que mi cartel hablará por mí.
¿Puedo pedir al cámara que lo enfoque?
- Adelante, compañero, danos un primer plano.
Esto es lo que el objetivo mostró:
miércoles, 13 de enero de 2016
EL OTRO
-
¡No puede ser! ¿cómo es posible? ¡No lo encuentro! Voy a llamar.
-
Si… entiendo… claro… no se preocupe… en cuanto aparezca le avisamos-
contestaron al otro lado de la línea telefónica.
-
Gracias pero por favor no se olvide. ¡Es muy importante para mí!
Armando
no sabe qué hacer, no para de comprobar el paquete que le han entrega esa
misma mañana. Espera con paciencia la llamada de la mensajería que no se produce.
Sentado
en la cama, Armando no para de mirar sus pies, es tan descorazonador tener sólo
un calcetín.
martes, 20 de enero de 2015
J.S. BACH
Ese día estaba contratada la nieve, un anticiclón de última hora no lo hizo posible. El programa prometía: órgano y vermú, ¡cómo resistirse!.
Enfundadas en sus mejores galas, acudieron a la cita. Ocuparon sus localidades en la zona alta del auditorio y se dejaron mecer por el contrapunto, el vivace, andante junto a pastorelas, coros y una fuga. Les llamó la atención que el órgano también se tocará con los pies (fue lo más comentado, eso y los veinte hijos del compositor barroco).
Cambiaron la nieve por una terraza en la plaza, moviéndose cual girasoles en busca del sol. Movieron sus galas hasta un café cercano donde hablaron de lo divino y de lo humano, para continuar en pleno centro con una cañas y unas tapas con condimento y no sé que ha sucedido, la rima me ha cogido, quizás serán los taytantos que la próxima semana cumplo ¡qué espanto!. Rectifico, nada de susto, al contrario muy a gusto.
Y la noche terminó a carcajada limpia con la obra TOC TOC y una reflexión: ¡Todos, toitos qué raros son! :-)
viernes, 19 de diciembre de 2014
CANCIÓN HIPNÓTICA
(Ayer ya se fue, mañana vendrá
tus ojos y los míos, conscientes total.)
Ayer buceé en tus ojos.
Te intuí,
Subimos a una nube en forma de sillón
¿te acuerdas, corazón?
(Ayer ya se fue, mañana vendrá
tus ojos y los míos, conscientes total.)
Ayer me ví en tus ojos.
Desde la duna,
bajé hacia la arena blanca.
Mamá estaba allí.
La sentí.
(Ayer ya se fue, mañana vendrá
tus ojos y los míos, conscientes total.)
Ayer tus ojos eran verdes
como el agua del lago,
en el que me sumergí.
Mis células recordaron
cuando te conocí.
(Ayer ya se fue, mañana vendrá
tus ojos y los míos, conscientes total.)
Ayer el contador se puso a cero
masculino y/o femenino de nuevo.
junto a todos nuestros ancestros.
(Ayer ya se fue, mañana vendrá
tus ojos y los míos, conscientes total.)
martes, 15 de julio de 2014
LA AVERÍA
Una gota de sangre lo recibió. Tardaron tanto en abrir que pudo observar la delicada campanilla de la entrada, el aldabón de bronce, las begonias exultantes, el felpudo impreso con un "Dios te ama" y la gota.
Sor Concepción abrió lentamente.
-Buenos días nos de Dios.
-Buenas hermana- vengo por la avería.
-Adelante, hijo- le estábamos esperando. Acompáñame. Y disculpe el desorden, estamos con la limpieza semanal.
Una cojera congénita hacía de los pasos de la hermana un espectáculo: un saltito aquí, un arrastre allá, que distraía de su belleza. Juan la seguía buscando un desorden que no existía. Atravesaron una cocina industrial, llena de ollas en acción. En su trayecto, observó un par de gotas de sangre pequeñas, apenas del tamaño de una moneda de un céntimo e imaginó que se habrían cortado al preparar el guiso del día.
Avanzaron por el comedor comunal, donde varias monjas se dedicaban a la limpieza de unas cristaleras inmaculadas.
- ¿Le ocurre algo?- le noto intranquilo- preguntó Sor Concepción.
- No, hermana, no pasa nada, es la novedad. Nunca había estado en un sitio así. Todo me llama la atención-contestó nerviosamente y sus ojos, esta vez se toparon con una gota de sangre del tamaño de dos céntimos en el umbral de la capilla.
Sor Concepción se rió- es algo que nos ocurre con todas las visitas, es normal- Sígame, ya queda menos.
Un largo pasillo les condujo hasta la luz del patio interior; cientos de macetas luchaban por cada metro lineal. Continuaron subiendo por unas escaleras hasta la planta superior, donde se encontraban los aseos. Juan volvió a reparar, esta vez, en una gota de sangre que resbalaba en el último peldaño, de tamaño parecido a las anteriores.
Atravesaron un largo y soleado pasillo, hasta llegar al lugar de la reparación, se trataba de una puesta a punto de todos los bidés de la comunidad. Se sorprendió de la cantidad. Fue revisando uno a uno, dejando para el final el que estaba ocupado.
Cuando salió la hermana que lo ocupaba, entró y de nuevo vio una gran gota de sangre resbalar por el bidé que tenía frente a sí. Juan, ¡de un salto!, se puso de pie, mirando a la gota y a Sor Concepción buscando con esta acción una respuesta.
Sor Concepción intuyendo el asombro le dijo:- Tenemos a Sor Ana con el período y como priora de la congregación que es, es nuestra hembra alfa- le dijo sonriendo con normalidad. Todas hemos sincronizado nuestras reglas, es algo bastante común.
Juan no sabía donde meterse, notaba el rubor que subía intensamente desde la planta de los pies hasta las mejillas. Sus manos buscaban algo que hacer en el maletín de herramientas.
-Espero que no se siente violento o incómodo. Con esta confesión no quiero que se lleve una mala idea de la Congregación de las Hermanas Redentoras de la Sangre- dijo guiñándole el ojo.
jueves, 12 de junio de 2014
VENDING PRIMAVERAL
Ya dice el refrán: la primavera la sangre altera .
Y las máquinas de vending da fe de ello. Acaso no hay nada más placentero, que liarte un cigarro (obsérvese en la imagen, una famosa marca de papel de liar), antes o después de practicar sexo lúdico y seguro (obsérvese de igual manera, los artículos destinados a tal fin), no sin antes, elegir un bocado o bebida enérgetica (completen en la imagen, la bandeja superior).
Y por último obsérvese el par de pies, quietos, expectantes ante las ofertas ofrecidas.
jueves, 29 de mayo de 2014
JORNADA DE REFLEXION
Y sigo con los experimentos.. esta vez en forma de elecciones al Parlamento Europeo y es que es toda una experiencia acudir al escrutinio de los votos (es un acto público). Ver cómo cada mesa hace su recuento de una manera: unos cuentas los sobres, mientras otros cuentan las papeletas; otros más organizados ponen sobre la mesa las papeletas, por partidos; otros todavía están intentando abrir la urna....
jueves, 22 de mayo de 2014
BLABLACAR
He vuelto a las andadas.
A mis experimentos.
A probar las cosas antes de que me las cuenten y me ha gustado, ¡sí!. Me ha gustado el rollo este de economía colaborativa (menudo palabro, eh?).
En realidad es mucho más fácil decir compartir viaje, pero estamos en la época de nombrar a las cosas de otra manera, decir sin decir nada o muy poco, algo muy común entre los políticos últimamente (aunque esa es otra historia y otro experimento :-).
El caso es que he compartido mi viaje de ida y de vuelta al mar y la experiencia ha sido muy buena. Hasta mi bolsillo lo ha celebrado. :-)
jueves, 8 de mayo de 2014
MAHOU NEGRA
El negro fue durante una temporada mi color favorito, algo que cambió cuando me mezclé con la luz del mediterráneo, era imposible llevarla la contraria ;.-).
Ahora que he vuelto a los madriles, he recuperado el negro, de una forma mucho más lúdica.:-)
miércoles, 23 de abril de 2014
KEEP CALM
Estoy abducida por la cartelería Keep Calm, proveniente del imperio británico al inicio de la segunda guerra mundial, con la única finalidad de mantener la moral en la población que sabía que pronto sería invadida.
¿Cómo algo tan sencillo puede dar tanto juego? Porque el mensaje es sencillo y claro. Mantén la calma (KEEP CALM), casi ná en estos días en que vamos corriendo a todas partes y con una tolerancia a la paciencia de cero patatero.
Os dejo parte de los que he seleccionado para estampar en camisetas y bolsas en mi nueva colección textil.
sábado, 15 de marzo de 2014
LA PIEL DEL AGUA
Como el conejo de Alicia, acudí corriendo reloj en mano a mi cita, con la hora pegada al culo, lancé besos a mis acompañantes y me dejé arrastrar hacia el interior de la sala.
Un olor intenso se apoderó de mi nariz y apartando telas a modo de laberinto accedí a una pequeña sala llena de cojines y cestos de naranjas. Así era el escenario de la obra de teatro, que ví ayer y de la que formé parte.
Por cada peladura de naranja, un pensamiento; por cada mondadura que se cosía una prenda. Y envueltas en suaves paños de algodón, pasamos a otra sala, más íntima, dispuestas a dejarnos mojar.
Veinticuatro mujeres sin apenas conexión con un hilo conductor: el agua sobre nuestra piel. Desnudamos nuestros cuerpos y algunos pensamientos. Cantamos y bailamos. Ya no cuento más ;-)
De nuevo atravesé el laberinto y salí pegada al teléfono, no sin antes decir al chico que estaba en la puerta:- ¡qué pena que seas hombre!.
Y esta frase seguro que la comparten las veinticuatro mujeres que por sesión, pueden disfrutar de esta obra de teatro.
P.D. Chicas, me gusta vuestro aire :-)
miércoles, 12 de marzo de 2014
LA SEMILLA
Mi padre me dijo ayer: "Valgo más por lo que callo que por lo que hablo" y tuve que asentir, porque a mi me pasa lo mismo.
Llevo días hablando con él, hace poco fue su cumpleaños: 71 años. Fue una celebración rara que acabó no como el rosario de la aurora, porque somos muy educados todos, pero si con muy mal sabor de boca. Al día siguiente fui a verle, tuvimos una conversación sincera y por fin pudimos hablar de algo que teníamos que haber manifestado por lo menos, quince años atrás.
A veces tener tanta información, en este caso, familiar, te permite ver las cosas desde una perspectiva más amplia y ser objetiva (si es que se puede ser con estos temas) y otra veces, esa misma información se hace pesada y desearías vivir en la más absoluta ignorancia. Hoy sigo callando.
Aunque deje testimonio de las semillas plantadas no sólo en la tierra (pequeños olivos crecerán, entre otros ya adultos) para que las disfruten sus nietos; y de las que no se ven, salvo cuando asientes a lo que te dice tu padre.
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