domingo, 19 de diciembre de 2010

ARBOLES APASIONADOS

     Me declaro apasionada. Necesito la pasión para vivir y cuando me transmiten pasión, un resorte, a modo de puerta secreta en una librería decimonónica, salta en mi. Hace días que quiero escribir sobre mi última pasión, pero antes tenía que coserla, si, ya se que suena raro, ahora mismo lo explico.
     Dos árboles, muy diferentes, ambos convertidos en broche, dos manifestaciones de dos realidades distintas y casi, casi, opuestas. El Abeto, con sus bolas de Navidad, en el que se espera que bajo sus ramas, crezcan regalos, ilusiones, niños en los que reflejarse, sorprendidos porque Papa Noel o los Reyes han adivinado sus más anhelados juguetes. El árbol de confort, del trasiego de gente por las calles, de luces hipnóticas y de villancicos machacones. el de atraer a la suerte en un bombo lleno de números (ya sabéis: "todos los números están").
    El Baobad, sin artilugios, con una porte altiva, más por defensa que por orgullo, con un tronco larguisimo, sin apenas hojas y las que tiene tan altas, que a nadie pueden alimentar, en una tierra árida, donde a su sombra también se esperan regalos, ilusiones, y niños con más futuro. El árbol del desarrollo, de las historias pequeñas, que van creciendo con mucho cariño, con una ong (http://www.elbaobabsolidario.org/), que ha llegado a mis oídos, por la pasión. Porque como me sucede a mi, creen en las historias pequeñas, en el trabajo menudo, imperceptible, pero que como el tronco que lo representa, crece poco a poco, durante cientos de años, creando una base sólida y duradera. 
    Pertenezco al mundo del Abeto,  de él conozco las reglas del juego, cómo manejarme, cómo enfrentarme a las dificultades de este mundo loco. Y, movida por la pasión, en este caso, contagiosa, contemplo la posibilidad de pertenecer al mundo del Baobad, ¿ para siempre? no lo creo, pero si compartir un par de semanas, para ver sobre el terreno lo que esta ong desarrolla.
    Cómo dicen en mi pueblo: "Próxima estación: Madagascar", aunque el abeto que llevo aprendido me dice: "próxima estación: Japón"





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